SENDERO TRANSPERSONAL

INTEGRANDO PSICOLOGIAS DE ORIENTE Y OCCIDENTE

Bienvenidos al blog!

La Psicología Transpersonal o Integral, es un enfoque terapéutico que apunta a que el ser humano alcance niveles óptimos de salud psicológica, dándole importancia a la expansión de la conciencia.

Se trata de un acompañamiento terapéutico para que la persona aprenda a observar sus patrones mentales, sus creencias, que son la causa del malestar, que aprenda a desidentificarse de sus contenidos mentales, a trabajar con sus emociones saludablemente, que aprenda a hacerse responsable de sí misma, de sus relaciones, de sus experiencias, sin culpabilizar al entorno, a la vida por lo que le sucede, comprendiendo que la adversidad, es una oportunidad de cambio y desarrollo personal.

Capacita al paciente para que aprenda a satisfacer de una manera saludable sus necesidades a todos los niveles: físico, emocional, mental, espiritual, aprendiendo a conectar con la dimensión trascendental; todo ello conlleva a una integración de su personalidad y a alcanzar niveles superiores de salud psicológica, para luego poder trascenderla y conectar con la esencia.

Se toman en cuenta los problemas, dolencias particulares que empujan a la persona a una consulta y se las trabaja e integra, pero el enfoque principal de la Terapia Transpersonal, que la hace diferente y más abarcativa que otras terapias psicológicas (integra psicologías de oriente y occidente) es el de capacitar a la persona para que aprenda a conectar con sus propios recursos internos y permita desplegarse sin temores al proceso de crecimiento natural.

La terapia utiliza diferentes técnicas que se adaptan a las necesidades del paciente y a su estado de consciencia, integrando los niveles físico, mental y emocional (ego) y luego trascendiéndolo hacia los valores superiores, como la compasión, el amor a los demás seres vivos, el sentido de la propia vida, el desarrollo de la creatividad, etc., favoreciendo cambios en su nivel evolutivo.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Es hora de integrarnos!



 Cuando internamente estamos divididos, la vida se nos hace difícil, no fluye, las distintas partes internas tironean produciendo fricciones, contradicciones, conflictos, quitándonos la paz y produciéndonos angustia, ansiedad, inseguridad,  dolor físico, dolor emocional,  depresión….porque una parte nuestra quiere una cosa, pero hay otra que nos sabotea; tomamos las decisiones desde lugares internos a veces poco crecidos, y después las mantenemos durante años, sin escucharnos, sin hacer caso a nuestras partes  más maduras, más sabias. 
  Por lo cual, es muy importante conocer nuestro psiquismo fragmentado, llegar a ser un individuo: alguien que no está dividido, o, como decía  Jung: el proceso de la individuación, un proceso que nos llevará toda la vida.

  Observemos   que es lo que dentro nuestro está dividido? ¿qué es lo que hay que integrar dentro?

Son varias cosas:

* Tengamos en cuenta, que como dice la Filosofía Perenne, que recoge y resume la sabiduría milenaria de todos los tiempos y culturas de la humanidad,  somos esencia y personalidad.
 La esencia es “el  verdadero  sí mismo”, lo que no cambia, lo que éramos desde antes de nacer; la personalidad la vamos formando con los programas que vamos aprendiendo a edades tempranas, los condicionamientos, los hábitos, los modelos de funcionar aprendidos, las experiencias que vamos teniendo a lo largo de la vida.
 La esencia queda tapada por la personalidad. Ken Wilber le llama a esto la represión del Atman: la esencia, o “porción de lo sagrado”, queda prisionera de la personalidad.

* También encontramos división entre la mente, la emoción y el cuerpo, ya que muchas veces pensamos una cosa, sentimos otra y actuamos sin tener en cuenta lo que pensamos o lo que  sentimos, no nos escuchamos por estar acostumbrados a reaccionar mecánicamente, automáticamente, según el condicionamiento, en vez de poder responder asertivamente: eligiendo la respuesta.

* Además como seres humanos, nuestra personalidad esta dividida en diferentes "yoes", diferentes “voces internas” conviven dentro nuestro partes  agresivas y partes compasivas, partes generosas y otras envidiosas, partes débiles y partes fuertes, partes infantiles (“el niño interno”) y partes adultas, más crecidas….Una variedad de personajes psicológicos (voces internas) que cada cual tiene vida propia, y es necesario conocer e integrar.

* Otro aspecto a integrar dentro son nuestras partes masculinas y femeninas. Si estas partes están en conflicto interno, es difícil que podamos tener relaciones armónicas y sanas, tendemos a proyectar fuera lo que llevamos dentro, por no asumirlo y aceptarlo, al no ser conscientes de ello.

* También  tenemos conflicto entre nuestra personalidad (la parte nuestra que está a la vista, que mostramos, que está en la superficie, y la sombra, los rasgos psicológicos que están reprimidos, partes que rechazamos, negamos porque no se corresponden con el ideal de cómo “debemos” ser. Cada vez que nos hacemos conscientes de estos aspectos sombríos, nos vamos transformando, integrando, y dejamos de engañarnos con las trampas que pone la mente, con nuestras proyecciones.

* Hay  también conflicto entre la razón y la intuición. Tendemos a racionalizarlo todo, descartando la sabiduría que expresa la intuición.

  Es importante, conocernos internamente, aceptar nuestros diferentes aspectos a nivel de la personalidad, conocer los “modelos” internos con los que funcionamos, para evaluar si están caducos, abrazar las partes sombrías, para ser más íntegros, guiarnos de esa parte intuitiva interna, aprender a gerenciar las emociones, vivirlas sanamente, como mensajeras, que nos guían a tomar decisiones, a hacer algo con lo que nos sucede.

 Es muy importante desarrollar lo que en oriente se denomina el “Maitri”, que se puede traducir como amistad incondicional con uno mismo. Tengamos en cuenta  que las relaciones, las personas, vienen y van en nuestra vida, sin embargo vamos a pasar con nosotros mismos el resto de la vida, se trata de autoconocerse y aceptarse tal como se es, sólo así es posible cambiar, aceptar esas partes que rechazamos en nosotros mismos, abrazarlas, para ser más íntegros.
  Y sabiendo y experimentando que somos más que la personalidad: somos Esencia, el Ser, el Centro, lo que no cambia, o como queramos llamarle, en fin de cuentas, el nombre es lo de menos.  

                                                                                   Namaste

miércoles, 14 de diciembre de 2011

La práctica de la Meditación. Ajan Chah


 Fui por todas partes buscando lugares para meditar. No me di cuenta de que el lugar ya estaba allí, en mi corazón. Toda la meditación está allí, dentro de usted. Nacimiento, vejez, enfermedad y muerte, están justo allí, dentro de usted. Viajé por todas partes hasta que estuve a punto de caer muerto de cansancio. Sólo entonces, cuando me detuve, encontré lo que estaba buscando, dentro de mí.
  Nosotros no meditamos para ver el cielo, sino para terminar con el sufrimiento.

