SENDERO TRANSPERSONAL

INTEGRANDO PSICOLOGIAS DE ORIENTE Y OCCIDENTE

Bienvenidos al blog!

La Psicología Transpersonal o Integral, es un enfoque terapéutico que apunta a que el ser humano alcance niveles óptimos de salud psicológica, dándole importancia a la expansión de la conciencia.

Se trata de un acompañamiento terapéutico para que la persona aprenda a observar sus patrones mentales, sus creencias, que son la causa del malestar, que aprenda a desidentificarse de sus contenidos mentales, a trabajar con sus emociones saludablemente, que aprenda a hacerse responsable de sí misma, de sus relaciones, de sus experiencias, sin culpabilizar al entorno, a la vida por lo que le sucede, comprendiendo que la adversidad, es una oportunidad de cambio y desarrollo personal.

Capacita al paciente para que aprenda a satisfacer de una manera saludable sus necesidades a todos los niveles: físico, emocional, mental, espiritual, aprendiendo a conectar con la dimensión trascendental; todo ello conlleva a una integración de su personalidad y a alcanzar niveles superiores de salud psicológica, para luego poder trascenderla y conectar con la esencia.

Se toman en cuenta los problemas, dolencias particulares que empujan a la persona a una consulta y se las trabaja e integra, pero el enfoque principal de la Terapia Transpersonal, que la hace diferente y más abarcativa que otras terapias psicológicas (integra psicologías de oriente y occidente) es el de capacitar a la persona para que aprenda a conectar con sus propios recursos internos y permita desplegarse sin temores al proceso de crecimiento natural.

La terapia utiliza diferentes técnicas que se adaptan a las necesidades del paciente y a su estado de consciencia, integrando los niveles físico, mental y emocional (ego) y luego trascendiéndolo hacia los valores superiores, como la compasión, el amor a los demás seres vivos, el sentido de la propia vida, el desarrollo de la creatividad, etc., favoreciendo cambios en su nivel evolutivo.

jueves, 13 de diciembre de 2018

La importancia de cerrar ciclos

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Nuestra psique necesita “cerrar”, “concluir” cada acontecimiento psicológico, pues todo aquello que no cerramos, que no damos por concluido, se mantiene como una carga energética, psíquica, que nos afecta en nuestra vida diaria, el inconsciente necesita elaborar ese dolor no trascendido.

Continuamente estamos experimentando situaciones que no terminamos de digerir, ej. duelos que no hemos sabido como afrontar, cosas importantes que no expresamos en su momento, cosas que no hemos devuelto, a veces no hemos ofrecido disculpas por situaciones donde agraviamos al otro, enojos que nos guardamos por el modelo social de “ser educados, o buenos”, a veces es necesario gestionar el perdón y no solo hacia otros, sino también hacia nosotros mismos, gran variedad de acontecimientos traumáticos, que han quedado cortados, sin resolver, relaciones que cerramos de manera drástica, etc., y nos creemos que esto ya pasó y que no nos afecta, que el tiempo los borrará, pero el tiempo sólo no es suficiente , en el inconsciente no existe el tiempo, y lo que padecimos a edades tempranas sigue está ahí como un presente vivo, que atrae situaciones con la misma carga emocional y energética, para que la resolvamos, integremos.

Creemos ilusoriamente que si no pensamos en ello,  esos acontecimientos se borran; pero no es así, lo que no he resuelto, está allí para resolverse, está tiñendo el presente y sale como impulsos, reacciones inconscientes, exageradas a veces ante la situación actual, es la sombra que se expresa…esas partes negadas, reprimidas que intentamos no dejar salir…pero se escapan por las rendijas del inconsciente…

El inconsciente tiene sus propios mecanismos para “digerir” situaciones difíciles, a igual que cuando comemos un alimento que nos sienta mal, el estómago tiene sus mecanismos para eliminarlo;  a veces necesitamos ayudarlo a hacer esa “digestión psicológica”, expresando nuestro sentir a la persona implicada, o bien escribiendo una carta donde comunicar nuestras emociones (sin enviarla), expresando sanamente las emociones, no huyendo de lo que sentimos, siendo auténticos con nosotros mismos,  hay muchas maneras de poder ayudar a nuestro inconsciente a elaborar estas situaciones inconclusas.

