SENDERO TRANSPERSONAL

INTEGRANDO PSICOLOGIAS DE ORIENTE Y OCCIDENTE

Bienvenidos al blog!

La Psicología Transpersonal o Integral, es un enfoque terapéutico que apunta a que el ser humano alcance niveles óptimos de salud psicológica, dándole importancia a la expansión de la conciencia.

Se trata de un acompañamiento terapéutico para que la persona aprenda a observar sus patrones mentales, sus creencias, que son la causa del malestar, que aprenda a desidentificarse de sus contenidos mentales, a trabajar con sus emociones saludablemente, que aprenda a hacerse responsable de sí misma, de sus relaciones, de sus experiencias, sin culpabilizar al entorno, a la vida por lo que le sucede, comprendiendo que la adversidad, es una oportunidad de cambio y desarrollo personal.

Capacita al paciente para que aprenda a satisfacer de una manera saludable sus necesidades a todos los niveles: físico, emocional, mental, espiritual, aprendiendo a conectar con la dimensión trascendental; todo ello conlleva a una integración de su personalidad y a alcanzar niveles superiores de salud psicológica, para luego poder trascenderla y conectar con la esencia.

Se toman en cuenta los problemas, dolencias particulares que empujan a la persona a una consulta y se las trabaja e integra, pero el enfoque principal de la Terapia Transpersonal, que la hace diferente y más abarcativa que otras terapias psicológicas (integra psicologías de oriente y occidente) es el de capacitar a la persona para que aprenda a conectar con sus propios recursos internos y permita desplegarse sin temores al proceso de crecimiento natural.

La terapia utiliza diferentes técnicas que se adaptan a las necesidades del paciente y a su estado de consciencia, integrando los niveles físico, mental y emocional (ego) y luego trascendiéndolo hacia los valores superiores, como la compasión, el amor a los demás seres vivos, el sentido de la propia vida, el desarrollo de la creatividad, etc., favoreciendo cambios en su nivel evolutivo.

martes, 15 de abril de 2025

Niveles de desarrollo en las relaciones humanas

 

En el mundo tan variado de las relaciones emocionales, podemos ver cinco niveles de desarrollo:


1- “Dependencia”

Es el primer escalón en la evolución de las relaciones, lo podemos ver claramente en un niño recién nacido, que depende naturalmente de su madre, pero también se da en muchos casos, por ejemplo, cuando un enamorado no es correspondido.

Se da mucho en la adolescencia, pero también en adultos, donde se proyecta en el ser amado todas las ilusiones y fantasías, creyendo no poder vivir sin la otra persona, y que conducen a la pareja a un desequilibrio donde predomina un patrón de dependencia, de sumisión y de dolor, cuando la otra persona no responde como uno quiere…

Con frecuencia se suele decir: “no puedo vivir sin ti”.

Si bien es cierto que uno puede amar mucho a una persona, y sentir lo maravillosa que es, y que si la “perdiera” se sentiría muy dolido, muy triste, ello no significa que es la única persona en el mundo, y que no se puede seguir viviendo sin esa persona, y esto generalmente se ve como algo normal, incluso las canciones románticas apoyan este modelo de dependencia, que a la larga, produce sufrimiento por el apego a la persona amada.


2º “Codependencia”

Algo así como “dos dependientes juntos”. En este tipo de relación, predomina el apego, la atadura, los celos y manipulaciones, controles, reproches, por ambas partes.

En este nivel, la pareja pasa por vaivenes de atracción y rechazo, de goce y sufrimiento; donde el amor y el odio se van alternando con facilidad.

La relación de co-dependencia se basa en uno es el complemento del otro, muchas veces tiene que ver con lo económico, uno es el sustento y la mujer permanece en casa, como sucede en parejas mayores, donde la mujer no ha trabajado fuera del hogar.

Es común escuchar en este tipo de relaciones frases como “nos complementamos y no podemos vivir uno sin el otro”.

No se trata de no definir roles, que es necesario en una pareja, sino que literalmente cada miembro en esta relación se siente la “mitad” del otro, se basa en el mito de la “media naranja”, donde uno necesita al otro, “te quiero porque te necesito” que no es igual que “te elijo, te abrazo porque te amo”.