  No se apegue a visiones ni a luces durante la meditación, no vaya detrás de ellas para nada. ¿Qué es lo que hay de extraordinario en la luminosidad? Mi linterna la tiene. No puede ser de ayuda para liberarnos de nuestro sufrimiento.
Cuando se encuentre sentado en meditación, diga, frente a cada pensamiento que pasa por ahí: "Ese no es asunto mío."

  Debemos practicar cuando estamos desganados y no únicamente cuando nos sentimos llenos de energía o de humor para hacerlo. Eso es practicar de acuerdo a la enseñanza del Buda. De ser por nosotros, practicamos solamente cuando nos sentimos bien.
  ¿Cómo vamos a llegar a alguna parte de ese modo? ¿Cómo vamos a cortar la corriente de las impurezas cuando practicamos sólo de acuerdo a nuestros caprichos?

  En cualquier cosa que hagamos, debemos observarnos a nosotros mismos. La lectura de libros nunca origina nada. Los días pasan pero no nos observamos. Saber sobre la práctica es practicar para saber.

  Por supuesto que hay docenas de técnicas de meditación, pero todas ellas se resumen únicamente en esto: dejar que todo sea. Colóquese aquí a un lado, donde hay calma, fuera de la batalla. ¿Por qué no prueba?

  Quedarse sólo pensando en la práctica, es como tratar de hacer un agujero en la sombra y no darse cuenta de lo esencial.

  Cuando había practicado tan sólo durante algunos pocos años, aún no podía confiar en mí mismo. Pero una vez que obtuve mucha más experiencia aprendí a tener confianza en mi propio corazón. Cuando usted posee esta profunda comprensión, cualquier cosa que pase, usted puede dejarla pasar, y todo sólo brotará y morirá. Usted llegará a un punto en el que el corazón en sí dice qué hay que hacer.

  En la práctica de la meditación, es peor, en verdad, estar atrapado en la serenidad que atascado en la inquietud, debido a que al menos usted querrá escapar de la inquietud, en tanto que se halla satisfecho con permanecer en la calma sin ir más allá.

   Cuando los estados de claridad gozosa se manifiesten durante la práctica de la meditación no se apegue a ellos.
  En la meditación se trata únicamente de la mente y las sensaciones. No es algo que usted tenga que perseguir o algo con lo que tenga que luchar.  La respiración continúa mientras trabaja. La naturaleza cuida de los procesos naturales. Todo lo que tenemos que hacer es estar atentos, volviéndonos hacia nuestro interior para observar claramente. Así es la meditación.

  No practicar adecuadamente es estar desatento. Estar desatento es como estar muerto. Pregúntese a sí mismo si tendrá tiempo para practicar cuando muera. Pregúntese continuamente: "¿cuándo moriré?" Si lo contemplamos así, nuestra mente estará alerta en cada segundo, la cautela siempre estará presente y la atención plena y concentrada seguirá automáticamente. Surgirá la sabiduría al observar cómo son las cosas en realidad. La atención plena y concentrada protege a la mente de tal modo que ella sabe cuándo surgen las sensaciones a cada momento, noche y día. Tener atención plena y concentrada significa estar tranquilo. Estar tranquilo significa ser cuidadoso. Si uno es cuidadoso, entonces uno practica como se debe.

  Al principio usted se apura para avanzar, se apura para regresar y se apura para detenerse. Usted continúa así con la práctica hasta que llega a un punto donde parece que no se trata de avanzar, ni de regresar, ¡ni tampoco de detenerse! Se terminó. No hay un detenerse, ni un ir hacia delante, ni un volver atrás. Se terminó. En ese momento usted se dará cuenta de que allí, en realidad, no hay nada de nada.

  Recuerde que usted no medita para "obtener" nada, sino para "quitarse" cosas de encima. Lo hacemos, no con deseo, sino con desprendimiento. Si "quiere" alguna cosa, no la encontrará.

 El corazón del sendero es bastante simple. No hay necesidad de explicar nada extensamente. Libérese del amor y del odio y deje que las cosas sean. Eso es todo lo que hago en mi propia práctica.

 Haciendo preguntas fuera de propósito revela que usted todavía está atrapado en la indecisión. Hablar sobre la práctica está bien si ayuda a la contemplación. Pero depende de usted mismo ver la Verdad.

  Meditamos para aprender cómo dejar ir, no para incrementar nuestro apego a las cosas.
La iluminación se manifiesta cuando usted deja de querer absolutamente todo.

  Si tiene tiempo para estar atento, entonces tiene tiempo para meditar.

  Hace poco alguien me preguntó: "A medida que meditamos varias cosas se presentan en la mente; ¿deberíamos investigarlas o sólo notarlas yendo y viniendo?" Si usted ve pasar a alguien a quien no conoce, podría preguntarse: "¿Quién es? ¿Dónde va? ¿Qué hace aquí?" Pero, si conoce a la persona, es suficiente con notar su paso.

  El deseo en la práctica puede ser un amigo o un enemigo. Como amigo, hace que tengamos ganas de practicar, de comprender, de terminar con el sufrimiento. Pero estar siempre deseando algo que no ha surgido aún, querer que las cosas sean de otra manera, solamente causa más sufrimiento, y éste es el caso cuando el deseo puede ser un adversario. Al final, debemos aprender a deshacernos de todos nuestros deseos, aún del deseo de alcanzar la iluminación. Sólo entonces podemos ser libres.

  

domingo, 11 de diciembre de 2011

Centrarse para superar estados "negativos"


¿Te sientes con ansiedad, preocupación, tristeza, etc.?

  Cuando te asalta un estado de ánimo que viene por pensamientos influidos por esquemas, patrones mentales, tiendes a buscar alternativas para salir rápidamente del estado. Quieres solucionarlo por medio del pensamiento, pero al ser el pensamiento mismo el que crea el estado, no puedes solucionarlo mientras estés atrapado en la mente.

  Como dice Albert Einstein: “Ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel de consciencia en que se creó”. Si el problema surge de la mente, del pensar, debo “salirme” del pensamiento y despertar al observador, debo tomar consciencia, prestar atención.

  El darse cuenta, la consciencia, tiene un gran poder curativo. El observar los mecanismos que hacen que adoptemos determinadas maneras de ser que no nos benefician, que nos invitan a estados emocionales insalubres; el darnos cuenta de los pensamientos, ideas, creencias, que dan origen al dolor y a tensiones, por viejas heridas irresueltas y que buscan salir a la superficie para ser “liquidadas”, ese darse cuenta, de por sí, es sanador, e invita a una profunda calma interior.

  En Oriente, suelen afirmar que “un conflicto observado, es un conflicto resuelto”, este concepto se aplica también en psicología y, la física cuántica dice que el observador, modifica lo observado, si observamos una partícula subatómica, ésta se verá afectada en su carga y en su órbita, sólo por observarla.

                                              La consciencia es el gran sanador.

  El darse cuenta no tiene que ver con el pensar, es ir más allá del pensamiento, es observar el movimiento de la mente, es ser testigo de lo que está sucediendo en un plano superficial y pasajero.

