SENDERO TRANSPERSONAL

INTEGRANDO PSICOLOGIAS DE ORIENTE Y OCCIDENTE

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La Psicología Transpersonal o Integral, es un enfoque terapéutico que apunta a que el ser humano alcance niveles óptimos de salud psicológica, dándole importancia a la expansión de la conciencia.

Se trata de un acompañamiento terapéutico para que la persona aprenda a observar sus patrones mentales, sus creencias, que son la causa del malestar, que aprenda a desidentificarse de sus contenidos mentales, a trabajar con sus emociones saludablemente, que aprenda a hacerse responsable de sí misma, de sus relaciones, de sus experiencias, sin culpabilizar al entorno, a la vida por lo que le sucede, comprendiendo que la adversidad, es una oportunidad de cambio y desarrollo personal.

Capacita al paciente para que aprenda a satisfacer de una manera saludable sus necesidades a todos los niveles: físico, emocional, mental, espiritual, aprendiendo a conectar con la dimensión trascendental; todo ello conlleva a una integración de su personalidad y a alcanzar niveles superiores de salud psicológica, para luego poder trascenderla y conectar con la esencia.

Se toman en cuenta los problemas, dolencias particulares que empujan a la persona a una consulta y se las trabaja e integra, pero el enfoque principal de la Terapia Transpersonal, que la hace diferente y más abarcativa que otras terapias psicológicas (integra psicologías de oriente y occidente) es el de capacitar a la persona para que aprenda a conectar con sus propios recursos internos y permita desplegarse sin temores al proceso de crecimiento natural.

La terapia utiliza diferentes técnicas que se adaptan a las necesidades del paciente y a su estado de consciencia, integrando los niveles físico, mental y emocional (ego) y luego trascendiéndolo hacia los valores superiores, como la compasión, el amor a los demás seres vivos, el sentido de la propia vida, el desarrollo de la creatividad, etc., favoreciendo cambios en su nivel evolutivo.

jueves, 10 de septiembre de 2015

El fin de la culpa




Entiende esto de una vez por todas. Tú no eres responsable de la felicidad de los demás. Tú no causaste su infelicidad.
La lección más dura, y la más liberadora.
Puedes seguir viendo por los demás, escucharlos, entender su dolor, sentir una profunda compasión por ellos. Sin embargo, tú no eres la causa de su tristeza, ni su solución, sin importar lo mucho que te rueguen, lloren, griten, reaccionen, juzguen, mientan; sin importar cuánto intenten hacerte 'sentir culpable' por ellos.
Puedes ofrecer tu verdad, tu consejo, tu alivio, si te lo piden. Pero tú no eres culpable.
Tú no puedes completar a nadie, y tampoco los puedes hacer incompletos. Ellos recorren su propio camino, y tú el tuyo. Su felicidad es su camino, y tu felicidad es el tuyo.
La verdadera felicidad ni se da ni se retira, ya ves. La verdadera felicidad es la fuente. Es la presencia. Es tu disposición para metabolizar tu propia experiencia; no para adjudicarle la carga a los demás. Es no buscar el amor fuera de ti mismo, sino encontrarlo en lo más cercano. En la respiración. En cada sentimiento, de la alegría a la tristeza, de la felicidad al aburrimiento. En cada latido del corazón, en cada sonido, en cada anhelo, en cada momento sagrado.
Estás vivo.
- Jeff Foster