SENDERO TRANSPERSONAL

INTEGRANDO PSICOLOGIAS DE ORIENTE Y OCCIDENTE

Bienvenidos al blog!

La Psicología Transpersonal o Integral, es un enfoque terapéutico que apunta a que el ser humano alcance niveles óptimos de salud psicológica, dándole importancia a la expansión de la conciencia.

Se trata de un acompañamiento terapéutico para que la persona aprenda a observar sus patrones mentales, sus creencias, que son la causa del malestar, que aprenda a desidentificarse de sus contenidos mentales, a trabajar con sus emociones saludablemente, que aprenda a hacerse responsable de sí misma, de sus relaciones, de sus experiencias, sin culpabilizar al entorno, a la vida por lo que le sucede, comprendiendo que la adversidad, es una oportunidad de cambio y desarrollo personal.

Capacita al paciente para que aprenda a satisfacer de una manera saludable sus necesidades a todos los niveles: físico, emocional, mental, espiritual, aprendiendo a conectar con la dimensión trascendental; todo ello conlleva a una integración de su personalidad y a alcanzar niveles superiores de salud psicológica, para luego poder trascenderla y conectar con la esencia.

Se toman en cuenta los problemas, dolencias particulares que empujan a la persona a una consulta y se las trabaja e integra, pero el enfoque principal de la Terapia Transpersonal, que la hace diferente y más abarcativa que otras terapias psicológicas (integra psicologías de oriente y occidente) es el de capacitar a la persona para que aprenda a conectar con sus propios recursos internos y permita desplegarse sin temores al proceso de crecimiento natural.

La terapia utiliza diferentes técnicas que se adaptan a las necesidades del paciente y a su estado de consciencia, integrando los niveles físico, mental y emocional (ego) y luego trascendiéndolo hacia los valores superiores, como la compasión, el amor a los demás seres vivos, el sentido de la propia vida, el desarrollo de la creatividad, etc., favoreciendo cambios en su nivel evolutivo.

domingo, 22 de marzo de 2020

Soltar

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El soltar es una maniobra interna tan potente, que merece la pena ser investigada. 

Soltar significa simplemente lo que dice. Se trata de una invitación a dejar de aferrarnos a lo que sea, ya se trate una idea, un objeto, un suceso, un momento, una perspectiva, o un deseo determinados. 

Constituye una decisión consciente de dejar ir con plena aceptación para fluir con la corriente de momentos presentes a medida que estos se van desplegando. 

Soltar significa dejar de forzar, de resistirnos, de luchar, para recibir a cambio algo más poderoso y saludable que surge del hecho de permitir que las cosas sean como son, sin quedarnos atrapados en la atracción o en el rechazo que sentimos hacia ellas, en el enganche al deseo, a lo que nos gusta o a lo que disgusta. 

Es extremadamente similar al acto de permitir que la palma de mano se abra para desasir algo a lo que nos hemos estado aferrando. 

Pero no es solo el enganche a nuestros deseos relativos a los acontecimientos externos lo que nos atrapa. Ni tampoco el hecho de aferrarnos con las manos. Nos aferramos con la mente. Nosotros mismos nos atrapamos, nosotros mismos nos quedamos atascados, al aferrarnos, a menudo desesperadamente, a puntos de vista muy limitados, a esperanzas y deseos que se basan en el interés personal. 

Soltar quiere decir, en realidad, tomar la decisión de volvernos transparentes ante el fuerte tirón de nuestras preferencias y de la inconsciencia que nos lleva a aferrarnos a ellas. 

Para ser transparentes, debemos permitir que los miedos y las inseguridades se manifiesten y se desvanezcan en el ámbito de la conciencia plena. 

Soltar solo es posible si podemos observar con conciencia y aceptación aquello que nos lleva a quedarnos tan atascados, si nos permitimos reconocer las lentes que metemos tan inconscientemente entre el observador y lo observado, que filtran, tiñen, deforman y determinan nuestra visión. 