Conviene trabajar, desarrollar con lo que a uno le falta, la mujer desarrollar sus aspectos “masculinos”, y el hombre sus aspectos “femeninos” (que no tienen que ver con la homosexualidad).

Esta estructura co-dependiente, lleva implícita la necesidad de cambiar al otro para que se ajuste a nuestros deseos, toda una manipulación emocional, muchas veces inconsciente, que lleva al miedo al abandono e incluso sentir confusión de la propia identidad.

La manipulación se trata de amenazas sutiles, una manera de decir y hacer las cosas con otros fines que los que aparecen a primera vista, actitudes de “dar pena”, “lo que me hace sufrir”, algunas personas han aprendido de niños a ser simpáticos o hacer gracias para obtener de sus padres golosinas, y demás, y estos patrones de seducción, tienden a crear la necesidad de aprobación de los demás cuando son adultos.

La codependencia, se puede ver también en personas que con frecuencia se han sentido tratadas injustamente y utilizan frases del tipo: ”con lo que yo he hecho por ti”, “no esperaba que te comportes así conmigo”, “pensaba que actuarías diferente”, “creí en ti y me has decepcionado”, “me has amargado la vida”…
También frases como “me haces tan felíz”… que depositan la responsabilidad en otra persona, tienen que ver con la expectativa que la persona se hace de cómo debiera responder el otro.

Y lo cierto es que, nadie es responsable de los sentimientos ajenos, uno debe asumir su propia independencia emocional.

De manera que, si alguien dice sufrir por tu causa, es responsabilidad de esa persona que, en nombre del amor te ha dado un “poder” sobre ella basado en un patrón de dependencia.

Tengamos en cuenta que estos patrones se forman en la niñez, en la relación que tienen los padres entre ellos y con los hijos.

La Codependencia socialmente es aceptada, ejemplo: en muchos países, la esposa al casarse figura como Señora “de” tal; generalmente decimos: mi mujer, mi marido, mi niño, con una cierta carga de propiedad…

Para salirse de los patrones tóxicos de la dependencia emocional, hay que apostar al desarrollo personal, donde uno sienta que “no necesita al otro para ser feliz, sin embargo lo elije para compartir”.


3º “Independencia”

Habla de una persona no dependiente, una persona que ha desarrollado una sensata autonomía emocional, es decir, una vida sin apegos excluyentes y con capacidad de renovarse y autogestionar los niveles de afectividad e intimidad.

Personas que no tienen que negarse a sí mismas para satisfacer las expectativas de los demás acerca de ellas.

Personas que no necesitan la aprobación sistemática de los demás y que se saben completas y auto-referenciadas, que han aprendido a buscar lo que requieren para su equilibrio, y además, saben encontrarlo.

Esto recuerda a la frase de Fritz Perls (Gestalt) acerca de la Independencia:

“Yo hago lo mío y tú haces lo tuyo,

No estoy en el mundo para satisfacer tus expectativas

Y tú no estás en el mundo para llenar las mías.

Tú eres tú y yo soy yo.

Y si, por casualidad, nos encontramos, es hermoso.

Si no, no puede remediarse.”

Se trata de modelos de desarrollo que han superado la manipulación soterrada, y pueden vivir en la sociedad sin necesidad de aislarse.

Tengamos en cuenta que la soledad y el retiro es una bendición para el alma, no así el aislamiento, que resulta enfermizo y patológico.

Para llegar a este nivel de independencia emocional, se ha de haber trabajado en integrar y desarrollar aquellas cualidades que, en principio nos faltaban para expresar nuestra madurez emocional.

Aquella cualidad o habilidad que nos atrae de forma un poco exagerada del otro, es justo lo que debemos desarrollar en nosotros…

Una relación de amor en nuestra vida, es una bendición donde podemos aprender a sanar, gozar y crecer. Pasaremos por dificultades, miedo a ser abandonados, etc., pero si sabemos ver, creceremos…

Es importante tener en cuenta la diferencia entre amor y pasión: la pasión busca la felicidad en el otro, mientras que el amor busca la felicidad del otro.