Tengamos en cuenta,  que nuestro inconsciente también dispone de una parte “sabia” y tiene una función reparadora, medicatriz, como la llamaba Hipócrates; el organismo sabe perfectamente como recuperar una quebradura del un hueso, sabe como regenerar un tejido dañado, etc., de la misma manera ocurre a nivel psicológico. 



Te acompaño en el proceso


CONSULTAS PRESENCIALES - CONSULTAS SKYPE



                         Juana Ma. Martínez Camacho
                                       Terapeuta Transpersonal
                                (Escuela Española de Desarrollo Transpersonal)
                             Especialista en Bioneuroemoción
                               (Instituto Español de Bioneuroemoción)
                             Facilitadora Internacional CMR (Liberación de la Memoria Celular) 
                               (Cellular Memory Release)
Anatheóresis (Psicoterapia Regresiva Perceptiva)
Transpersonal Anatheóresis Madrid
              

                             www.centroelim.org           Telf.  653-936-074

Autodependencia- Autopermisos

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Reflexionando con Jorge Bucay


Autopermisos (Virginia Satir)

1/ Me concedo a mí mismo el permiso de estar y de ser quien soy, en lugar de creer que debo esperar que otro determine dónde yo debería estar o cómo debería ser.

2/ Me concedo a mí mismo el permiso de sentir lo que siento, en vez de sentir lo que otros sentirían en mi lugar.

3/ Me concedo a mí mismo el permiso de pensar lo que pienso y también el derecho de decirlo, si quiero, o de callármelo, si es que así me conviene.

4/ Me concedo a mí mismo el permiso de correr los riesgos que yo decida correr, con la única condición de aceptar pagar yo mismo los precios de esos riesgos.

5/ Me concedo a mí mismo el permiso de buscar lo que yo creo que necesito del mundo, en lugar de esperar que alguien más me dé el permiso para obtenerlo.


Estos permisos me permiten ser auténticamente quien soy. 

Ser autodependiente significa ser auténticamente el que soy, actuar auténticamente como actúo, sentir auténticamente lo que siento, correr los riesgos que auténticamente quiera correr, hacerme responsable de todo eso y, por supuesto, salir a buscar lo que yo auténticamente crea que necesito sin esperar que los otros se ocupen de esto. 

Nada de dejar que los riesgos los corran otros para hacer lo que yo quiero.

Nada de correr riesgos que otros quieren que corra.

Nada de delegar responsabilidades.

Pero atención, ninguno de estos permisos incluye mi derecho a que otro sea como yo quiero, a que otro sienta como yo siento, a que otro piense lo que a mí me conviene, a que otro no corra ningún riesgo porque yo no quiero que lo corra, o a que otro me pida permiso para tener lo que necesita.

Estos permisos no pueden incluir el deseo de que el otro no sea una persona, la intención de esclavizar a otro. Porque mi autodependencia irremediablemente me compromete a defender la tuya y la de todos.


¿Qué pasa con nosotros que cuando amamos creemos que el otro tiene que ser como yo me lo imagino, tiene que sentir por mí lo que yo siento por él, tiene que pensar en mí tanto como yo quiero, no tiene que correr riesgos que amenacen la relación y tiene que pedirme a mí lo que él quiere para que sea yo quien se lo alcance? 

Esta es nuestra fantasía del amor, pero este amor esclavizante, mezquino y cruel no es un amor entre adultos.

El amor entre adultos transita y promueve este espacio de autodependencia en el otro, tal como aquí se plantea. 

El amor concede, empuja, fomenta que aquellos a quienes yo amo transiten también espacios cada vez menos dependientes. 


