¿Quieres la pareja perfecta? ¿La madre o padre perfectos? ¿El jefe perfecto? ¿El cuerpo perfecto? ¿Los sentimientos perfectos? ¿La iluminación perfecta? ¿La vida perfecta?
¿Qué te parecería aceptar profundamente lo que ya está aquí en este mismo momento?
¿Qué te parecería aceptarte profundamente, con toda tu imperfección e incompleción, en el mismo punto donde te hayas ahora?
¿Que te parecería aceptar profundamente a los demás como son?
Es un extraño punto de partida, suena un poco contradictorio. Suena como rendirse. Como conformarnos con menos de lo que merecemos. Parece como….debilidad espiritual. Va totalmente contra la mentalidad de “sal y consigue lo que quieras”.
Estas enseñanzas sobre la Presencia, el estar Aquí y Ahora y sobre la Conciencia del Momento Presente, le parecen demasiado simples e incluso ingenuas a la mente. Es muy fácil malinterpretarlas y subestimarlas.
Después de todo,
¿quién quiere soltar sus sueños sobre el pasado y el futuro y afrontar un momento misterioso?
¿Quién quiere admitir la preciosidad y la fragilidad de la vida, su naturaleza fugaz, el don agridulce que es?
¿Quién quiere afrontar su propia impotencia y reconocer una profunda humildad cósmica?
¿Quién quiere dejar de experimentar el tiempo?
¿Quién quiere abandonar la idea de control?
¿Qué corazón podría asumir esa gracia?
La verdad más profunda de la existencia es simple, pero nunca simplista.
¿Es la aceptación de “lo que es” lo mismo que renunciar a la posibilidad de cambio?
No, nunca.
¿Significa la aceptación tolerar las cosas o “apechugar” con ellas? ¿Significa dejarse llevar a ciegas por los impulsos violentos?
En absoluto.
¿Significa la aceptación volverse pasivo y desapegado, hacer la vista gorda ante la violencia y permitir que los demás nos pisoteen y atropellen a nuestros seres queridos?
De ninguna manera.
¿Significa la aceptación adoptar un nuevo papel, el papel de la persona “espiritualmente muy evolucionada, profundamente aceptadora, totalmente pacífica que nunca se ve afectada por nada?”
No. La aceptación no es un papel, ni tampoco es personal.
La aceptación profunda significa mirar la vida cara a cara, ahora mismo.
Significa girarse hacia lo que está aquí en vez de huir.
Significa soltar los sueños y esperanzas y despertar a lo que es verdad.
Significa poner fin a la guerra, ver a través de la ilusión del “yo” separado desde el misterioso mecanismo de la vida.
Significa una alineación total con la Manera Como Son las Cosas.
Significa estar por fin en casa, independientemente de lo que esté ocurriendo.
Es la paradoja suprema:
la de como la aceptación profunda e incondicional del momento puede desembocar en un cambio inteligente y creativo, y de un modo sorprendentemente fácil.
La mente nunca estuvo a cargo del cambio.
Jeff Foster
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