4º- Co-independencia

Una relación que se basa en dos independientes unidos. Dos “naranjas enteras” que desde su autonomía e individualidad deciden unirse en sinergias de amor.

En muchos casos, este tipo de relaciones, suelen iniciarse incluso en espacios físicos diferentes, por ejemplo, en casas distintas, situación que se prolonga hasta que deciden vivir en relación de “sumas” mutuas, y no de restas.

Este es un nivel donde las personas siguen creciendo, sin apegos, y por ello con una gran capacidad de compartir, interesarse, enriquecerse y aportarse mutuamente.

Aquí no se produce ese temor a la pérdida del amor porque el otro triunfe, y el miedo a la pérdida del ser amado, es reemplazado por la confianza en la cooperación y el amor genuino.

Aquí la relación es gratuita, nadie salva a nadie de nada, ni resuelve ningún problema. Ya no se siente aquello de “te quiero porque te necesito”, sino:

“permanezco contigo, porque te amo, o, te elijo porque te amo”.

En este nivel, no se depende de la aprobación de los demás, cada miembro de la relación puede tener amistades diferentes, las reuniones familiares de uno, no tienen por qué ser necesariamente compartidas por el otro… se basa en un profundo respeto y confianza al camino maduro y consciente del otro.


5º “Inter-Independencia”

Una red de independientes, de relaciones que se encienden y activan cuando la consciencia se enfoca en cada cual, en un presente pleno, sin grietas.

La persona está más allá de las perspectivas y está abierta a una red esencial de afectividad y cooperación.

Su compromiso se establece con la calidad de la relación que es capaz de crear en este instante.

Su familia, es la familia humana, y no se siente sola porque vive creando constantemente relaciones de afecto, respeto y sinceridad.

La inter-independencia la alcanzan aquellas personas que cuando sienten el regocijo del amor, reconocen que, lo que aman en realidad no es tanto el apego carnal al rostro o a la forma del ser amado, sino que han llegado a ser conscientes del estado de consciencia que experimentan cuando interactúan con dicho ser.

Esto quiere decir, que, cuando uno quiere y desea una pareja, un hijo, un coche….en realidad lo que quiere no es esa persona o coche en sí, sino el estado mental que supone que va a experimentar cuando tenga ese coche, o abrase a esa persona, etc.

Todos los deseos del ser humano, por muy sofisticados e idealizados que sean, corresponden a estados mentales, estados vibratorios de la consciencia, que se traducen en las más variadas emociones y sentimientos: exaltación, cariño, ternura, protección, entrega… sentimientos que forman toda una gama de frecuencias, y que sólo “suceden” en el interior del cerebro, y se suelen traducir como amor y sus variantes.

Podemos decir que la motivación para ser felíz, está en la calidad del amor del sujeto amante.

Las afinidades tanto físicas como mentales y emocionales, son claves en las relaciones, sin embargo, el papel del sujeto que logra limpiar su mente de “proyecciones” que atribuye al otro, de sus carencias y sentimientos de abandono para llegar a no necesitarlo, sino simplemente amarlo, es un desarrollo que corresponde a cada cual hacer.


De cualquier forma, el amor es

un estado de consciencia profunda y esencial.

Cuando tu conectas contigo mismo, con la esencia de tu ser,

tú eres amor,

cuya experiencia en nada depende de tu ser amado.


Cuando mejor te lleves contigo mismo, más amarás a tu amada/o, a los árboles, a los pájaros, a todo el universo, incluso a tus propios enemigos.


Amar no es un pensamiento, un sentimiento, una acción,

Amar es una experiencia divina,

nacida de un profundo acto de voluntad evolutiva,

un Sí, a veces misterioso que calienta el corazón.









lunes, 14 de abril de 2025

¿Qué es la Coherencia Cardíaca?

 


Cuando nos sentimos en equilibrio y armonía interiormente, en nuestras relaciones, en el trabajo y en nuestra manera de afrontar retos de la vida, estamos en coherencia cardíaca, un estado fisiológico que favorece que se coordinen e interaccionen de forma equilibrada, el corazón, la mente, las emociones y la fisiología: la respiración, la digestión, la respuesta del sistema inmune, la liberación hormonal, etc.