  El sólo hecho de darse cuenta de los programas mentales, nos lleva a la raíz de lo que ahora nos duele, nos preocupa, y nos permite hacer algo con ello, dejar de actuar mecánicamente, poder elegir pensamientos y acciones más saludables, saliendo del automatismo.

  Se trata de despertar al testigo, a nuestra identidad Real, donde la dualidad no existe, desde donde surge el potencial que somos.

  En la mente pensante, el ego, hay dualidad: bien/mal, placer/dolor, alegría/tristeza, etc., son como dos caras de una misma moneda, no podemos quedarnos con una sola cara y descartar la otra, es imposible; al igual, la mente dual, intenta aferrarse al placer, al bien, a la alegría, pretendiendo descartar el “mal, el dolor, la tristeza”, y no se da cuenta, que en ese plano no puede tener lo uno sin lo otro, que si tiene alegrías, tarde o temprano tendrá tristeza, que los estados son impermanentes, que hay que ir más allá de la mente, si uno busca trascender la dualidad, salir de la ilusión, debemos Aceptar la mente, las luces y las sombras de la personalidad e ir más allá, si queremos la plenitud, la comprensión, lo real.

  Entonces: ¿te sientes ansioso, triste, desanimado.....? CÉNTRATE,  atención.

Hay una vieja anécdota sobre Bokuju, un maestro Zen:

  Bokuju, vivía solo en una cueva. Durante el día, y a veces por la noche, decía en voz alta su propio nombre “Bokuju”, y luego se contestaba: “sí señor, aquí estoy” y no había nadie más.

  Sus discípulos, que estaban muy intrigados, le preguntaban: ¿porqué te llamas a ti mismo “Bokuju”, tu propio nombre, y luego te contestas: “si señor, aquí estoy”.

  A lo que el maestro Zen respondió: Cada vez que empiezo a pensar, tengo que recordar que debo estar alerta, entonces, pronuncio mi propio nombre “Bokuju” y me respondo “si señor, aquí estoy”, y el pensar con su carga de ansiedad, desaparece…

  Al final de sus días, durante los últimos tres años, los discípulos advirtieron que el maestro dejó de pronunciar su nombre “Bokuju” y de responderse “si señor, aquí estoy”.

  Un día, los discípulos le preguntaron:¿ maestro, porque no has vuelto a hacerlo?

  Y el maestro respondió: es que ahora Bokuju siempre está ahí.
                                                           (Esta historia, está tomada de The Book of Secrets, de Osho.)

   Cuando te sientas en un estado de ansiedad o cualquier estado “negativo”, puedes llamarte por tu nombre y responderte, verás una diferencia, ayuda a centrarte, la ansiedad desaparecerá, porque experimentarás que, más allá del estado, en un nivel más profundo y real, la ansiedad y cualquier otro estado, no existen, al ir al Ser, al centrarte, puedes observar el mecanismo y darte cuenta que eres muchísimo más que el estado de ansiedad, y que éste, como todo estado de la mente, es pasajero y efímero. Mientras estás en la mente, el querer salirte del estado, el resistirte a lo que te está pasando en el ahora, la falta de aceptación y querer solucionarlo rápidamente, no te da salida, te genera sufrimiento, porque estas todo tú en el estado, te conviertes en el estado, debes tomar distancia y observarlo, y para ello debes cambiar el nivel de consciencia, ir al observador, “salirte de la mente”, trascenderla; luego, podrás tomar las mejores decisiones y trabajar para “desinstalar” los patrones que ya no te sirven para una vida plena y en paz.

                                                                                                                 Namasté


domingo, 4 de diciembre de 2011

Desidentificación


"Cada vez que observas los contenidos de tu mente, dejas de estar atrapado por ella."

  La mente concreta es un instrumento valioso para funcionar  en el día a día, en el plano de las formas, de la dualidad, con ella podemos hacer cálculos, organizar tareas, tenemos la capacidad de análisis, de relacionar datos, de elaborar respuestas, etc., es como un verdadero ordenador sofisticado.... Pero este instrumento, muy útil, se torna “peligroso” cuando nos dejamos dominar por él, cuando nos quedamos enganchados en sus “juegos psicológicos”. 
 Como sabemos, su naturaleza es el pensar, y esos pensamientos tienen que ver con programas mentales, con condicionamientos adquiridos a edades tempranas por el “modelo” que nos han impuesto nuestros padres y educadores, la sociedad en la que nos educamos y crecimos, y luego, mediante la repetición de esos patrones durante nuestra vida.

  Este instrumento, la mente, que en principio está para registrar por medio de los sentidos los distintos estímulos y responder con toda la capacidad del niño, luego se ve limitado porque el modelo, el programa, hace de filtro, y está controlando continuamente tanto lo que sale, la respuesta, como lo que entra, esto es la censura; y así vamos perdiendo la espontaneidad y comenzamos a actuar de una manera condicionada, reactiva, en vez de elegir respuestas adecuadas a la situación que salgan del fondo de nuestro ser, sin el filtro del condicionamiento.

  Cuando aprendes a  observar todo este mecanismo,  dejas de estar atrapado en la mente, al ubicarnos  en el lugar del observador sin juicios, se pueden observar los contenidos mentales, conocer la mente y trascenderla, porque nos damos cuenta que no somos los contenidos, somos muchísimo mas, que la mente es sólo un instrumento al servicio del Ser, para ser utilizado en el mundo fenoménico, en el mundo de las formas. (esta es la base de la meditación).

 Con la observación, se deshace la identificación, o sea, uno se desidentifica de los pensamientos, emociones, y se instala en un lugar mas profundo de calma, de paz, desde donde se puede ver con claridad y objetividad lo que está aconteciendo en la superficie.

  El tomar conciencia de lo que se despliega en la mente, nos abre un espacio donde poder elegir la respuesta que esté mas acorde a nuestro ser, reduciendo la impulsividad y la reacción automática ante los estímulos.

  El sufrimiento humano, surge de esa identificación, de ese apego a la mente, de creer que somos nuestra mente, nuestros pensamientos y emociones, y dejarnos llevar por ellos como una barquita en medio del océano.

  El situarnos en el lugar del observador, nos devuelve el poder, el no dejarnos arrastrar por la corriente, sino  elegir la respuesta desde donde somos nosotros mismos.

“Todo conflicto observado, es un conflicto resuelto”. Nisargadatha

                                                                                                                           Juani

sábado, 3 de diciembre de 2011

Sincronías y Coincidencias


  Coincidencia significa: varias incidencias; y sincronía significa: dos o más cosas que ocurren a la vez, casi simultáneamente y sin una causa aparente. 

  Las sincronías podemos verlas en la naturaleza como algo natural, por ejemplo en el vuelo de las aves que trazan una formación "perfecta", en los peces de los cardúmenes, que están sintonizados con el entorno, como bailando "al ritmo del universo"; y las vemos también en nuestro cuerpo: cuando hay alguna perturbación, aunque sea pequeña, el cuerpo reacciona, en su totalidad, realizando funciones "en cadena". 