Este es el verdadero amor, el amor para el otro, este amor que no es para mí sino para vos, el amor que tiene que ver con la alegría de que existas. 



Antídotos para mejorar la autoestima



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1º- Centrarse en los éxitos pequeños y experiencias positivas

·         Elaborar una lista con cualidades positivas, valores que poseas.
·         Recitarla 3 veces por día, para reprogramar el modelo.
·         Recitarla frente al espejo, mirándote a los ojos y sintiéndolo.


  - Disminuir el número de pensamientos negativos

·     Escribir ¿qué situaciones te hacen sentir mal contigo mismo?,
¿qué actividades evitas emprender por temor a no hacerlas bien?, ¿qué relaciones te han dejado sentimientos negativos?.
Cuanto más uno sabe de sí mismo, más rápido y fácil es desprogramar lo viejo y crear nuevas redes neuronales.

·     Reformular en positivo con frases cortas como: “soy fuerte”, controlo mis impulsos”, etc.

·         Reforzar pronunciando las frases frente al espejo.


  - Comunicar a los demás sus cualidades positivas,

       no como alabanza del ego,  sino como un reconocimiento generoso
       hacia la persona:

       “disfruto de tu  compañía”, “que bien te sienta ese  peinado”, que linda
        sonrisa tienes, etc. Esto te hará sentirte bien a ti y  a la otra persona


  4º- Desarrollar una visión realista de tu valor:

     .  Eres un ser único. Pregúntate por el significado de tu vida, ¿qué hace
       feliz al ser humano?.

    .    Cultívate espiritualmente  con lecturas, reuniones  o charlas sobre la
       Esencia, la Realidad….

·   Acepta que no eres responsable de las reacciones emocionales de los demás, sólo eres responsable de tus sentimientos y acciones.



  5º- Dar más importancia a los hechos que a las opiniones:

       No importa quien tenga razón, sino qué es esencial. 
       Acepta tus  debilidades y errores, no eres tus errores. Aprende a reírte de los fallos.


  6º- Reducir la indecisión,

      que es el fruto de la preocupación excesiva de lo que pensarán los demás de nuestros
      actos. En la indecisión, hay miedo al fracaso, a cometer  errores.

·   Desarrollar una visión más realista de los errores, estos  sirven para aprender.

·   Intentar improvisar respuestas a las preguntas de los demás.

·  Disminuir la autocrítica y aceptar “lo que es”, si algo se puede hacer de una manera diferente, tenerlo en cuenta para no repetir conductas indeseadas.

·  Mantener una postura erecta de la espalda, hombros hacia atrás, pecho “abierto” y barbilla levemente levantada. La postura corporal tiene relación con las emociones…con la actitud ante la vida.


  7º- Contraer menos compromisos,

       aprender a decir “no”, poner sanos límites, dejar de buscar la “aprobación”  
      de los demás. Un  “necesito pensar en ello”, o “tengo otros  planes”, pueden 
      valer para  salir del  paso.


  8º- Utilizar la imaginación positiva,

       rememorar y recrearse en recuerdos positivos, en vez de  fracasos, cuidado con el
       perfeccionismo. El valor no  depende de los logros. Todo pasa, todo cambia…


Se trata de trabajar en el interior para reforzar la autoestima y que en momentos de cansancio o estrés en los que afloren viejos sentimientos, vieja necesidad de aprobación, tendencias perfeccionistas, darse cuenta y anticiparse a los patrones mentales, tomar conciencia y luego reprogramar.


Es importante el  Darse cuenta de lo que funciona en uno, para poder cambiarlo, tomar conciencia de:

·    Las reglas y los deberes inflexibles.
·    El perfeccionismo.
·    La vulnerabilidad a la crítica.
·    Falta de afirmación, de confianza en sí mismo.
·    El no poder decir que no, no poder priorizarse y decir nuestra verdad, buscando la aprobación del otro.
·     Borrar del vocabulario frases como: “es imposible”, “voy a tratar”, “siempre, nunca”, “debería”, “es difícil”, “todo, nada”, etc.


