SENDERO TRANSPERSONAL

INTEGRANDO PSICOLOGIAS DE ORIENTE Y OCCIDENTE

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La Psicología Transpersonal o Integral, es un enfoque terapéutico que apunta a que el ser humano alcance niveles óptimos de salud psicológica, dándole importancia a la expansión de la conciencia.

Se trata de un acompañamiento terapéutico para que la persona aprenda a observar sus patrones mentales, sus creencias, que son la causa del malestar, que aprenda a desidentificarse de sus contenidos mentales, a trabajar con sus emociones saludablemente, que aprenda a hacerse responsable de sí misma, de sus relaciones, de sus experiencias, sin culpabilizar al entorno, a la vida por lo que le sucede, comprendiendo que la adversidad, es una oportunidad de cambio y desarrollo personal.

Capacita al paciente para que aprenda a satisfacer de una manera saludable sus necesidades a todos los niveles: físico, emocional, mental, espiritual, aprendiendo a conectar con la dimensión trascendental; todo ello conlleva a una integración de su personalidad y a alcanzar niveles superiores de salud psicológica, para luego poder trascenderla y conectar con la esencia.

Se toman en cuenta los problemas, dolencias particulares que empujan a la persona a una consulta y se las trabaja e integra, pero el enfoque principal de la Terapia Transpersonal, que la hace diferente y más abarcativa que otras terapias psicológicas (integra psicologías de oriente y occidente) es el de capacitar a la persona para que aprenda a conectar con sus propios recursos internos y permita desplegarse sin temores al proceso de crecimiento natural.

La terapia utiliza diferentes técnicas que se adaptan a las necesidades del paciente y a su estado de consciencia, integrando los niveles físico, mental y emocional (ego) y luego trascendiéndolo hacia los valores superiores, como la compasión, el amor a los demás seres vivos, el sentido de la propia vida, el desarrollo de la creatividad, etc., favoreciendo cambios en su nivel evolutivo.

MEDITACIÓN-ATENCIÓN PLENA

                                         


  Se trata de prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar.
                                                                                                 Jon Kabat Zinn


  Este tipo de atención permite desarrollar una mayor conciencia, claridad y aceptación de la realidad del momento presente. Nos despierta para que podamos darnos cuenta de que nuestra vida se despliega sólo en momentos. 

  Si durante la mayoría de estos momentos, no estamos plenamente presentes, es posible que nos perdamos lo que es realmente valioso en nuestra vida y que no nos demos cuenta de la riqueza y la profundidad de nuestras posibilidades de crecimiento y transformación.

  La mayoría de las veces nuestras acciones y comportamientos son mecánicos e inconscientes, motivados por temores e inseguridades profundamente arraigados en nosotros. Si no nos ocupamos de ellos, con el tiempo tienden a exacerbarse y dejarnos con una sensación de estancamiento y desconexión. Con el tiempo, puede que acabemos perdiendo la confianza en nuestra capacidad de redirigir nuestras energías para la consecución de una mayor satisfacción y felicidad, incluso una mayor salud.

  La Atención Plena, nos proporciona una manera sencilla pero muy potente para salir del estancamiento y recuperar el contacto con nuestra sabiduría y vitalidad, haciéndonos cargo de la dirección y la calidad de nuestra vida, de nuestra relación con nosotros mismos, incluyendo las relaciones familiares, trabajo y con el mundo en general

  La Atención es como un lente que recoge las energías dispersas y reactivas de nuestra mente y las concentra, formando con ellas una fuente coherente de energía para vivir, para resolver problemas y para sanar.

 Cuando reaccionamos de manera automática e inconsciente ante las demandas del mundo exterior y a nuestras propias experiencias interiores, de manera rutinaria y sin saberlo, desperdiciamos importantes cantidades de energía.

  En este sentido, el hecho de “cultivar” la Atención Plena, nos lleva a reunir estas energías desperdiciadas. Así aprendemos a calmarnos para penetrar y detenernos en estados de profundo relajamiento, restaurando el cuerpo y la mente.

  Al estar Atentos, nos resulta más fácil ver con mayor claridad la forma en que vivimos y, al tornarnos conscientes, podemos realizar los cambios oportunos para mejor nuestra salud y nuestra calidad de vida.

 Además, la práctica de la Atención Plena, nos ayuda a canalizar nuestra energía eficazmente en momentos de tensión, o cuando nos sentimos amenazados o inermes.

 Esta energía proviene de nuestro interior, con lo cual está siempre a nuestro alcance y bajo nuestro potencial control.

  La práctica nos lleva a observar la mente; alimentar la serenidad y la aceptación de uno mismo; observar a qué está dispuesta nuestra mente en cada momento, observando las ideas, dándoles rienda suelta, sin que nos capturen ni arrastren; a cómo hacer sitio para las nuevas formas de contemplar viejos problemas y poder percibir la vinculación de unas cosas con otras.

  Puede llevarnos al descubrimiento de profundas áreas de serenidad y visión honda de nosotros mismos, independientemente de nuestros problemas, la atención siempre está aquí, es accesible.

  La mayor parte del tiempo funcionamos de una manera automática y sin darnos cuenta de lo que hacemos y experimentamos, en especial en momentos de crisis, tendemos a vivirnos de manera errática y abandonarnos a ideas y sueños, huyendo del momento presente.

  Nuestros pensamientos son tan dominantes, en especial en crisis, que nublan nuestra consciencia del presente, al practicar la Atención observamos como nuestra consciencia es arrancada del momento presente por nuestras ideas, sin tener en cuenta dónde nos encontramos o bajo qué circunstancias.

  Se trata de estar atentos, de darse cuenta, observando el cuerpo, la mente, permitiendo que las experiencias se vayan desplegando momento a momento aceptándolas como son, sin rechazar los pensamientos, ni suprimirlos, ni controlar nada que no sea el enfoque y la dirección de la atención. 
  De eso se trata la Meditación. Esta clase de aprendizaje nos asienta en momentos de ser y cultivar la consciencia.

  La práctica de la Atención Plena es la práctica de instalarse  en el aquí y ahora.


  Solemos pasar la mayor parte de los momentos de la vida sin estar plenamente en ellos, perdiéndonos algunas de las experiencias más ricas de nuestra vida. Y esto es porque nuestra mente está demasiado sobrecargada de cosas que creemos que en ese momento son más importantes que detenernos a escucharlas y darnos cuenta de ellas.

  Cuando el darse cuenta, la consciencia, domina la mente, todas nuestras decisiones se ven afectadas por ello.

  Todos los problemas se pueden ver con mayor nitidez a través de una mente clara, que conlleva a la resolución y sanación.

 Aprender a escuchar el cuerpo es de vital importancia para nuestra salud. Para poder liberar la tensión que el estrés nos produce, en distintos grupos musculares, órganos, etc. Primero tengo que darme cuenta de esa tensión, para luego hacer algo con ella.

La esencia de la Atención Plena es saber lo que hacemos mientras lo hacemos (cuerpo y mente en sintonía).


  El estar atentos, conscientes de los juicios automáticos que nuestra mente realiza para ver a través de nuestros prejuicios y temores, y que nos quitan la paz interior, hace que nos liberemos de su tiranía.

  La Atención Plena se cultiva asumiendo el testigo imparcial de nuestra propia experiencia.






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