  Nuestra vida está llena de "coincidencias", sucesos que no tienen que ver con el azar, que ocurren porque tienen un fin evolutivo. 
  Cuando aprendemos a estar atentos, nos damos cuenta del "mensaje" que nos trae cada una de estas sincronías a nuestra vida. 
  Todo tiene un sentido, podamos verlo o no. Nada ocurre por casualidad, sino más bien, los acontecimientos suceden por una causa ya sea consciente o inconsciente y tienen un sentido evolutivo. 

  Para captar ese mensaje, el porqué ocurren ciertas situaciones en nuestra vida, en este momento y no en otro, el porqué después de un acontecimiento sigue otro, cargado de significado, debemos aprender a "observar", desarrollar la atención en nuestro día a día. 

  La magia comienza cuando vivimos valorando las coincidencias, sincronías y sus significados, porque nos conectamos con un universo de posibilidades infinitas. 

  Más allá de nuestro cuerpo, de nuestros pensamientos, de nuestras emociones, está el potencial de vida que somos. Desde ese lugar, ese "centro", todo es posible. De ahí surge lo que llamamos "milagro", que no ocurre en contraposición de las leyes de la naturaleza, sino en contraposición de lo que conocemos de la naturaleza. Esa parte nuestra, profunda, central, está en comunicación con todo lo que existe (Deepack Chopra). 

  Cuanto más conscientes estamos de las coincidencias mientras suceden, más podemos aprovechar las oportunidades que se presentan; y, cuanto más prestamos atención a las coincidencias, más aparecerán; son como "mensajes del universo" que nos ayudan a tomar decisiones en el rumbo de nuestra vida. Son como "guías" que nos despiertan la intuición de que vamos por camino adecuado...
                                                                                                                    Juani

lunes, 28 de noviembre de 2011

Lecciones de vida

                     
 “La vida nos va poniendo a cada uno las lecciones adecuadas para Comprender, para salir del engaño, de la ilusión”

  La tierra es como una gran escuela, donde venimos a aprender. A veces, a lo largo de la vida, mientras estamos dormidos, nos preguntamos el porqué nos pasan ciertas cosas, porque tropezamos con determinadas personas, porqué tenemos que atravesar ciertas situaciones…. Luego, cuando el dolor ha llamado a la puerta varias veces, llega un día en que dejamos de preguntarnos el porqué y comenzamos a preguntarnos el para qué me pasa esto, qué mensaje me trae tal o cual síntoma, enfermedad, para qué me sucede esta situación …, etc., quizá tenga algo que hacer con lo que me ocurre…quizá hay algo que deba cambiar….es cuando entonces podemos entrar en crisis donde nos replanteamos el sentido de la vida, nos replanteamos patrones de pensamientos y de conductas y comenzamos a comprender que somos más responsables de lo que pensábamos en cuanto a lo que estamos viviendo, comenzamos a observarnos a nosotros mismos y buscamos o aparecen maestros, que pueden ser libros, cursos, personas….que nos ayudan a comprender el misterio de la vida, el sentido del dolor….
  y así comenzamos el "sendero espiritual consciente", comenzamos a darnos cuenta que cualquier cambio para que sea efectivo y duradero, sólo podemos hacerlo en nuestro interior,  que pretender cambiar el afuera puede resultar agotador y a veces, hasta inútil, y nos comenzamos a responsabilizar por lo que nos sucede, a autoconocernos, auto-observarnos, a perdonarnos y amarnos, a ver en los demás nuestro propio reflejo, aprendiendo a reconocer nuestras virtudes e integrar nuestras sombras , despertando de la ilusión, del engaño de creernos que los demás están en nuestra contra, que nos quieren hacer daño, cuando en realidad, el otro y yo somos lo mismo, todo lo que me moleste mucho en el otro, al igual que todo lo que vea en el como virtud y admire, son aspectos míos, que debo integrar en mi personalidad. Entonces, nos damos cuenta que la vida nos coloca delante justo lo que necesitamos para aprender a ser más íntegros, más completos en la personalidad.

  Esa pérdida que tanto me dolió, es justo lo que me hacía falta para aprender el desapego. Esa persona en la que deposité todo mi amor y que luego me “abandonó” emocionalmente, es una lección que la vida me ofrece para ver si realmente se amar o estoy dependiendo del otro, para ver si realmente me amo a mi misma como para no colgar mi vida de “otro”, y en definitiva aprender que en esencia soy amor y lo que me hace sentir plena es el dar, el amar incondicionalmente, permitiendo que la otra persona sea libre. Y así, en cada situación, por dura que parezca, podemos ver la lección que esconde y crecer como personas, integrarnos y en definitiva despertar del sueño, y simplemente Ser.

“Las lágrimas que derramé ayer…regaron el jardín que florece hoy…” 

                                                                                                                                Namasté

sábado, 26 de noviembre de 2011

Fluir con la vida

                     

"No es necesario empujar la vida. Sólo fluir con ella y entregarse completamente a las tareas del momento presente." 
                                                                        Nisargadatta


  La vida es simple, la mente con sus condicionamientos y “modelos” la complica, de ahí la importancia de aprender a observar, aprender a entrenar la atención plena momento a momento para darnos cuenta de los mecanismos del ego, y poder funcionar desde más allá de él, desde el centro, desde donde todo está surgiendo, fluyendo con lo que es.

  Una de las lecciones más importantes de la vida es la Aceptación de “lo que es”, el resistirnos a una situación que nos parece dolorosa, que no es como nosotros esperamos, que rompe con nuestras expectativas de lo que pensamos que debería ser, nos genera un sufrimiento añadido, que es psicológico, que tiene que ver con la interpretación que le damos a lo que está aconteciendo, y que está teñido por la carga del pasado, por ello, el saber que se trata de mecanismos egoicos, mentales, y aceptar que todo está perfectamente diseñado a otro nivel que la mente concreta, muchas veces no puede entender, el saber que todo está bien como está, porque es justo lo que necesitamos para evolucionar, nos instala en esa paz profunda y nos permite fluir con la vida momento a momento, comprendiendo, sin juzgar; como en la meditación formal, podemos llevar este estado a cada actividad, a cada momento, es una actitud de vida.

  Hay la expresión china wu-wei , que es el corazón del Taoismo y un concepto utilizado por varias Tradiciones de Sabiduría, que se traduce como “hacer sin hacer”: la acción correcta sigue el curso de la totalidad ordenada, el Tao, y por ello encaja sin forcejear con la realidad; esta actitud no tiene que ver con la dejadez, por el contrario, requiere estar muy alerta para darse cuenta cuando estamos peleando para torcer la naturaleza de las cosas.

  Es ser flexible como el junco: adaptarse a los cambios y fluir con las situaciones. O como el agua, que se amolda a la superficie por la que la va circulando, contorneando piedras, sorteando obstáculos, amoldándose al terreno y sin ofrecer resistencia.

  Si vamos contra la corriente, si nos resistimos, si no aceptamos las cosas como son, generamos mas dolor y gastamos mucha energía. Todo esto implica soltar el control que la mente busca tener sobre todo, permitiendo que la vida haga a su ritmo, con sus propios tiempos de maduración.
                                                          Namaste 




viernes, 25 de noviembre de 2011

Donde quiera que vayas, ahí estás


Cuento  "El Búho y la lechuza"


  Un día de primavera, sobre las ramas de los árboles del bosque, una lechuza se encontró con un búho que era muy famoso por su sabiduría.