Es el estado fisiológico óptimo que facilita el aprendizaje, el rendimiento, el desarrollo, fomenta el bienestar, mejora las relaciones y los procesos regenerativos naturales del cuerpo.

Con respecto a nuestra fisiología, se produce un tipo de coherencia cuando dos o más sistemas rítmicos del cuerpo, tales como el de la respiración y el del corazón, se sincronizan en la misma frecuencia, lo cual se denomina “coherencia fisiológica”, término que utilizamos también para describir el grado de orden, armonía y estabilidad de las distintas actividades rítmicas que se desarrollan en nuestro cuerpo durante un determinado período de tiempo.

Coherencia se parece a resonancia, estar sincronizado o alineado.

Varios científicos sugieren que la calidad y estabilidad de los sentimientos y las emociones que experimentamos, depende del grado de armonía, resonancia y coherencia que predomine en los procesos internos del cuerpo.

Los sentimientos que consideramos positivos, son un reflejo de un sistema coherente, la eficacia de cuyo funcionamiento es directamente proporcional a la fluidez y facilidad con que se desarrollan los procesos.

En cambio, unos modelos de actividad cerebral y nerviosa irregulares y discordantes denotan un organismo incoherente cuyos procesos vitales se caracterizan por la tensión, esa sensación de actividad incoherente se traduce en sensaciones de inquietud y en problemas de inestabilidad, frustración, ansiedad, agobio, impaciencia, etc.

La Técnica de Coherencia Cardíaca, es una técnica de biofeedback que enseña a autorregular el estado fisiológico y combatir la ansiedad.

Mediante el registro de la Variabilidad de la Frecuencia Cardíaca se obtiene una medida objetiva del funcionamiento del sistema nervioso.

La Coherencia Cardíaca alta nos indica que el individuo se encuentra con un registro de variabilidad del ritmo cardíaco equilibrado, por tanto la persona se encuentra en armonía.

Cuando la Variabilidad Cardíaca es mayor se refleja un porcentaje de baja C.C. y un gráfico irregular, lo que supone que la persona está estresada.







PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO PRESENCIAL.

(4 sesiones)


¿Qué aprendes en las sesiones?

· Aprenderás a cambiar rápidamente tus reacciones ante el estrés, autorregulando tus emociones.

· Incrementar tu energía.

· Mejorar tu bienestar y rendimiento.

· Aumentar tu capacidad cognitiva.

· A escuchar la sabiduría e inteligencia de su corazón.

· Incrementar la claridad mental.

· Potenciar la capacidad de escuchar y conectar más profundamente con las indicaciones intuitivas del corazón.

· Disminuir el malestar físico en caso de enfermedades crónicas.



Cuando una persona está en Coherencia:

  • No está bajo estrés.
  • Aumenta la Capacidad cognitiva.
  • Mayor capacidad para tomar decisiones y ver situaciones con claridad.
  • Puede alternar entre los estados de acción y relajación sin dificultad.
  • Está en un estado de equilibrio cuerpo/mente.
  • Las ondas cerebrales, como las alfa, se sincronizan más con el corazón, y esto se traduce en una mayor sincronización y resonancia de todo el cuerpo.
  • Un par de minutos de coherencia cardíaca hace que la tensión arterial disminuya en personas hipertensas.
  • A nivel psicológico, al estar en coherencia, se experimenta una clara disminución del “ruido” interior que genera el fluir normal de la actividad desordenada mental y emocional.
  • Mayor sensación de armonía y sincronía y de conexión con la intuición del corazón.
  • Aprender a gestionar mejor nuestros pensamientos y sentimientos, lo cual reduce las reacciones estresantes.
  • Aumenta la adaptabilidad, la memoria y la capacidad de concentración.
  • Al aprender a autogestionar nuestro consumo de energía mental y emocional, aumenta la resiliencia y mejora notablemente la salud.
  • Al estar el sistema nervioso más sincronizado, se reequilibran los sistemas hormonal e inmune.
  • En estado de coherencia cardíaca, el corazón proyecta en su entorno una señal electromagnética coherente, que puede ser detectada por el sistema nervioso de la demás personas e incluso de animales.



