SENDERO TRANSPERSONAL

INTEGRANDO PSICOLOGIAS DE ORIENTE Y OCCIDENTE

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La Psicología Transpersonal o Integral, es un enfoque terapéutico que apunta a que el ser humano alcance niveles óptimos de salud psicológica, dándole importancia a la expansión de la conciencia.

Se trata de un acompañamiento terapéutico para que la persona aprenda a observar sus patrones mentales, sus creencias, que son la causa del malestar, que aprenda a desidentificarse de sus contenidos mentales, a trabajar con sus emociones saludablemente, que aprenda a hacerse responsable de sí misma, de sus relaciones, de sus experiencias, sin culpabilizar al entorno, a la vida por lo que le sucede, comprendiendo que la adversidad, es una oportunidad de cambio y desarrollo personal.

Capacita al paciente para que aprenda a satisfacer de una manera saludable sus necesidades a todos los niveles: físico, emocional, mental, espiritual, aprendiendo a conectar con la dimensión trascendental; todo ello conlleva a una integración de su personalidad y a alcanzar niveles superiores de salud psicológica, para luego poder trascenderla y conectar con la esencia.

Se toman en cuenta los problemas, dolencias particulares que empujan a la persona a una consulta y se las trabaja e integra, pero el enfoque principal de la Terapia Transpersonal, que la hace diferente y más abarcativa que otras terapias psicológicas (integra psicologías de oriente y occidente) es el de capacitar a la persona para que aprenda a conectar con sus propios recursos internos y permita desplegarse sin temores al proceso de crecimiento natural.

La terapia utiliza diferentes técnicas que se adaptan a las necesidades del paciente y a su estado de consciencia, integrando los niveles físico, mental y emocional (ego) y luego trascendiéndolo hacia los valores superiores, como la compasión, el amor a los demás seres vivos, el sentido de la propia vida, el desarrollo de la creatividad, etc., favoreciendo cambios en su nivel evolutivo.

martes, 17 de marzo de 2020

Otra mirada de las Crisis

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La palabra crisis tiene un doble significado: peligro y oportunidad.

En general, vemos las crisis como algo negativo, como una pérdida de "control", como un problema al que tenemos que resolver lo antes posible.

Cuando hay crisis, hay movimiento, cambios. No nos gustan los cambios, la mente en su afán de conseguir la felicidad, huye continuamente del dolor y pretende tenerlo todo controlado. En momentos de cambio, transiciones, que suponen las crisis, nos sentimos amenazados, sentimos miedo, ansiedad, inseguridad, incertidumbre, nos sentimos frustrados, deprimidos y hasta agresivos, a la defensiva.

Solemos vivir en la ilusión de tenerlo todo controlado, seguro, y esto, es imposible .

La crisis, sea emocional, material, existencial, etc. puede convertirse en una gran oportunidad de autoconocimiento, una oportunidad para superar temores, cuestionarnos qué es lo que realmente necesitamos, priorizar necesidades, una oportunidad para investigar dónde nos encontramos, porqué hacemos lo que hacemos, nos vemos como nos vemos y vivimos como vivimos. Podemos investigar qué sentido tiene lo que nos está sucediendo. Una oportunidad de revisar nuestras creencias arraigadas, nuestros patrones de pensamiento, nuestra modo de ver la vida en sus diferentes aspectos. Una oportunidad de "cambiar de paradigma", de replantearnos la vida, adoptando nuevas ideas, nuevas creencias, que nos apoyarán a crear una nueva vida más saludable y más acorde a nuestras potencialidades.

Conviene movernos con el cambio, que en realidad es lo único seguro que existe. Conviene enfocarnos en la oportunidad que se esconde tras la crisis, en vez de hacerlo en las dificultades.

Los acontecimientos, son neutros, los hechos en sí mismo, no son ni negativos ni positivos, es la mente la que los interpreta, la que procesa lo ocurrido; la mente le da un significado al suceso apoyándose en antiguos aprendizajes del pasado, desencadenando estados emocionales.

Vemos por ejemplo, que una enfermedad, puede ser algo muy desafortunado para algunas personas, mientras que para otras es una oportunidad de reflexión, autoconocimiento, descanso, cambio de hábitos, atender necesidades postergadas, etc.

Al ser conscientes de la relatividad de los hechos, podríamos centrarnos en la parte de la mente que se encarga de interpretar los acontecimientos. 

Podemos elegir entre una actitud negativa, con todas sus consecuencias, o ver el problema como una oportunidad de cambio y mejora, apostando al crecimiento personal.

Como dice el dicho: 

"Las cosas no son verdad ni mentira, 
son del color del cristal con que se miran".

La interpretación que hacemos de los hechos, viene de programas mentales que fuimos aprendiendo en la niñez, y que se fueron reforzando con las distintas experiencias de nuestra vida.

Lo saludable es aprender a buscar la mejor interpretación de lo que nos sucede, si queremos una vida armoniosa.

La casualidad, el azar, no existe. Los acontecimientos son causales, aunque a veces no estemos conscientes de lo que traen de "positivo" a nuestra vida; pero sí estemos seguros que, detrás de la adversidad, se esconden grandes oportunidades de crecimiento, de evolución.

"Dios escribe recto con líneas torcidas" A. Einstein.


www.centroelim.org





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