- ¿Adónde vas?, le preguntó el búho.

- Me estoy mudando al Este – respondió la lechuza

- ¿Por qué? – preguntó el búho.

- A lo que la lechuza contentó: “a la gente de aquí, no le gusta mi graznido, y por ello, sólo tengo problemas con los demás, por eso quiero irme a otro lugar”.

- El búho sabio contestó: “si quieres cambiar tu voz, estará muy bien. Pero aunque vayas al Este, dará lo mismo, porque a la gente de allí, tampoco le gustará. Acuérdate querida que, por más que cambies y sustituyas en el exterior, tu graznido te perseguirá, ya que:
 


“LAS VERDADERAS CLAVES DEL CAMBIO ESTÁN EN TU INTERIOR.” 


“Donde quiera que vayas, ahí estás”.

  No podemos escapar de nada. Las cosas, las situaciones, a las que no queremos enfrentarnos, o que pretendemos huir de ellas, o disimular, o hacer como que no existen, nos persiguen, especialmente si tienen relación con antiguos patrones y temores.

  Vivimos en la ilusión que si las cosas no funcionan bien, es suficiente con cambiar el rumbo, la dirección, y entonces, todo cambiará.
  Por ejemplo, si no nos satisface el trabajo, pensamos que solo cambiando de empleo se solucionará la insatisfacción, si tenemos conflictos con nuestra pareja, creemos que cambiando de pareja, ya está resuelto el problema; si lo que no nos gusta es a ciudad, pensamos que cambiando de sitio ya está solucionado el inconveniente, y así con todas las cosas, buscamos las soluciones cambiando el afuera, porque creemos que el problema está fuera de nosotros, culpamos al lugar, a las personas, al trabajo, a la pareja, a las circunstancias, y creemos que cambiándolas podemos volver a empezar y tener éxito.

  Es cierto que a veces conviene cambiar un trabajo, un lugar, que a veces las relaciones terminan, etc. , pero el inconveniente reside en que no se tiene en cuenta que nos llevamos con nosotros nuestra mente y nuestro corazón, además de lo que algunos denominan nuestro “karma”. Por mucho que lo intentemos, que huyamos, que lo neguemos, no podemos escapar de nosotros mismos. Y al realizar cualquier cambio “afuera” tarde o temprano, emergerán los mismos problemas, porque tienen que ver con patrones aprendidos y grabados muchos de ellos en la niñez, tiene que ver con nuestros condicionamientos, nuestra manera de ver, de pensar, de interactuar con el mundo.

  Muchas veces, nuestra vida “no funciona” porque no nos hacemos responsables ante el hecho que las cosas son como son y a partir de esa aceptación, trabajar con las dificultades; por muy problemática que sea la situación, no entendemos que es posible poder ver con claridad, comprender y llegar a transformar lo que hay en el aquí y ahora. Pero generalmente resulta más fácil y menos amenazador para nuestro ego proyectar nuestra responsabilidad ante los problemas en las otras personas y en el entorno, porque generalmente, resulta más fácil ver los “defectos” en los demás, culpabilizar al otro y creer que la solución es que se produzca un cambio en el exterior, huyendo de las fuerzas que nos retienen y que impiden que crezcamos y encontremos la felicidad.

  A veces, no culpamos al otro, sino que nos culpamos a nosotros mismos, y es otra manera de huir de nuestra responsabilidad, escapar pensando que el problema que hemos creado o el daño que hemos hecho no tiene solución, no se puede reparar.

  Pero tanto si culpamos al otro, como si nos culpamos a nosotros mismos, creemos que somos incapaces de cambiar de verdad, de crecer, y que debemos quitarnos de en medio para que los demás no sufran.

  Esta manera victimista de ver la vida, la podemos observar por todas partes, sólo basta con ver las relaciones rotas, gente que va de un trabajo al otro, de una relación a otra buscando la esperanza de una persona “adecuada”, un trabajo “ideal”, un lugar “adecuado”, el libro o el curso que solucionará el problema, o bien personas que se encierran en sí mismas, sintiéndose indignas de ser amadas, sintiéndose desesperadas e incluso dejando de buscar la paz interior.

  La verdadera solución está en observar el funcionamiento de la mente, darse cuenta de la manera de funcionar mecánica y condicionada de la mente y aprender a tomar distancia, a desindentificarse de patrones mentales que ya no son útiles, todo un trabajo interno de autoconocimiento, la herramienta que nos puede ayudar es la atención plena (la meditación), que nos permite tomar esa distancia interna y observar aceptando “lo que hay” y a partir de ahí utilizar el problema como una oportunidad de crecimiento, de ser más íntegros, teniendo en cuenta la transitoriedad de todo en esta vida, que “todo pasa”; que en la vida hay opuestos, que el dolor forma parte de la vida tanto como el placer, y no conviene huir de uno y perseguir el otro….
  Se trata de trabajar donde quiera que estemos, con lo que tengamos en el aquí y ahora, esto es lo que hay….este lugar, esta situación, este conflicto, este trabajo, hacer todo lo que esté a nuestro alcance por transformarnos a nosotros mismos antes de decidir cortar por lo sano y pasar a otra cosa.

  Tengamos en cuenta que siempre habrá algo que puede no gustarnos, entonces podríamos plantearnos ¿porqué no soltar y aceptar que también que podríamos estar cómodos dondequiera que estemos? En ese momento entramos en contacto con la esencia de nuestro ser e invitamos a la atención plena a entrar y a “curarnos”.

                                                                           Inspirado en John Kabat Zinn

martes, 22 de noviembre de 2011

Meditación


  Meditación es estar atentos y plenamente conscientes, segundo a segundo, de nuestros pensamientos, de nuestros  sentimientos, sensaciones de nuestro cuerpo y movimientos, de todo nuestro entorno.  

  Hemos sido condicionados para pensar, y hemos aprendido que para mejorar nuestra vida debemos esforzarnos, y cuanto más mejor ...

  La meditación es un no hacer y se efectúa casi sin esfuerzo. Se trata de relajarnos y permitir "que suceda". Este renunciar al impulso compulsivo de hacer, nos lleva al nivel más profundo de relajación psicológica posible en estado de vigilia. De la misma manera,  podemos obtener todos los beneficios, si meditamos en movimiento, estando plenamente conscientes de lo que hacemos.

  Mediante la  práctica regular, disfrutamos del placer de la experiencia del estado alfa ( baja frecuencia cerebral), con una gran cantidad de beneficios, como son el alivio de las presiones de la mente, claridad y tranquilidad emocional, la  recarga y equilibrio  nuestras energías, resultando curativa a un nivel muy profundo.