Cita previa:

WhatsApp    653-936-074

www.centroelim.org



lunes, 7 de abril de 2025

Mundo interior


Las semillas germinan en las tinieblas, recubiertas de una doble capa de oscura tierra y de blanca nieve; los manantiales de agua brotan con más fuerza y más pureza cuanto más oculta en las vísceras de la tierra se encuentra la vena que los alimenta.
Igualmente en el hombre, la íntima labor por medio de la cual él se hace a sí mismo y desarrolla sus propias facultades, la fatigosa elaboración y asimilación de los materiales de experiencia recogidos en la vida externa, el duro trabajo que precede a toda fecunda cosecha, cualquier acto, en suma, verdaderamente productivo y creativo se desarrolla en el recogimiento, en el silencio y en las regiones internas del alma.

El hombre moderno, cuya atención está siempre pendiente del exterior, continuamente distraído por la fantasmagoría de las apariencias, no puede sospechar siquiera la realidad, la concreción, la riqueza de ese mundo interior, el poder de las fuerzas que se agitan en él o la importancia de los acontecimientos que allí se desarrollan.

Lejos de ser el mundo de la inercia y de los sueños, el mundo interno es el mundo de las causas eficientes de las que toda manifestación visible y externa es sólo el resultado y el efecto.

Assagioli Roberto

sábado, 5 de abril de 2025

La oruga. (Cuento)


  Una pequeña oruga caminaba un día en dirección al sol. 
Muy cerca del camino se encontraba un saltamontes.

"¿Hacia donde te diriges?" – le preguntó -

Sin dejar de caminar, la oruga contestó:
"Tuve un sueño anoche: soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo".

Sorprendido, el saltamontes dijo mientras su amigo se alejaba:
"¡Debes estar loco!, ¿cómo podrás llegar hasta aquel lugar?, ¿tú?, ¿una simple oruga? …. una piedra será una montaña, un pequeño charco un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable"…

Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó, su diminuto cuerpo no dejó de moverse.
De pronto se oyó la voz de un escarabajo preguntando hacia dónde se dirigía con tanto empeño. La oruga contó una vez más su sueño y el escarabajo no pudo soportar la risa, soltó la carcajada y dijo:
"Ni yo, con patas tan grandes, intentaría realizar algo tan ambicioso", y se quedó en el suelo tumbado de la risa mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros.

Del mismo modo la araña, el topo y la rana le aconsejaron a nuestro amigo desistir: "¡No lo lograrás jamás!" le dijeron, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir. 

Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar.
"Estaré mejor", fue lo último que dijo y murió.

Todos los animales del valle fueron a mirar sus restos, ahí estaba el animal más loco del campo, había construido como su tumba un monumento a la insensatez, ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió por querer realizar un sueño irrealizable.

Esa mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos. 
De pronto quedaron atónitos, aquella concha dura comenzó a quebrarse y con asombro vieron unos ojos y unas antenas que no podían ser las de la oruga que creían muerta, poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas de mariposa de aquel impresionante ser que tenían en frente, el que realizaría su sueño, el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir. Todos se habían equivocado……

¿Qué lección te deja?




miércoles, 2 de abril de 2025

Cuento de reflexión: los mineros (J. Bucay)


Esta es una historia verídica, que sucedió en África. 

Seis mineros trabajaban en un túnel muy profundo. De repente un derrumbe los dejó aislados del afuera sellando la salida.
En silencio cada uno miró a los demás. Con su experiencia, se dieron cuenta de que el problema sería el oxígeno. 
Si hacían todo bien les quedaba unas tres horas de aire, cuanto mucho tres horas y media.

Mucha gente de afuera sabían que estaban allí atrapados, pero un derrumbe como ese,  significaba horadar otra vez la mina, ¿podrían hacerlo antes de que se termine el aire?

