SENDERO TRANSPERSONAL

INTEGRANDO PSICOLOGIAS DE ORIENTE Y OCCIDENTE

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La Psicología Transpersonal o Integral, es un enfoque terapéutico que apunta a que el ser humano alcance niveles óptimos de salud psicológica, dándole importancia a la expansión de la conciencia.

Se trata de un acompañamiento terapéutico para que la persona aprenda a observar sus patrones mentales, sus creencias, que son la causa del malestar, que aprenda a desidentificarse de sus contenidos mentales, a trabajar con sus emociones saludablemente, que aprenda a hacerse responsable de sí misma, de sus relaciones, de sus experiencias, sin culpabilizar al entorno, a la vida por lo que le sucede, comprendiendo que la adversidad, es una oportunidad de cambio y desarrollo personal.

Capacita al paciente para que aprenda a satisfacer de una manera saludable sus necesidades a todos los niveles: físico, emocional, mental, espiritual, aprendiendo a conectar con la dimensión trascendental; todo ello conlleva a una integración de su personalidad y a alcanzar niveles superiores de salud psicológica, para luego poder trascenderla y conectar con la esencia.

Se toman en cuenta los problemas, dolencias particulares que empujan a la persona a una consulta y se las trabaja e integra, pero el enfoque principal de la Terapia Transpersonal, que la hace diferente y más abarcativa que otras terapias psicológicas (integra psicologías de oriente y occidente) es el de capacitar a la persona para que aprenda a conectar con sus propios recursos internos y permita desplegarse sin temores al proceso de crecimiento natural.

La terapia utiliza diferentes técnicas que se adaptan a las necesidades del paciente y a su estado de consciencia, integrando los niveles físico, mental y emocional (ego) y luego trascendiéndolo hacia los valores superiores, como la compasión, el amor a los demás seres vivos, el sentido de la propia vida, el desarrollo de la creatividad, etc., favoreciendo cambios en su nivel evolutivo.

sábado, 31 de mayo de 2014

¡Nuestras vidas no son satisfactorias!



¡Nuestras vidas no son satisfactorias!…La única razón de que no estés amando todo el tiempo es que estás sufriendo. Si no sufrieses, amarías, estarías en paz, esparciendo amor y paz a tu alrededor.
Nuestro sufrimiento tiene una causa. Esta es la gran percepción de Buda. Su genialidad se manifestó cuando clamó que el sufrimiento tiene una causa y que si la descubriésemos podríamos destruirlo…
¿Cuál es la causa del sufrimiento? La actividad mental, la construcción de pensamientos. Algunas veces la mente está en reposo, y todo está bien. Pero otras veces ella comienza a actuar, elaborando lo que Buda llama la construcción de los pensamientos. Comienza a hacer juicios, evaluaciones, a tener distintos y variados pensamientos.

Si no entendemos la acción de nuestras mentes, comenzaremos a sostenernos solamente en nuestra construcción mental y estaremos al arbitrio de la razón. No nos apoyamos en cosas, sino en construcciones mentales. Quedaremos presos en lo que fue inventado por la mente, no por las cosas en sí.
Andamos por la calle y oímos una linda música. Nos extasiamos. Entonces aparece la construcción mental: “Qué música linda, me gustaría oírla muchas veces; compraré un grabador, pues necesito esta grabación. Tendré que esforzarme para conseguir esas cosas.” Todo construido por la mente.

¿Cuáles son las construcciones de la mente que crean ansiedad, inquietud? “La música es mágica, adorable, me gusta”. No estás a merced de la música que oíste o del grabador, estás controlado por las evaluaciones que hace tu mente.
Si supusiésemos que nuestros sentidos son puramente perceptivos, tendríamos un problema, pues ellos son extremadamente selectivos. Nuestra conciencia también es selectiva; no vemos la realidad, no podemos verla, podemos ver lo que es proyectado, preseleccionado por la mente, No puedo verte; sólo veo la idea que existe de ti en mi mente. Es la razón de que se vean dos imágenes. Veo en ti cosas que otro no ve y viceversa. En otras palabras, para que yo pueda verte, tengo que acercarte a mi mente, a su lado selectivo, y percibir. ¿Cuánto subsiste de la realidad? Lo que subsiste en la mente es filtrado constantemente. ¿Cuáles son los filtros? Mis miedos, deseos, relaciones, creencias, hábitos y condicionamientos.
Ellos seleccionan aquello que es percibido por nuestros sentidos. No tengo sensaciones reales, reacciono a las imágenes consubstanciadas con mi mente. Puedo mirar a alguien, ver a un norteamericano, tener un buen sentimiento; cualquier otra persona, al mirarlo, puede tener un sentimiento adverso. ¿Se ve a un ser humano o una imagen?