  Hay gran cantidad de técnicas meditativas, pero la esencia de cualquier forma de meditación es prestar atención pasiva, relajada, sin juicios. Observar sin razonar, ni analizar, sin juzgar lo que veo, sin pretender o preferir que no estén estos pensamientos que aparecen, sólo observar,  dejar pasar, como si fueran nubes en el cielo...
  Es un estado abierto de conciencia, una “expansión para incluir” y un “permanecer en contacto” con todo lo que se está presenciando, y al mismo tiempo también, somos conscientes de nosotros mismos como un testigo imparcial,  ecuánime, que sólo observa....

  El meditador, sentado o en movimiento presencia su propio proceso de pensamiento sin implicarse, al principio llegarán preocupaciones, recuerdos (pensamientos del pasado), anticipaciones (pensamientos de futuro), emociones, sensaciones, que intentarán arrastrarnos, entretenernos, perdiendo ese espacio de testigo y teniendo que regresar a presenciar una y otra vez, sin culparnos, incluso,  observando  esa parte de nosotros que se impacienta o enoja con estas distracciones de la mente.   Con la práctica, cada vez será más fácil y poco a poco romperemos el hábito de dejarnos arrastrar por nuestros pensamientos y sentimientos.

  El objetivo de la meditación es centrarse en el aquí y ahora, en el presente. Nosotros estamos donde está nuestra atención. El estar en el presente, es salir de los automatismos, contemplar lo que sucede con ojos puros y responder a las situaciones de una manera espontánea y apropiada, no mecánica y reactiva.

  Practicar la meditación es recordarnos lo que realmente somos; no somos los pensamientos, ni el cuerpo, ni nuestros sentimientos, ni emociones, ya que podemos observarlos y nos damos cuenta que estamos separados de ellos.

 En nuestro nivel profundo, no somos nuestros nombres, ni las etiquetas sociales  hombre o mujer, ni la clase social, ni títulos académicos, ni oficios (son actividades que realizamos, no son lo que somos, no nos definen). 

 Al final, cuando hemos abandonado nuestras falsas identificaciones, sólo queda la esencia, el ser.

Recuerda lo que dice Nisargadatta:

 "No eres la charla que oyes en tu cabeza; eres el testigo que oye esa charla”.

      
 ALGUNOS DE LOS MUCHOS BENEFICIOS: 

* Mayor actividad de las ondas cerebrales theta (cerca del sueño).

* Disminución en los niveles del colesterol.

* Disminución del cortisol y adrenalina (hormonas que predominan en el estrés),
  disminuyendo la tensión y las dolencias psicosomáticas.

* Disminución en la necesidad de consumir drogas, ansiolíticos, relajantes, etc.

* Disminución del dolor que cursa con algunas enfermedades.

* Fortalece el sistema inmune (encargado de las defensas del organismo).

* Regula la presión sanguínea.

* Favorece el funcionamiento cerebral.

* Favorece el flujo de energías creativas, el autoconocimiento, el desarrollo personal.

* Eleva la autoestima, favorece la concentración, aporta claridad mental.

* Facilita manejar situaciones difíciles.

* Aporta fortaleza interior, confianza en sí mismo, tolerancia, sensibilidad, autenticidad.

* Favorece el autoconocimiento.

* Nos conduce al ser, a lo que somos en esencia.


ONDAS DE ACTIVIDAD CEREBRAL

TIPO DE ONDAFRECUENCIASITUACIÓN MENTAL
BETA13 a 28 HzEstado de alerta máxima. Vigilante, miedo, estado de vigilia (conducción, trabajo, ansiedad,...)
ALFA7,5 a 13 HzRelajación, tranquilidad, meditación. Momento previo al sueño.
THETA3,5 a 7,5 HzInicio del sueño o meditación profunda.
Fantasía, imaginación, inspiración creativa.
DELTA0,2 a 3,5 HzSueño profundo, trance hipnótico. Fase REM del sueño.

  Cuando meditamos, nos liberamos de la respuesta de "luchar o huir" (que tiene que ver con la ira o ansiedad), y nos instalamos en una respuesta de relajación, donde disminuye el ritmo cardíaco, la respiración y la tensión sanguínea, se relajan profundamente los músculos, y las ondas cerebrales pasan de la frecuencia beta (estado de vigilia), a la frecuencia alfa y theta (relajación meditación). 







                                                                                                                           

jueves, 17 de noviembre de 2011

El dolor



                               
  El dolor forma parte de la vida, mediante él podemos tornarnos más alertas, más conscientes. 
  En las épocas en que la vida transcurre fácil, confortable, cómoda, o en las que las circunstancias parecen responder a nuestros anhelos, entonces, no somos tan conscientes de la dicha que estamos viviendo, pero, cuando se muere un ser querido, cuando enfrentamos el abandono, cuando atravesamos momentos en que las circunstancias, las personas, no “responden” a nuestras expectativas, a lo que creemos que son nuestras necesidades, etc., y nos sentimos solitarios, y el dolor cala hondo, allí, podemos aprovechar a hacernos más conscientes.

  Curiosamente, cuando vivimos a fondo cualquier situación de vida, en este caso el dolor, cuando vamos a las raíces de este dolor, aceptándolo, porque es “lo que hay”, experimentándolo desde la aceptación y sabiendo que es algo transitorio, el dolor desaparece y queda la enseñanza….. uno despierta un poco más y se da cuenta de la transitoriedad de todos los estados, que todo es cambiante: épocas de pena, dolor, se alteran con épocas de alegría, tan solo estados, que cambian, que no permanecen en la dualidad.

 Podemos utilizar esas épocas de dolor para transformarnos, para aprender, para ver los programas erróneos con los que estamos funcionando, para crecer, tratando de ver qué aprendizaje hay detrás del dolor. Transformarnos, como la oruga, que durante un tiempo permanece dentro de su crisálida, en la “incertidumbre”, “sin saber” que pasará….pero llegado el momento justo y oportuno, se enfrenta a un proceso doloroso donde debe esforzarse por romper el capullo, abandonar lo seguro, y avanzar en la “confianza” de transformarse en una hermosa mariposa, desplegando sus alas para volar libre….

  Detrás del dolor que experimentamos, se esconde una nueva lección que, una vez asimilada, ampliará nuestra visión, nos liberará de apegos, de identificaciones, tornándonos mas pacientes y compasivos, mas despiertos, mas lúcidos.

  Mientras todo esto sucede en la “superficie”(en el nivel del ego); en el plano más profundo, central, el observador, el testigo, puede ser consciente de toda la ilusión, de lo pasajero….
                                                                                                                    Namasté


lunes, 14 de noviembre de 2011

CRISIS: Peligro y Oportunidad


           


  En chino, la palabra CRISIS consta de dos ideogramas. Una significa PELIGRO, y la otra OPORTUNIDAD.

  En general, se nos educa para ver a las crisis como algo negativo, como un problema que tenemos que resolver, y  cuanto antes mejor. Y esto se debe a la manera de funcionar de nuestra mente programada, que quiere tenerlo todo bajo control, que pretende una seguridad que no existe, ya que todo cambia, nada permanece….
  En épocas de crisis, hay movimiento, son épocas de cambios,  y a la mente le atemorizan los cambios, la mente busca constantemente la felicidad, huyendo del dolor…es su manera mecánica de funcionar, es por ello que cuando se entra en crisis, se siente miedo, inseguridad, incertidumbre, frustración, depresión, a veces hasta se manifiesta agresividad, se está a la defensiva….. El pensar que podemos tenerlo todo controlado, seguro, es una ilusión, un imposible.