Los mineros decidieron que debían ahorrar todo el oxígeno que pudieran. Acordaron hacer el menor esfuerzo físico, apagaron las lámparas que llevaban y se tendieron en silencio en el piso....era difícil calcular el tiempo que pasaba... incidentalmente uno tenía reloj.
Hacia él,  iban todas las preguntas ¿Cuánto tiempo pasó? ¿Cuánto falta? ¿Y ahora?

El tiempo se estiraba, cada minuto parecía una hora y la desesperación agravaba más la tensión. 
El jefe se dio cuenta que si seguían así, la ansiedad los haría respirar más rápidamente y esto los podía matar, ordenó al que tenía el reloj que sólo él controlara el paso del tiempo y avisara cada media hora.

Cumpliendo la orden, a la primera media hora dijo "ha pasado media hora". Hubo un murmullo entre ellos y una angustia que se sentía en el aire...

El hombre del reloj, se dio cuenta de que a medida que pasaba el tiempo, iba a ser cada vez más terrible comunicarles que el minuto final se acercaba.
Sin consultar a nadie, decidió que ellos no merecían morir sufriendo. Así que la próxima vez que les informó la media hora, habían pasado 45 minutos. 
No había manera de notar la diferencia. 
Apoyado en el éxito del engaño,  la tercera información, la dio casi una hora después... así siguió el del reloj, cada hora completa les informaba que había pasado media hora....

La cuadrilla apuraba la tarea de rescate, sabían en qué cámara estaban atrapados y que sería difícil poder llegar antes de cuatro horas. 

Llegaron a las cuatro horas y media. Lo más probable era encontrar a los seis mineros muertos.
Encontraron vivos a cinco de ellos. Solamente uno había muerto de asfixia: el que tenía el reloj…

Esta es la fuerza que tienen las creencias en nuestras vidas. Esto es lo que nuestros condicionamientos pueden llegar a hacer de nosotros.

Cada vez que construyamos una certeza de que un hecho irremediablemente siniestro va a pasar, no sabiendo cómo (o sabiéndolo) nos ocuparemos de producir, de buscar, de disparar (o como mínimo de no impedir) que algo de lo terrible y previsto nos pase realmente.
De paso y como en el cuento, el mecanismo funciona también al revés: Cuando creemos y confiamos en que se puede seguir adelante, nuestras posibilidades de avanzar se multiplican.

Claro que si la cuadrilla hubiera tardado doce horas, no habría habido pensamiento que salvara a los mineros.

NO digo que la actitud positiva por sí misma, sea capaz de conjurar la fatalidad o de evitar tragedias. Digo que las creencias autodestructivas, indudablemente condicionan la manera en la cual enfrento las dificultades.

El cuento de los mineros debería obligarnos a pensar en estos condicionamientos.
J. Bucay


martes, 1 de abril de 2025

CARTAS ASOCIATIVAS- METAFÓRICAS OH

 

Las Cartas OH, son cartas asociativas o cartas proyectivas, también conocidas como cartas Kesem.

No son juegos, no tienen nada que ver con el Tarot, ni con Oráculos.

Esta herramienta valiosa, se utiliza en Psicología, Psiquiatría, Psicoterapia y en Naturopatía, para el desarrollo personal y profesional, también se utilizan para la búsqueda del origen del conflicto que puede estar afectando a nivel de salud física, emocional o mental.

Su principal ventaja, reside en que es la propia persona la que se “auto-cura”, puesto que es ella misma quien las interpreta. 
Es decir, de una forma totalmente inocua y natural, la persona obtiene información a nivel de su subconsciente que de otro modo, sería extremadamente complicada de conseguir y a partir de ese conocimiento comienzan a surgir las soluciones a sus conflictos internos; en la mayoría de las ocasiones de forma instantánea.

Nuestro subconsciente, se expresa y entiende por medio de imágenes, símbolos, sensaciones, sentires. Todas las experiencias de nuestra vida, están guardadas en forma de imágenes y nuestro subconsciente piensa y trabaja con ellas; por medio de las cartas OH, nos comunicamos en su mismo idioma, un idioma que a él, le es familiar.