Cuando deseas algo, reparas en muchas cosas que las otras personas no ven. Una madre puede estar durmiendo profundamente mientras los ruidos resuenan en su cabeza, pero al primer suspiro de su bebé ella despertará. ¿Por qué? Sus sentidos filtran los otros sonidos. Algo sucede dentro de nosotros. Existe, allí, un censor que actúa sobre lo que vivimos. Tal percepción depende del condicionamiento pasado.
Vivimos, entonces, con muchas cosas filtradas, seleccionadas, pasadas por los sentidos. ¿Qué existe, de hecho, en nuestras mentes? Unimos a las imágenes nuestras construcciones mentales y evaluaciones: esto es bueno, esto es malo, cierto, erróneo. En la realidad no hay bien ni mal. No existe bien ni mal en las personas, ni en la naturaleza. Existe solamente un juicio mental impuesto a esta o aquella realidad…

¿Qué es la conciencia? Es la capacidad de observar cuánto filtramos la realidad, no solamente la imagen que persiste.
El yo inventó la noción de ego mío. Si miro el mundo, en mi estupidez proyectaré lo mío sobre los campos, las máquinas las ciudades, sobre la realidad. Dame alguna realidad y estaré listo para proyectar sobre ella algo de mi ego. Este mío existe solamente en mi cabeza, porque si muriese esta noche, nada de aquel campo cambiaría: las cosas son lo que son. No son mías, tuyas o de él. Esto es una mera convención entre nosotros…
Todo es pasajero, insatisfactorio… Paradójicamente, ésta es la fórmula secreta para un deleite continuo. Dijo: Jesús: ”¿Quién es mi madre, mi hermano, mi hermana? No los tengo. Existe allí una mujer, pero mi madre es un concepto que hay en mi mente…”
Si no existe el ego, no hay mal…Todas las convenciones, rótulos, límites son inventados en nuestra mente…
El ego es una creación de la mente…
Nuestras mentes crean rótulos, los aplican a los individuos, diciendo que, a partir de aquel instante, este o aquel grupo son grupos separados. Entonces pedimos a las personas que ofrezcan sus vidas por la defensa de los rótulos que creamos. Damos a esta defensa un título glorioso, algo como: morir por la fe; en realidad ellas mueren por convenciones, por conceptos que no existen en la realidad. A esas personas se les prometen recompensas invisibles, como por ejemplo: si mueres por la fe, por el país, por Dios, tendrás un reino eterno, a pesar de no ser real.

¿Qué es, pues, meditación? Meditación significa observar todo lo que se encuentra en los filtros de tu conciencia, ver, reconocer, estar consciente de que todo es pasajero, insatisfactorio y libre del yo. Uno de los maestros budistas dice: “Puedes gastar toda tu vida contemplando la tendencia de tu mente a rotular el bien y el mal en todas las cosas”. Yo te aseguro que si pudieses observar el trabajo de tu mente, nunca conocerías un minuto de tedio…
… Atracción y repulsión, el apoderarse y el resistir.
…Cuando una persona no tiene antipatías ni apegos, su amor renace, crece. Conocerás entonces el amor. De otra manera, estará solamente ocupada con algunas imágenes en su mente. Ningún apego, ninguna aversión, sólo amor: percibe y aceptarás de corazón lo que sea…

Tú, que alcanzaste el vacío, dejas de ser una persona. Te mueves por la vida, dentro de la vida. Lleno de vida, y nada tiene el poder de destruirte, Es como si tú arrojases tinta en el aire; un segundo después no habría nada más en el aire. “Al entrar en un bosque ni una hoja era perturbada, al entrar en el agua ni una onda se producía siquiera; él no desarmonizaba el mundo”.
Ningún ruido te perturbará, ni tú mismo serás capaz de perturbarte. Las cosas son lo que son. El ruido existe en tu cabeza, no en la realidad. Tus evaluaciones hacen de este ruido una molestia.
La meditación no es apego, identificación o posesión. Estas acciones conducen sólo al sufrimiento. Meditación es observación. Conduce al cuestionamiento y al amor.

                                                           Anthony de Mello