SENDERO TRANSPERSONAL

INTEGRANDO PSICOLOGIAS DE ORIENTE Y OCCIDENTE

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La Psicología Transpersonal o Integral, es un enfoque terapéutico que apunta a que el ser humano alcance niveles óptimos de salud psicológica, dándole importancia a la expansión de la conciencia.

Se trata de un acompañamiento terapéutico para que la persona aprenda a observar sus patrones mentales, sus creencias, que son la causa del malestar, que aprenda a desidentificarse de sus contenidos mentales, a trabajar con sus emociones saludablemente, que aprenda a hacerse responsable de sí misma, de sus relaciones, de sus experiencias, sin culpabilizar al entorno, a la vida por lo que le sucede, comprendiendo que la adversidad, es una oportunidad de cambio y desarrollo personal.

Capacita al paciente para que aprenda a satisfacer de una manera saludable sus necesidades a todos los niveles: físico, emocional, mental, espiritual, aprendiendo a conectar con la dimensión trascendental; todo ello conlleva a una integración de su personalidad y a alcanzar niveles superiores de salud psicológica, para luego poder trascenderla y conectar con la esencia.

Se toman en cuenta los problemas, dolencias particulares que empujan a la persona a una consulta y se las trabaja e integra, pero el enfoque principal de la Terapia Transpersonal, que la hace diferente y más abarcativa que otras terapias psicológicas (integra psicologías de oriente y occidente) es el de capacitar a la persona para que aprenda a conectar con sus propios recursos internos y permita desplegarse sin temores al proceso de crecimiento natural.

La terapia utiliza diferentes técnicas que se adaptan a las necesidades del paciente y a su estado de consciencia, integrando los niveles físico, mental y emocional (ego) y luego trascendiéndolo hacia los valores superiores, como la compasión, el amor a los demás seres vivos, el sentido de la propia vida, el desarrollo de la creatividad, etc., favoreciendo cambios en su nivel evolutivo.

lunes, 10 de febrero de 2025

Recuerda


Recuerda que estamos de paso.
Recuerda que no sólo eres un cuerpo, una mente…
Recuerda ir despacio.
Recuerda conectar con lo sagrado.
Recuerda caminar descalzo.
Recuerda contemplar el cielo inmenso con sus nubes, las estrellas, la luna...
Recuerda arroparte en el calor de sol.
Recuerda aspirar el aroma de las flores.
Recuerda acariciar, abrazar, mirar a través de los ojos la esencia de la otra persona, y de tus mascotas.
Recuerda dar lo mejor de ti, desde el Amor esencial.
Recuerda ir soltando los apegos, aligerando el equipaje en tu viaje.
Recuerda cambiar la dirección de tu vida, si fuera necesario.
Recuerda que todo pasa, nada permanece.
Recuerda aceptar lo que no es como quieres.
Recuerda mantener una actitud de servicio.
Recuerda que en esencia todos somos uno, todos somos lo mismo a ese nivel, más allá de la personalidad.
Recuerda que en la personalidad se requiere delimitar, poner límites internos y externos sanos.
Recuerda cuidar tu energía vital.
Recuerda que estás aprendiendo a vivir.
Recuerda que no hay nada nuevo, solo hay que Recordar.
Recuerda que la vida es un juego, suelta el sufrimiento.
Recuerda que ya Eres.
Recuerda que has venido a desplegar y desarrollar el potencial que eres.
Recuerda que eres Luz, Conciencia, Paz, Amor.
Recuerda darte cuenta desde donde estas funcionando, desde la personalidad/ego condicionado (reacción/automatismo, patrones aprendidos, muchos en la infancia) o conectado a los valores del Ser esencial (elegir respuesta apropiada a la situación, asertividad…)
Recuerda aprender a dar, como también a recibir.
Recuerda aprender a ceder, como también a sostener.
Recuerda entrenarte en el “camino del medio”, en la justa medida; demasiado calor, quema; demasiado frio, congela: la justa medida.
Recuerda entrenarte en la sabiduría, comprensión de lo que toca por aprendizaje evolutivo.
Recuerda que, a un nivel más profundo, nadie “te hace nada”, cada quien actúa como puede, como sabe en este momento, de acuerdo a sus creencias, de acuerdo a sus programas aprendidos, de acuerdo a sus heridas y condicionamientos, al igual que tú; nada es personal en el juego de la vida; así que, despierta, observa, aprende de las dificultades, integra y suelta. Lección aprendida, ya no se repite, aligera el camino…
Recuerda que es necesario aprender a perdonar y perdonarte hasta que comprendas que no hay nada que perdonar, libérate.
Recuerda compartir con personas que quieran “bonito”, que aporten a tu vida y que tú les aportes a ellas, y de las que “no aporten”, aprende lo que la vida tiene para enseñarte y si es necesario, pon distancia, mas hazlo desde el amor y la comprensión, no desde el rencor y el resentimiento.
Recuerda hacer tu parte, la que te corresponde, sin interferir en la evolución de los demás (sin invadir, sin rescatar, sin agredir, sin imponer, sin prohibir, sin manipular, aunque sea de manera sutil)
Recuerda resignificar tu pasado y soltarlo con las lecciones aprendidas.
Recuerda no aferrarte a expectativas, ni a un futuro imaginario, vive el aquí y ahora con lo que hay y desde el cambio aquí y ahora, es que se gesta tu futuro.
Recuerda agradecer todo lo que está en tu vida en este momento y valorarlo, pues eso te abre a la abundancia.
Recuerda que todo lo que te sucede es absolutamente necesario para tu evolución, aunque a tu mente no le agrade.
Recuerda que no puedes cambiar a nadie, solo puedes hacer en tu interior.
Recuerda que es mediante ensayo y error que aprendemos, así que de los errores saca el aprendizaje.
Recuerda abrazarte en tus momentos de mayor dificultad, amar a tu niño interior cuando más lo necesite.
Recuerda desidentificarte de los contenidos de tu mente, pues eres Conciencia que todo lo abarca.
Solo Recuerda y todo lo demás, se acomodará naturalmente en este curso de la escuela que es la Vida.


Juana María Martínez Camacho
www.centroelim.org

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