Beneficios

• Estimula la utilización de funciones del hemisferio derecho, el pensamiento lateral, la intuición, y la espontaneidad.

• Descubrir el cómo y el para qué de nuestras actitudes ante la vida y ante una situación puntual, en especial el para qué de las emociones: rabia, tristeza, depresión, ira,….esa toma de conciencia, hace más fácil el cambio de actitud.

• Desarrollo personal.

• Desarrollo de la creatividad, creación de nuevas perspectivas.

• Aumento la capacidad de comunicación y expresión.

• Mejora de la memoria.

• Resolución de problemas, búsqueda de soluciones creativas a problemas complejos.

• Entender la situación de las empresas, negociar en la empresa.

• Creación de metas. Ayuda a desarrollar nuevas perspectivas y ampliar los puntos de vista.

• Estimulación de la imaginación.

• Búsqueda de propósito en la vida.

• Trabajo con enfermedades psicosomáticas.

• Resolución de problemas de relación.

• Reformulación de las situaciones problemáticas.

• Incremento de la imaginación, práctica de la narración de cuentos.

• Desarrollo de habilidades comunicativas, etc.


Hay que tener en cuenta, como modo de clarificar, que las cartas OH, no tienen nada que ver con la adivinación, ni con el mundo esotérico.

El interactuar con ellas en una sesión, nos muestra conflictos, bloqueos, que a veces pensamos que no los tenemos, o que los hemos superado, incluso conflictos que ni sospechábamos que teníamos.

En ocasiones, el conflicto se resuelve en la sesión, por esa toma de consciencia que sucede al verlo reflejado en las imágenes simbólicas de las cartas.

Ante una situación de conflicto, donde no vemos salida aparente, nos pueden ser muy útiles para aclarar de dónde viene el problema, el origen, ayudándonos así a encontrar la solución más adecuada.


CONSULTAS PRESENCIALES – CONSULTAS ON LINE

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viernes, 28 de marzo de 2025

¿Vacío interior?- Habita el presente


Cuando la vida se vuelve ausente —cuando el presente no se vive con profundidad, cuando los sentidos se embotan y la atención se dispersa— surge un vacío interior que exige ser colmado. Y en ese espacio deshabitado, crece la búsqueda ansiosa. No como una exploración serena, sino como una persecución angustiada de algo que otorgue sentido, pertenencia o identidad.

La ausencia de vida presente no es una condición física, sino existencial. Uno puede tener salud, actividad, vínculos, y aun así sentirse deshabitado. Esta “ausencia” es una desconexión del momento, del cuerpo, de la experiencia directa. En lugar de vivir, se sobrevuelve la vida, atrapado en pensamientos, comparaciones, miedos o nostalgias. Se habla de lo que se hará, de lo que se fue, pero rara vez de lo que es.

Desde esa carencia, la búsqueda se vuelve ansiosa: se persigue una pareja, un trabajo, una causa, un maestro, una respuesta… no desde la claridad, sino desde la incompletud. Como si el sentido estuviera afuera, esperándonos en algún rincón del tiempo o del mundo. Pero lo trágico es que todo aquello que se alcanza desde la ansiedad nunca llena, solo distrae. Y la ausencia vuelve, renovada.

Esta inquietud constante es una forma de sufrimiento autogenerado. Se basa en la premisa, profundamente arraigada, de que lo que soy no es suficiente. Es una negación del valor inherente al ser mismo. En lugar de comprender la raíz de esta insatisfacción, se busca anestesiarla con logros, acumulaciones o experiencias intensas. Pero ninguna acumulación externa puede sustituir una presencia interna.

Ejemplos contemporáneos abundan: redes sociales llenas de vidas proyectadas pero vacías de vivencia real; consumos culturales voraces que no dejan espacio al silencio; incluso las prácticas espirituales, cuando se convierten en metas que hay que alcanzar, pierden su esencia y alimentan esta ansiedad de búsqueda.


Tres ejercicios para reflexionar:

1- Nombrar el vacío:

Tómate un momento de quietud y pregúntate con honestidad: “¿Qué estoy evitando sentir ahora?” No se trata de resolverlo, sino de nombrarlo. Ponerle nombre ya es un primer acto de presencia.


