SENDERO TRANSPERSONAL

INTEGRANDO PSICOLOGIAS DE ORIENTE Y OCCIDENTE

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La Psicología Transpersonal o Integral, es un enfoque terapéutico que apunta a que el ser humano alcance niveles óptimos de salud psicológica, dándole importancia a la expansión de la conciencia.

Se trata de un acompañamiento terapéutico para que la persona aprenda a observar sus patrones mentales, sus creencias, que son la causa del malestar, que aprenda a desidentificarse de sus contenidos mentales, a trabajar con sus emociones saludablemente, que aprenda a hacerse responsable de sí misma, de sus relaciones, de sus experiencias, sin culpabilizar al entorno, a la vida por lo que le sucede, comprendiendo que la adversidad, es una oportunidad de cambio y desarrollo personal.

Capacita al paciente para que aprenda a satisfacer de una manera saludable sus necesidades a todos los niveles: físico, emocional, mental, espiritual, aprendiendo a conectar con la dimensión trascendental; todo ello conlleva a una integración de su personalidad y a alcanzar niveles superiores de salud psicológica, para luego poder trascenderla y conectar con la esencia.

Se toman en cuenta los problemas, dolencias particulares que empujan a la persona a una consulta y se las trabaja e integra, pero el enfoque principal de la Terapia Transpersonal, que la hace diferente y más abarcativa que otras terapias psicológicas (integra psicologías de oriente y occidente) es el de capacitar a la persona para que aprenda a conectar con sus propios recursos internos y permita desplegarse sin temores al proceso de crecimiento natural.

La terapia utiliza diferentes técnicas que se adaptan a las necesidades del paciente y a su estado de consciencia, integrando los niveles físico, mental y emocional (ego) y luego trascendiéndolo hacia los valores superiores, como la compasión, el amor a los demás seres vivos, el sentido de la propia vida, el desarrollo de la creatividad, etc., favoreciendo cambios en su nivel evolutivo.

lunes, 4 de noviembre de 2019

Sanar el pasado

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Al observar nuestra vida, podemos ver restos de crisis vitales del pasado sin resolver- Pensamientos y sentimientos acerca de los sucesos que tienden a colorear nuestra percepción y que nos han discapacitado en ciertas áreas de la vida. 

Se puede aplicar la técnica que consiste en situar el suceso en un contexto diferente, (es una de las herramientas mas eficaces para gestionar el pasado) para verlo desde otra perspectiva y considerarlo dentro de otro paradigma, con otra importancia y otro significado. 

Crear un contexto diferente significa darle un significado distinto, asumir otra actitud con respecto a las dificultades o traumas vividos y valoramos el regalo escondido en ellos. El primero en valorar esta técnica en psiquiatría fue Victor Frankl (logoterapia), los acontecimientos traumáticos cambian cuando se les dota de un nuevo sentido… 

“Todo se puede tomar de un hombre, menos una cosa: la última de las libertades humanas consiste en elegir la propia actitud ante cualquier conjunto de circunstancias, elegir el propio camino” V. Frankl 

Cada experiencia en la vida, sin importar lo “trágica” que sea, contiene una lección oculta. Cuando descubrimos y reconocemos su don escondido, se produce la curación. 

Al mirar hacia atrás, parece en realidad que hay un propósito inconsciente detrás del acontecimiento, como si nuestro inconsciente supiera que se debía aprender algo importante y que por doloroso que fuera, esa era la única forma de hacerlo. 

Este principio forma parte de la psicología de Jung, quien tras toda una vida de estudio, llego a la conclusión de que en el inconsciente existe un impulso innato hacia la plenitud, la integridad y la realización del Ser, y que el inconsciente procura los medios para llevarlo a cabo, aunque resulten traumáticos para la mente consciente. 

Uno de los beneficios de las crisis es que a menudo nos lleva a familiarizarnos con nuestra sombra. Al darnos cuenta de que compartimos todo con toda la humanidad, nos hacemos más humanos y completos, todo lo que pensábamos que era culpa del otro está también en nosotros, así que cuando la llevamos a la conciencia, las reconocemos y ya no operan en nosotros de forma inconsciente. 

Cuando la sombra ha sido reconocida, pierde su poder. Lo único que se necesita es reconocer ciertos impulsos, pensamientos y sentimientos prohibidos y así podemos gestionarlos. 

Superar una crisis vital, nos hace más humanos, mas compasivos, aceptamos mejor las cosas, nos volvemos más comprensivos con nosotros mismos y con los demás. Ya no buscamos tener la razón quitándole la razón a los demás, nos da mayor sabiduría. 

El miedo a la vida, es el miedo a las emociones, no a los hechos, sino a lo que nos hacen sentir los acontecimientos (que va en función de nuestra interpretación, nuestra forma de ver la vida, nuestras creencias…). 

Cuando aprendemos a gestionar las emociones/sentimientos, el miedo a la vida disminuye, aumenta la confianza en sí mismo y se está dispuesto a asumir grandes riesgos, porque sentimos que podemos hacernos cargo, responsables de las consecuencias emocionales, el dominio del temor implica desbloquear todas las vías de la experiencia vital que antes habíamos evitado. 



Fortalecer las emociones positivas 

No solo conviene ir soltando las emociones “negativas”, sino que es importante dejar de resistirse a las “positivas”. 

Un ejercicio muy iluminador consiste en sentarse, observar la sensación opuesta a la emoción negativa que estamos viviendo y dejar de resistirnos a ella. El objetivo es atraer a nosotros la grandeza, el coraje para superar los obstáculos, la voluntad de pasar a nivel más elevado del amor. La aceptación de la humanidad de los demás y la compasión por su sufrimiento al ponernos en su lugar. Al perdonar al otro, nos perdonamos a nosotros mismos, aliviamos la culpa. Nos desprendemos de la negatividad y elegimos amar, somos nosotros los beneficiados- 

Del reconocimiento de quienes somos realmente surge el deseo de buscar lo que nos inspira, cuando el vacío interior, debido a la falta de autoestima, es reemplazado por el verdadero amor a nosotros mismos, ya no tenemos que buscar la felicidad en el mundo, porque su fuente está dentro de nosotros. 
(texto inspirado en “dejar ir”)



TE ACOMPAÑO EN EL PROCESO


Juana Ma. Martínez Camacho
                                       Terapeuta Transpersonal
                                                             Especialista en Bioneuroemoción
                                                            Facilitadora Internacional CMR (Liberación de la Memoria Celular) 
                                                                                         Anatheóresis (Psicoterapia Regresiva Perceptiva)
                                                           Formación Internacional  en Psiconeuroinmunoendocrinología
                              (IPPNIM)


                       www.centroelim.org           Telf.  653-936-074
                            



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