Tengamos en cuenta que estos son antídotos, pero conviene revisar sistema de creencias y sanar heridas de la infancia que hacen que en la actualidad funcionemos con limitaciones, miedos, inseguridades, etc.




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  Juana Ma. Martínez Camacho

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miércoles, 12 de diciembre de 2018

Coherencia Cardíaca



La Coherencia es el término usado por los científicos para describir un estado de alta eficiencia psicológica en el cual los sistemas nervioso, cardiovascular, endocrino e inmune están trabajando eficientemente y en armonía. 

La Coherencia es la base del rendimiento y de la salud óptima en el ser humano.

El corazón tiene su  propio circuito neuronal interrelacionado con el cerebro emocional que es quién controla las emociones  y la fisiología del cuerpo.

Cuando estamos estresados nuestro cuerpo no está sincronizado debido a las emociones negativas, provocando un desorden en el ritmo cardiaco y en el sistema nervioso que conduce al bloqueo e inhibición del neocórtex o cerebro racional.

En contraste, las emociones positivas crean armonía en el sistema nervioso y en el ritmo cardiaco, provocando desbloqueos a nivel cerebral, a la vez que el resto de sistemas del cuerpo se sincronizan en este estado al que llamamos COHERENCIA.

 La  coherencia nos da una claridad mental y una capacidad para tomar mejores decisiones, con lo cual  nos facilita  enfrentarnos a cualquier situación de estrés.

Para lograr la coherencia cardíaca es importante relajarse, meditar, escuchar música relajante, contacto con la naturaleza, gestionar las emociones, cultivar el silencio, cuidar el entorno vibratorio, hacer yoga, taichí, vivir sencillamente y hacer cosas que te gusten, entre otras cosas.



¿CÓMO VIVIR LA COHERENCIA CARDÍACA?

Las diferentes etapas de este método han sido desarrolladas y comprobadas por el HeartMath Institute de California, un centro consagrado al estudio y la aplicación de la coherencia cardíaca. 


     1 -     Dirigir la atención hacia el interior de sí mismo. Abstraerse del mundo exterior y aceptar apartar toda preocupación durante unos minutos, para que el corazón y el cerebro recuperen su equilibrio, su intimidad.

Para ello, comienza realizando dos respiraciones lentas y profundas, dejando que tu atención acompañe el aliento, y luego de exhalar (espirar- soltar el aire), realizar una pausa antes de volver a inhalar (inspirar- tomar el aire) hacerlo hasta lograr una respiración suave, ligera, dulce.


  2-   Al cabo de diez o quince segundos de esta estabilización,  lleva     conscientemente la atención a la región del corazón, en el pecho. Imagina que  respiras a través del corazón o del pecho.

Continúa respirando lenta y profundamente,  con naturalidad, sin forzar.
Imagina que la inspiración te proporciona,  el oxígeno que necesitas, y que la espiración te permite deshacerse de los residuos que ya no necesitas.

Imagina los movimientos lentos y flexibles de inspiración y espiración, que permiten que tu corazón se lave en ese baño de aire puro, clarificador y tranquilizante. 

Tómalo como un  regalo que te está ofreciendo.

También puedes imaginarte el corazón como un niño en un baño de agua tibia, donde flota y disfruta, a su ritmo, sin restricciones ni obligaciones. Como un niño al que  amas y que juega, sin pedirte nada más que ser él mismo, en su elemento natural, y tú  le miras simplemente, mientras continúas aportándole aire dulce y tierno.


    3-      La tercera etapa consiste en conectarte a la sensación de calor o de expansión que se desarrolla en el pecho, y acompáñala y anímala con el pensamiento y la respiración.

Al principio acostumbra a ser tímida, y a manifestarse discretamente. 
Tras años de maltrato emocional, el corazón a veces se comporta como un animal en estado de hibernación desde hace mucho tiempo, al que los primeros rayos del sol primaveral molestan. 
Entumecido e inseguro, abre un ojo, después el otro, y no acabará de despertarse hasta que esté seguro de que la clemencia del tiempo no es un accidente temporal.