  Pero podemos convertir a la crisis (sea emocional, material, existencial, etc.) en una gran oportunidad de autoconocimiento, una oportunidad para superar los temores, para comenzar a cuestionarnos qué necesitamos realmente; una oportunidad para investigar dónde nos encontramos, el para qué actuamos de esta manera, el para qué hacemos lo que hacemos  y vivimos de la manera en que vivimos. Podemos investigar qué sentido tiene todo esto que nos está sucediendo.
  Una oportunidad para revisar nuestras creencias más arraigadas, más profundas, nuestros patrones de pensamiento, nuestra manera de ver la vida, en qué paradigma vivimos, y una oportunidad para cambiar ese paradigma, para replantearnos la vida, adoptando nuevas ideas, nuevas creencias que nos apoyarán a crear una vida más saludable y más acorde a nuestras potencialidades.

  Lo único seguro en esta vida es el cambio, conviene entonces que nos movamos con él, que fluyamos con él, soltando las resistencias internas que lo único que hacen es aumentar el sufrimiento. Recordemos que el sufrimiento es un estado psicológico según lo que nos decimos acerca de lo que pasa, sumado a una resistencia interna, el no aceptar, no querer lo que está pasando….sin embargo, el dolor forma parte de la vida, de nuestras experiencias y es conveniente sentirlo, no negarlo, pero sin añadirle interpretaciones erróneas que nos hacen instalarnos en el sufrimiento. Es como decir un “si” a lo que está ocurriendo, aunque no me guste, si ya está ocurriendo conviene que parta de la aceptación…luego veré que puedo hacer con ello.
  Enfocarme en la oportunidad que se esconde tras la crisis en vez de hacerlo en las dificultades, es todo un acto de sabiduría que me llevará a salir de ella crecido,  fortalecido.

   Los acontecimientos, los hechos, son en sí mismos neutros, ni negativos ni positivos, es la mente la que los interpreta, la que procesa lo ocurrido; la mente le da un significado al suceso apoyándose en antiguos aprendizajes del pasado, desencadenando de esta manera los estados emocionales.

  Por ejemplo, para algunas personas, una enfermedad, puede ser algo muy desafortunado, mientras que para otras, es una oportunidad de reflexión, autoconocimiento, descanso, cambio de hábitos, atender necesidades postergadas, etc.; hay personas que ante una pérdida material importante entran en un estado de depresión, un  sin sentido, incluso se quitan la vida, y sin embargo, otras personas, se replantean una nueva vida,  volver a comenzar…., salen fortalecidas de la experiencia. Todo depende de la actitud interna, de la visión interna…..que hará que den con los recursos necesarios, que atraerá a las personas y  situaciones necesarias. Las situaciones pueden ser similares, pero la interpretación que le da una y otra persona, pueden ser bien diferentes…

  Al ser conscientes de que los hechos son relativos, nos podemos centrar en la interpretación que la mente le da a los acontecimientos.  
  Podemos elegir entre una actitud  negativa, con todas sus consecuencias, o podemos ver el problema como una oportunidad de cambiar  y mejorar nuestra vida,  apostando al crecimiento personal.

  Como dice el dicho: "Las cosas no son verdad ni mentira, son del color del cristal con que se miran", “Cambia el color de tus gafas, y verás otra realidad” .

  La interpretación que hacemos de los hechos, viene de programas mentales que fuimos aprendiendo en la niñez, y que se fueron reforzando con las distintas experiencias que hemos vivido.
  Si queremos tener una vida armoniosa, plena, con sentido…, conviene que aprendamos a buscar la  mejor interpretación de lo que nos sucede.

  La casualidad, el azar, no existe. Los acontecimientos son causales, obedecen a causas no siempre a la vista, y, aunque a veces no estemos conscientes de lo que traen de "positivo" a nuestra vida, sí estemos seguros que, detrás de la adversidad, se esconden grandes oportunidades de crecimiento, de evolución. Podemos observar situaciones críticas pasadas  y ver cómo hemos crecido de aquello que parecía tan doloroso y tan adverso...
Como dijo    Einstein: "Dios escribe recto con líneas torcidas"
                                                                               
                                                                                                                          
               



miércoles, 9 de noviembre de 2011

El "efecto espejo" en las relaciones


  Muchas veces  escuchamos que las personas son espejos nuestros, o que todos somos espejos de los demás, que debemos aprender a vernos en el reflejo de las otras personas, o que todo lo que veo a mi alrededor es una expresión de mí mismo...

  Las relaciones que tenemos con las demás personas, son una valiosa herramienta de evolución espiritual, cuya finalidad última es la unidad en la Consciencia. Como dicen los Maestros: Todos somos parte de la misma Consciencia Universal, y esto tiene repercusión en nuestra vida diaria, cotidiana.

  Nuestra vida es de relación, a diario estamos relacionándonos con otras personas, hijos, padres, parejas, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, etc.

  Tanto las personas que amamos, que nos caen bien, como las personas a quienes rechazamos, o que no nos caen tan bien, son espejos nuestros.
  Nos atraen quienes tienen cualidades similares a las nuestras, y al estar en su compañía, sentimos que podemos actualizar, expresar esas cualidades. Más difícil es aceptar, que cuando algo nos molesta mucho en otra persona, se trata de partes nuestras que están en "la sombra", partes inconscientes que rechazamos, que negamos de nosotros mismos, porque no se ajustan al modelo social, a lo que creemos ser, o al ideal que tenemos; si no tuviéramos problema en aceptar esas características, no nos molestarían.

  Observa las personas que te atraen, con quienes te sientes cómodo, ¿qué te gusta de ellas?, es su inteligencia, su generosidad, su paciencia, su belleza, su gracia, su poder, su sabiduría, etc., y toma consciencia que esa cualidad, en un grado u otro, también está en ti, más, o menos desarrollada, o a desarrollar, pero está en ti, de lo contrario, no podrías verla, reconocerla en la otra persona.

 Ahora, observa a las personas a quienes rechazas, ¿qué es lo que más te molesta?, es su agresividad, su impaciencia, su egoísmo, su cobardía, etc., mira en tu interior esas partes negadas, mira sinceramente, en alguna medida están en ti, y es porque todo en el universo es la coexistencia de valores opuestos (en el mundo fenoménico, del ego).

  Para mostrarte valiente, tienes que haber reprimido a tu parte cobarde, para ser generoso, habrás reprimido al mezquino, si eres muy virtuoso, también tienes la capacidad para actuar con maldad, etc., esto no quiere decir que lo hagas, lo que digo es que si esta manera de ser del otro te molesta mucho, es porque tienes un problema interno con ese aspecto, quizá no llegarás a expresar agresión, o lo que sea, porque lo reprimes, pero no quiere decir que no esté en tu interior en un grado u otro, el tema es que cuando uno reconoce sus partes luminosas y sus zonas más sombrías, ya no le afecta que la otra persona sea de tal o cual manera; el problema surge cuando nos molesta la actitud del otro, y ahí es donde tenemos que mirar en nuestro interior, que está pasando con esa actitud. No significa que tengamos que soportar actitudes agresivas o desagradables de la otra persona....

