Fui
por todas partes buscando lugares para meditar. No me di cuenta de que el lugar
ya estaba allí, en mi corazón. Toda la meditación está allí, dentro de usted.
Nacimiento, vejez, enfermedad y muerte, están justo allí, dentro de usted.
Viajé por todas partes hasta que estuve a punto de caer muerto de cansancio.
Sólo entonces, cuando me detuve, encontré lo que estaba buscando, dentro de mí.
Nosotros no meditamos para ver el cielo, sino para terminar con el sufrimiento.
No se apegue a visiones ni a luces durante la meditación, no vaya detrás de
ellas para nada. ¿Qué es lo que hay de extraordinario en la luminosidad? Mi
linterna la tiene. No puede ser de ayuda para liberarnos de nuestro
sufrimiento.
Cuando
se encuentre sentado en meditación, diga, frente a cada pensamiento que pasa
por ahí: "Ese no es asunto mío."
Debemos practicar cuando estamos desganados y no únicamente cuando nos sentimos
llenos de energía o de humor para hacerlo. Eso es practicar de acuerdo a la
enseñanza del Buda. De ser por nosotros, practicamos solamente cuando nos
sentimos bien.
¿Cómo vamos a llegar a alguna parte de ese modo? ¿Cómo vamos a cortar la
corriente de las impurezas cuando practicamos sólo de acuerdo a nuestros
caprichos?
En cualquier cosa que hagamos, debemos observarnos a nosotros mismos. La
lectura de libros nunca origina nada. Los días pasan pero no nos observamos.
Saber sobre la práctica es practicar para saber.
Por supuesto que hay docenas de técnicas de meditación, pero todas ellas se
resumen únicamente en esto: dejar que todo sea. Colóquese aquí a un lado, donde
hay calma, fuera de la batalla. ¿Por qué no prueba?
Quedarse sólo pensando en la práctica, es como tratar de hacer un agujero en la
sombra y no darse cuenta de lo esencial.
Cuando había practicado tan sólo durante algunos pocos años, aún no podía
confiar en mí mismo. Pero una vez que obtuve mucha más experiencia aprendí a
tener confianza en mi propio corazón. Cuando usted posee esta profunda comprensión,
cualquier cosa que pase, usted puede dejarla pasar, y todo sólo brotará y
morirá. Usted llegará a un punto en el que el corazón en sí dice qué hay que
hacer.
En la práctica de la meditación, es peor, en verdad, estar atrapado en la
serenidad que atascado en la inquietud, debido a que al menos usted querrá
escapar de la inquietud, en tanto que se halla satisfecho con permanecer en la
calma sin ir más allá.
Cuando los estados de claridad gozosa se manifiesten durante la práctica de la
meditación no se apegue a ellos.
En la meditación se trata únicamente de la mente y las sensaciones. No es algo
que usted tenga que perseguir o algo con lo que tenga que luchar. La
respiración continúa mientras trabaja. La naturaleza cuida de los procesos naturales.
Todo lo que tenemos que hacer es estar atentos, volviéndonos hacia nuestro
interior para observar claramente. Así es la meditación.
No practicar adecuadamente es estar desatento. Estar desatento es como estar
muerto. Pregúntese a sí mismo si tendrá tiempo para practicar cuando muera.
Pregúntese continuamente: "¿cuándo moriré?" Si lo contemplamos así,
nuestra mente estará alerta en cada segundo, la cautela siempre estará presente
y la atención plena y concentrada seguirá automáticamente. Surgirá la sabiduría
al observar cómo son las cosas en realidad. La atención plena y
concentrada protege a la mente de tal modo que ella sabe cuándo surgen las
sensaciones a cada momento, noche y día. Tener atención plena y concentrada
significa estar tranquilo. Estar tranquilo significa ser cuidadoso. Si uno es
cuidadoso, entonces uno practica como se debe.
Al principio usted se apura para avanzar, se apura para regresar y se apura
para detenerse. Usted continúa así con la práctica hasta que llega a un punto donde
parece que no se trata de avanzar, ni de regresar, ¡ni tampoco de detenerse! Se
terminó. No hay un detenerse, ni un ir hacia delante, ni un volver atrás. Se
terminó. En ese momento usted se dará cuenta de que allí, en realidad, no hay
nada de nada.
Recuerde que usted no medita para "obtener" nada, sino para
"quitarse" cosas de encima. Lo hacemos, no con deseo, sino con
desprendimiento. Si "quiere" alguna cosa, no la encontrará.
El corazón del sendero es bastante simple. No hay necesidad de explicar nada
extensamente. Libérese del amor y del odio y deje que las cosas sean. Eso es
todo lo que hago en mi propia práctica.
Haciendo preguntas fuera de propósito revela que usted todavía está atrapado en
la indecisión. Hablar sobre la práctica está bien si ayuda a la contemplación.
Pero depende de usted mismo ver la Verdad.
Meditamos para aprender cómo dejar ir, no para incrementar nuestro apego a las
cosas.
La
iluminación se manifiesta cuando usted deja de querer absolutamente todo.
Si tiene tiempo para estar atento, entonces tiene tiempo para meditar.
Hace poco alguien me preguntó: "A medida que meditamos varias cosas se
presentan en la mente; ¿deberíamos investigarlas o sólo notarlas yendo y
viniendo?" Si usted ve pasar a alguien a quien no conoce, podría
preguntarse: "¿Quién es? ¿Dónde va? ¿Qué hace aquí?" Pero, si conoce
a la persona, es suficiente con notar su paso.
El deseo en la práctica puede ser un amigo o un enemigo. Como amigo, hace que
tengamos ganas de practicar, de comprender, de terminar con el sufrimiento.
Pero estar siempre deseando algo que no ha surgido aún, querer que las cosas
sean de otra manera, solamente causa más sufrimiento, y éste es el caso cuando
el deseo puede ser un adversario. Al final, debemos aprender a deshacernos de
todos nuestros deseos, aún del deseo de alcanzar la iluminación. Sólo
entonces podemos ser libres.
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