Un método eficaz para animarte es evocar directamente un sentimiento de reconocimiento o de gratitud y permitir que invada el pecho.


El corazón se muestra en especial sensible a la gratitud, a todo sentimiento de amor, sea hacia un ser, una cosa, o incluso a la idea de un universo benevolente.

Puedes evocar el rostro de un niño al que  amas y que te ama, o incluso el de un animal familiar.

Puedes evocar una escena de paz en la naturaleza, que provoca gratitud interna.

También puedes evocar un recuerdo donde te hayas sentido feliz,  un buen golpe de golf, un vuelo en parapente, etc…


Durante este ejercicio, a veces una sonrisa acude dulcemente a los labios, es una señal muy simple de que se ha establecido la coherencia.


Esta coherencia del ritmo de los latidos del corazón repercute con gran rapidez en el cerebro emocional, al que notifica, aportándole estabilidad, que en la fisiología todo está en orden.

El cerebro emocional responde a este mensaje reforzando la coherencia del corazón.

Este vaivén produce un círculo virtuoso que permite, con un poco de práctica, mantener este estado de coherencia máxima durante treinta minutos o más.


Cuanto más se practica esta técnica, más fácil resulta entrar en coherencia.

Las personas que practican yoga, entran fácilmente en coherencia, su fisiología esta  modificada en parte gracias a sus ejercicios regulares, respiraciones conscientes y las prácticas de relajación, visualización y meditación. 


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BENEFICIOS DE LA COHERENCIA CARDIACA

  •  Contrarresta el estrés en los tres niveles en los que se experimente su  influencia: en los planos físico, emocional y social.
  •  Regula la tensión arterial
  • Mejora el equilibrio hormonal, aumento de corticoides, adrenalina, inmunoglobulinas en la saliva, notable mejora de sus síntomas premenstruales, con menos irritabilidad, menos depresión y menos fatiga. Tales cambios hormonales reflejan una regularización en profundidad de la fisiología del cuerpo.
  • Mejora del sistema inmune
  •  Ayuda a disminuir el estrés, la ansiedad
  •  Nueva capacidad de modular sus emociones
  •  Elimina el sufrimiento, la negatividad
  •  Mejora el rendimiento, aporta claridad mental
  •  Aumenta la intuición, la compasión
  •  Rejuvenecimiento fisiológico





RESUMEN:       ENTRAR EN COHERENCIA


  •       Respiración abdominal- inhalo profundo y al exhalar dejo caer el aire sin esfuerzo.

  •       Conciencia corporal- estar presente a lo que estoy experimentando en el cuerpo.

  •       Revivir experiencia positiva y quedarse en el sentir


El agradecimiento y el amor son los más potentes para la coherencia cardiaca.

                                                                                      

      www.centroelim.org





lunes, 26 de noviembre de 2018

Atención Plena y Estrés



Cuando comenzamos a prestar atención a lo que hace nuestra mente, nos damos cuenta que hay una gran actividad mental y emocional bajo la superficie. Gran cantidad de ideas y sensaciones que absorben gran parte de nuestras energías y nos impiden conectar con momentos de calma y satisfacción.

La Atención Plena, no es la solución a los problemas que la vida nos plantea, pero si es verdad, que los problemas pueden verse de una manera más nítida cuando la mente está clara, serena, y esto colabora a la resolución y la sanación.

Al ir casi todo el tiempo con el “piloto automático” la mente se mueve del pasado al futuro y se olvida de vivir el ahora, surgen reacciones mecánicas, el condicionamiento, desconectando de las verdaderas necesidades del cuerpo…


El hecho de aprender a estar atentos,
 nos conecta con nuestras necesidades 
y nos invita a poder responder de una manera adecuada a cada situación, disminuyendo la reactividad y la impulsividad; 
aprendiendo a escuchar a nuestro cuerpo, 
mejoramos la salud y nuestra calidad de vida.