  Llevamos al mundo en nuestro interior, y vernos en las relaciones como en un espejo, pueden ser una gran herramienta de crecimiento personal, de autodescubrimiento e integración de la personalidad, cuanto más integrada la personalidad, menos nos afectan las actitudes de los demás... Esto no significa que no veamos la crueldad en alguien, la mala voluntad, la agresión, y otros aspectos "negativos", pero cuanto más integrados estemos, menos nos afectarán, podremos aceptarlos como son, aunque no aprobemos su conducta, entenderemos que son aspectos menos desarrollados, que todo es un camino evolutivo hacia la integración de los opuestos.

  Nos pasamos gran parte de nuestra vida perdiendo grandes cantidades de energía, negando ese lado oscuro nuestro, reprimiéndolo para que no salga, y luego terminamos proyectando esas características en nuestro exterior, en quienes nos rodean, claro todo esto de manera inconsciente, porque funcionamos condicionados con un modelo, una manera de ser.....

  Cuando te encuentres con una persona que no te agrada, cuando veas aspectos en tu pareja, en tus hijos, en tus jefes, padres, hermanos, etc., que te irritan, que te molestan mucho, tómalo como una oportunidad de aceptar los opuestos en ti, una oportunidad de descubrir un nuevo aspecto en ti. Sólo puedes trabajar en tu interior, no puedes cambiar al otro, cuando cambies tu interior, la interpretación que le das a lo que sucede, el otro cambia, o la situación cambia.

  Cuanto más aceptes tanto la luz como la oscuridad en ti, más claro estarás, más sanas y más equilibradas serán tus relaciones, porque podrás aceptar el lado oscuro en los demás.
Vernos en el espejo del otro, es ver nuestro ser completo, pero para ello, necesitamos aceptar todos los aspectos en nosotros, necesitamos reconocer que, el tener aspectos negativos no significa que seamos imperfectos. Nadie tiene solo aspectos positivos, hablando en el nivel del ego; luego en Esencia, en nuestro nivel profundo, en el Centro, somos un potencial de energía, inteligencia y amor, cualidades todas positivas, allí no hay dualidad, sino unidad.

                                                                                                               Namasté 

viernes, 4 de noviembre de 2011

Aceptación



  Habitualmente, reaccionamos de una manera mecánica, automática ante las situaciones de nuestra vida diaria.
  Queremos que las cosas sucedan como  y cuando deseamos, pero la vida es imprevisible, y las cosas son como son, no como queremos que sean.
  A veces, no podemos cambiar las situaciones; pero si podemos cambiar nuestra interpretación de lo que nos sucede. 
  Ante lo que nos ocurre, tenemos dos opciones; podemos elegir entre una actitud de apertura o aceptación, y otra de no aceptación o negación, de resistencia. 
  Resistirse, significa que la mente dice "no" a lo que pasa, por no coincidir la situación con las expectativas que teníamos en mente.
  La falta de aceptación, nos conduce al dolor, al resistirnos inconscientemente a lo que es, dejando que la mente dirija nuestras vidas. 
 Cuando mayor es el grado de resistencia  a lo que nos sucede en el presente, mayor es la intensidad del dolor que padecemos; y el grado de resistencia, dependerá de qué fuerte sea la identificación con la mente.
  Sucede que, cuando atravesamos una situación que nos resulta desagradable, la mente se resiste al ahora, al presente porque la experimenta como una amenaza, ya que la mente necesita tenerlo todo controlado.
  Hay que tener en cuenta que la mente es un instrumento muy útil para funcionar en el mundo de las formas; pero cuando ésta nos domina, genera dolor y sufrimiento.

  Como dice Chuang-Tsé:  "El que quiere vivir el placer sin dolor, y el orden sin desorden, no entiende las leyes del cielo y la tierra." 

  Es necesario aceptar lo que es, liberándonos de la identificación mental.
  Aceptar no quiere decir que debemos resignarnos, no quiere decir que no emprendamos la acción oportuna para cambiar la situación, si se puede, porque si sólo nos resignamos, generamos frustración y amargura en nuestro interior.

  El no aceptar una situación de vida insatisfactoria, hace que nos tornemos negativos, que percibamos al mundo como amenazante, que nos surja una necesidad automática y compulsiva de enjuiciar, criticar a los demás, de competir, de dominar al otro; al no aceptar lo que nos ocurre, nuestra interpretación de los hechos se carga de miedo e inseguridad, nos ponemos tensos y rígidos mentalmente y esto indudablemente afecta también a nuestro cuerpo.

    "Dios,  concédeme   la serenidad de aceptar las cosas que no puedo cambiar,  
  el valor para cambiar las que sí puedo,
   y la sabiduría para discernir la diferencia"
                                                                               San Agustín.

 Se trata de observar los "juegos" de tu mente, el devenir de los pensamientos, sin juzgarlos, sin intentar detenerlos, sin razonarlos, sin pretender que no estén, sin identificarte....sólo observando, como quien observa las ondas en la superficie de un lago, o como quien observa el desplazamiento de las nubes en el cielo...simplemente.
  Observar como estos pensamientos se suceden unos tras otros, intentan traerte recuerdos del ayer, acontecimientos pasados, que se proyectan en preocupaciones por un futuro incierto; todo un "juego" de la mente, quizá entretenido, quizá angustiante....los pensamientos, tratarán  de atraer tu atención hacia ellos y meterte en el juego (al igual que un niño que busca continuamente llamarte la atención).

  El aprender a distanciarte de la mente, de los contenidos de la mente, es una gran bendición. De esto trata la meditación, de observar "la película" que está rodando tu mente, sin quedar atrapado, enganchado, en el drama.

 Todo el tiempo, durante tu vida, estás persiguiendo deseos, sueños, y cuando consigues uno, vas tras otro, esto no se termina...te asalta la insatisfacción y muchas veces la desilusión y la frustración, al darte cuenta que el depender de la consecución de estos deseos, no te llevan a ninguna parte, quizá a vivir más estresado.

  Las metas son necesarias como mapa de vida, el tener proyectos, deseos en sí, no tienen nada de "malo", el problema está en vivir pendientes de conseguir estos deseos, sosteniendo un estado de crispación, de tensión, sin vivir el ahora, el presente, cada momento.

  Te invito a tomarte un respiro, un descanso.....


  Sólo observa tus pensamientos, tus emociones, tus sensaciones corporales....,
no las critiques, no las juzgues, céntrate en tu respiración....., 
sigue con atención el trayecto del aire cuando inhalas y al exhalar, dejando pasar tus pensamientos, como esas nubes en el cielo...tomando distancia....
siente como poco a poco te vas relajando, y cómo tu mente se aquieta y se torna cada vez más clara y serena...
Estás conectando con tu Ser....observando....en presente, en el aquí y ahora......