En esos momentos difíciles en que nos hemos quedado enganchados, podemos abrirnos, especialmente si somos capaces de captarlos con conciencia y podemos reconocer cuando nos quedamos atrapados en perseguir y aferrarnos, o en condenar y rechazar al buscar nuestro propio beneficio. 

La calma, la visión profunda y la sabiduría, surgen cuando podemos reconocer verdaderamente que somos completos en este momento, sin tener que buscar, agarrar ni rechazar nada. 

Esta es una afirmación verificable. Compruébala por ti mismo, si soltar cuando una parte de ti quiere realmente aferrarse no te proporciona una satisfacción más profunda que agarrar. 

Jon Kabbat Zinn


martes, 17 de marzo de 2020

Otra mirada de las Crisis

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La palabra crisis tiene un doble significado: peligro y oportunidad.

En general, vemos las crisis como algo negativo, como una pérdida de "control", como un problema al que tenemos que resolver lo antes posible.

Cuando hay crisis, hay movimiento, cambios. No nos gustan los cambios, la mente en su afán de conseguir la felicidad, huye continuamente del dolor y pretende tenerlo todo controlado. En momentos de cambio, transiciones, que suponen las crisis, nos sentimos amenazados, sentimos miedo, ansiedad, inseguridad, incertidumbre, nos sentimos frustrados, deprimidos y hasta agresivos, a la defensiva.

Solemos vivir en la ilusión de tenerlo todo controlado, seguro, y esto, es imposible .

La crisis, sea emocional, material, existencial, etc. puede convertirse en una gran oportunidad de autoconocimiento, una oportunidad para superar temores, cuestionarnos qué es lo que realmente necesitamos, priorizar necesidades, una oportunidad para investigar dónde nos encontramos, porqué hacemos lo que hacemos, nos vemos como nos vemos y vivimos como vivimos. Podemos investigar qué sentido tiene lo que nos está sucediendo. Una oportunidad de revisar nuestras creencias arraigadas, nuestros patrones de pensamiento, nuestra modo de ver la vida en sus diferentes aspectos. Una oportunidad de "cambiar de paradigma", de replantearnos la vida, adoptando nuevas ideas, nuevas creencias, que nos apoyarán a crear una nueva vida más saludable y más acorde a nuestras potencialidades.

Conviene movernos con el cambio, que en realidad es lo único seguro que existe. Conviene enfocarnos en la oportunidad que se esconde tras la crisis, en vez de hacerlo en las dificultades.

Los acontecimientos, son neutros, los hechos en sí mismo, no son ni negativos ni positivos, es la mente la que los interpreta, la que procesa lo ocurrido; la mente le da un significado al suceso apoyándose en antiguos aprendizajes del pasado, desencadenando estados emocionales.

Vemos por ejemplo, que una enfermedad, puede ser algo muy desafortunado para algunas personas, mientras que para otras es una oportunidad de reflexión, autoconocimiento, descanso, cambio de hábitos, atender necesidades postergadas, etc.

Al ser conscientes de la relatividad de los hechos, podríamos centrarnos en la parte de la mente que se encarga de interpretar los acontecimientos. 

Podemos elegir entre una actitud negativa, con todas sus consecuencias, o ver el problema como una oportunidad de cambio y mejora, apostando al crecimiento personal.

Como dice el dicho: 

"Las cosas no son verdad ni mentira, 
son del color del cristal con que se miran".

La interpretación que hacemos de los hechos, viene de programas mentales que fuimos aprendiendo en la niñez, y que se fueron reforzando con las distintas experiencias de nuestra vida.

Lo saludable es aprender a buscar la mejor interpretación de lo que nos sucede, si queremos una vida armoniosa.

La casualidad, el azar, no existe. Los acontecimientos son causales, aunque a veces no estemos conscientes de lo que traen de "positivo" a nuestra vida; pero sí estemos seguros que, detrás de la adversidad, se esconden grandes oportunidades de crecimiento, de evolución.

"Dios escribe recto con líneas torcidas" A. Einstein.


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