El estrés  a que nos sometemos diariamente, se localiza en los músculos, espalda, hombros, mandíbula, frente, etc., para poder liberar esa tensión, primero hemos de reconocerla, de darnos cuenta que está ahí, sentirla, luego hemos de desconectar el piloto  automático y “dirigir” nuestra mente, nuestro cuerpo, prestando atención nos volvemos mas despiertos, nuestra mente está en lo que estamos haciendo.

Ser conscientes  lo que hacemos mientras lo hacemos, es la esencia de la atención plena. 


Es prestar atención a las experiencias momento a momento, esto nos conduce a nuevas maneras de ver y de estar en la vida, ya que el momento presente, siempre que se le reconozca, y se cumpla con él, nos revela un poder muy especial, casi mágico, porque es el único tiempo que tenemos para percibir, aprender, actuar, cambiar, sanar. 
De ahí el valor de la consciencia del momento presente, convirtiendo  nuestra vida en  mas vívida, rica y más auténtica.

  
La práctica de la Atención Plena, es muy simple, es recordar estar presentes en todos nuestros momentos de vigilia, recordar que sólo tenemos momentos para vivir, profundizándose nuestra visión y ampliándose nuestra consciencia.


La Atención Plena, no significa rechazar los pensamientos, ni controlarlos, sino que es entrenarse en dirigir el foco de la atención sin juicios.

La Atención Plena nos permite enfocar los problemas con nitidez y esto conlleva a  una mayor resolución ante la vida, en vez de estar enganchados en los juegos psicológicos de la mente, que desperdicia gran cantidad de energía y tiempo en ensueños y lamentos de cosas que ya ocurrieron, y en anticipar y fantasear sobre el futuro.

La Atención Plena nos enseña a escuchar nuestro cuerpo y así mejorar nuestra salud y nuestra calidad de vida.

La Atención Plena se cultiva asumiendo la postura de testigos imparciales de nuestra propia experiencia.
Para ello, tomamos consciencia del constante flujo de juicios y reacciones, de experiencias tanto internas como externas, en las que generalmente nos encontramos identificados, aprendiendo a salirnos de ellas, atravesando los prejuicios y los temores.

Es importante cultivar la paciencia:

- comprender y aceptar que las cosas se despliegan cuando les toca,
- paciencia hacia nuestra propia mente y también hacia nuestro cuerpo,
- paciencia con nosotros mismos cuando observamos que la mente se pasa el tiempo juzgando, 
- paciencia porque estamos tensos, nerviosos o asustados,
- paciencia por no obtener resultados con la rapidez que nuestra mente quisiera.

También es importante la aceptación, significa que las cosas son como son; no quiere decir que nos tengan que gustar, ni que debemos adoptar una postura pasiva ante los acontecimientos, ni abandonar nuestros principios y valores, sino, que quiere decir que hemos de llegar a la voluntad de ver las cosas como son, una actitud que nos ayuda  a actuar de manera adecuada pase lo que pase en nuestra vida, al no tener la visión perturbada como cuando nos dejamos llevar por los juicios, deseos, temores y prejuicios.


Una de las maneras de entrenarse en esta atención plena es la práctica del yoga que ofrecemos en el Centro Elim, una manera de estar presentes momento a momento en cada asana, escuchando el cuerpo sin juicio, solo  observando las sensaciones, tomando consciencia, observando la respiración y los pensamientos, sin juicios, solo observando…sin analizar, si preferir….con una actitud de desapego, que al irla practicando en cada clase, podemos luego llevarla a la vida cotidiana, a cada instante y poder así vivir con plenitud la amplia gama de experiencias que la vida nos ofrece sin quedar desbordados, ni atrapados en el mundo de los pensamientos y de las emociones… 


También ofrecemos un curso teórico y práctico  on line de Mindfulness – Atención Plena, para que puedas introducirte en esta práctica, que tantos beneficios tiene para nuestra salud y calidad de vida:






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