¡Nuestras vidas no
son satisfactorias!…La única razón de que no estés amando todo el tiempo es que
estás sufriendo. Si no sufrieses, amarías, estarías en paz, esparciendo amor y
paz a tu alrededor.
Nuestro sufrimiento
tiene una causa. Esta es la gran percepción de Buda. Su genialidad se manifestó
cuando clamó que el sufrimiento tiene una causa y que si la descubriésemos
podríamos destruirlo…
¿Cuál es la causa del
sufrimiento? La actividad mental, la construcción de pensamientos. Algunas
veces la mente está en reposo, y todo está bien. Pero otras veces ella comienza
a actuar, elaborando lo que Buda llama la construcción de los pensamientos.
Comienza a hacer juicios, evaluaciones, a tener distintos y variados
pensamientos.
Si no entendemos la
acción de nuestras mentes, comenzaremos a sostenernos solamente en nuestra
construcción mental y estaremos al arbitrio de la razón. No nos apoyamos en
cosas, sino en construcciones mentales. Quedaremos presos en lo que fue
inventado por la mente, no por las cosas en sí.
Andamos por la calle
y oímos una linda música. Nos extasiamos. Entonces aparece la construcción
mental: “Qué música linda, me gustaría oírla muchas veces; compraré un
grabador, pues necesito esta grabación. Tendré que esforzarme para conseguir
esas cosas.” Todo construido por la mente.
¿Cuáles son las
construcciones de la mente que crean ansiedad, inquietud? “La música es mágica,
adorable, me gusta”. No estás a merced de la música que oíste o del grabador,
estás controlado por las evaluaciones que hace tu mente.
Si supusiésemos que
nuestros sentidos son puramente perceptivos, tendríamos un problema, pues ellos
son extremadamente selectivos. Nuestra conciencia también es selectiva; no
vemos la realidad, no podemos verla, podemos ver lo que es proyectado,
preseleccionado por la mente, No puedo verte; sólo veo la idea que existe de ti
en mi mente. Es la razón de que se vean dos imágenes. Veo en ti cosas que otro
no ve y viceversa. En otras palabras, para que yo pueda verte, tengo que
acercarte a mi mente, a su lado selectivo, y percibir. ¿Cuánto subsiste de la
realidad? Lo que subsiste en la mente es filtrado constantemente. ¿Cuáles son
los filtros? Mis miedos, deseos, relaciones, creencias, hábitos y condicionamientos.
Ellos seleccionan
aquello que es percibido por nuestros sentidos. No tengo sensaciones reales,
reacciono a las imágenes consubstanciadas con mi mente. Puedo mirar a alguien,
ver a un norteamericano, tener un buen sentimiento; cualquier otra persona, al
mirarlo, puede tener un sentimiento adverso. ¿Se ve a un ser humano o una
imagen?
Cuando deseas algo,
reparas en muchas cosas que las otras personas no ven. Una madre puede estar
durmiendo profundamente mientras los ruidos resuenan en su cabeza, pero al
primer suspiro de su bebé ella despertará. ¿Por qué? Sus sentidos filtran los
otros sonidos. Algo sucede dentro de nosotros. Existe, allí, un censor que
actúa sobre lo que vivimos. Tal percepción depende del condicionamiento pasado.
Vivimos, entonces,
con muchas cosas filtradas, seleccionadas, pasadas por los sentidos. ¿Qué
existe, de hecho, en nuestras mentes? Unimos a las imágenes nuestras
construcciones mentales y evaluaciones: esto es bueno, esto es malo, cierto,
erróneo. En la realidad no hay bien ni mal. No existe bien ni mal en las
personas, ni en la naturaleza. Existe solamente un juicio mental impuesto a
esta o aquella realidad…
¿Qué es la
conciencia? Es la capacidad de observar cuánto filtramos la realidad, no
solamente la imagen que persiste.
El yo inventó la
noción de ego mío. Si miro el mundo, en mi estupidez proyectaré lo mío sobre
los campos, las máquinas las ciudades, sobre la realidad. Dame alguna realidad
y estaré listo para proyectar sobre ella algo de mi ego. Este mío existe
solamente en mi cabeza, porque si muriese esta noche, nada de aquel campo
cambiaría: las cosas son lo que son. No son mías, tuyas o de él. Esto es una
mera convención entre nosotros…
Todo es pasajero,
insatisfactorio… Paradójicamente, ésta es la fórmula secreta para un deleite
continuo. Dijo: Jesús: ”¿Quién es mi madre, mi hermano, mi hermana? No los
tengo. Existe allí una mujer, pero mi madre es un concepto que hay en mi
mente…”
Si no existe el ego,
no hay mal…Todas las convenciones, rótulos, límites son inventados en nuestra
mente…
El ego es una
creación de la mente…
Nuestras mentes crean
rótulos, los aplican a los individuos, diciendo que, a partir de aquel
instante, este o aquel grupo son grupos separados. Entonces pedimos a las
personas que ofrezcan sus vidas por la defensa de los rótulos que creamos.
Damos a esta defensa un título glorioso, algo como: morir por la fe; en
realidad ellas mueren por convenciones, por conceptos que no existen en la
realidad. A esas personas se les prometen recompensas invisibles, como por
ejemplo: si mueres por la fe, por el país, por Dios, tendrás un reino eterno, a
pesar de no ser real.
¿Qué es, pues,
meditación? Meditación significa observar todo lo que se encuentra en los
filtros de tu conciencia, ver, reconocer, estar consciente de que todo es
pasajero, insatisfactorio y libre del yo. Uno de los maestros budistas dice:
“Puedes gastar toda tu vida contemplando la tendencia de tu mente a rotular el
bien y el mal en todas las cosas”. Yo te aseguro que si pudieses observar el
trabajo de tu mente, nunca conocerías un minuto de tedio…
… Atracción y
repulsión, el apoderarse y el resistir.
…Cuando una persona
no tiene antipatías ni apegos, su amor renace, crece. Conocerás entonces el
amor. De otra manera, estará solamente ocupada con algunas imágenes en su
mente. Ningún apego, ninguna aversión, sólo amor: percibe y aceptarás de
corazón lo que sea…
Tú, que alcanzaste el
vacío, dejas de ser una persona. Te mueves por la vida, dentro de la vida.
Lleno de vida, y nada tiene el poder de destruirte, Es como si tú arrojases
tinta en el aire; un segundo después no habría nada más en el aire. “Al entrar
en un bosque ni una hoja era perturbada, al entrar en el agua ni una onda se
producía siquiera; él no desarmonizaba el mundo”.
Ningún ruido te
perturbará, ni tú mismo serás capaz de perturbarte. Las cosas son lo que son.
El ruido existe en tu cabeza, no en la realidad. Tus evaluaciones hacen de este
ruido una molestia.
La meditación no es
apego, identificación o posesión. Estas acciones conducen sólo al sufrimiento.
Meditación es observación. Conduce al cuestionamiento y al amor.
Anthony de Mello
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