2- Suspender la búsqueda:

Durante un día, decide no buscar. No buscar distracción, aprobación, sentido. Solo observa lo que emerge cuando se deja de perseguir. A menudo, en esa quietud, aparecen comprensiones profundas.


3- Reencuentro con lo simple:

Escoge una actividad que solías disfrutar de niño: caminar descalzo, mirar las nubes, tocar agua. Hazlo no para obtener algo, sino para estar con eso, sin objetivo. El juego es el lenguaje natural de la presencia.

La vida ausente genera búsqueda ansiosa porque el ser humano no tolera el sinsentido. Pero cuando se habita el instante, cuando se acoge la realidad tal como es, sin necesidad de modificarla, la búsqueda se transforma. Ya no es ansiosa, es un descubrimiento. Y en ese descubrir, uno deja de estar ausente. La vida, entonces, ya no se persigue: se revela.

Esteban Rojas Nieto



jueves, 20 de marzo de 2025

Atención Plena- “Si estás bien contigo mismo, todo está bien”

 

Te invito a simplificar tu vida:

Contempla cada momento como un nuevo comienzo, como una nueva oportunidad para volver a empezar, para sintonizar, para volver a conectarte con la vida. 
Date el permiso de vivir cada momento de manera plena y total.

Existe una manera de vivir la “adversidad” que hace la vida más rica, más agradable y tú puedes tomar las riendas de tu vida y esa manera es el camino de la Atención Plena.

La práctica del “no hacer”, sintonizar con la intensidad de cada instante es intentar estar despierto y darse cuenta del momento y luego del siguiente: practicar el “Ser”.

Relájate en el presente sin intentar llenarlo de algo, permite a tu mente y a tu cuerpo descansar en este momento, en este instante, sin apegarte a los contenidos que hay en tu mente o a cómo se siente tu cuerpo, sólo observando, permitiendo, respirando y soltando...

Sintonizar con las experiencias básicas del vivir, aceptando las cosas, las situaciones tal y como están, ya que desde esa aceptación, podrás luego hacer los cambios oportunos, si procede.

Adquiere un compromiso contigo mismo para “solo ser”, permitir que todo “el hacer” automático y compulsivo de la mente, se detenga.

Conecta con ese espacio profundo de tu Realidad Esencial, “detrás” de los pensamientos, detrás del ruido mental, con ese estado de puro gozo, inafectado, con ese potencial que eres, desde donde todo está surgiendo…

Aprender a pasar del “modo hacer” del ego/personalidad, al modo “ser”, es aprender a buscar tiempo para uno mismo y a ralentizar, a alimentar la calma y la aceptación de uno mismo, observar a qué está dispuesta la mente en cada momento, aprender a observar nuestras ideas, y a darle rienda suelta sin que nos capturen, o arrastren. 

La observación es sin juicio, sin razonamiento, sin intentar aferrarse a los pensamientos que te resulten agradables, ni enfadarte con aquellos pensamientos que no te agraden, es decir sin rechazar, soltando, dejando pasar como “sin interés”, aprender a hacer sitio a nuevas formas de contemplar mejor los problemas y percibir la vinculación de unas cosas con otras, esta clase de aprendizaje hace que nos asentemos en el ser.

Cuando se amplia la conciencia, y aprendes a observar la mente concreta y a darte cuenta que eres más que todos esos mecanismos, condicionamientos que te hacen funcionar, que eres más que esos programas mentales, entonces puedes aprender a responder de nuevas maneras más acordes a los valores Esenciales, del Ser, y todas tus decisiones se ven afectadas por ello.
La Atención Plena no es  la “respuesta”, la solución a todos nuestros problemas de la vida, sino más bien que, todos los problemas de la vida, pueden verse con más nitidez a través de una mente clara y serena.

Juani




lunes, 10 de febrero de 2025

Recuerda


Recuerda que estamos de paso.
Recuerda que no sólo eres un cuerpo, una mente…
Recuerda ir despacio.
Recuerda conectar con lo sagrado.
Recuerda caminar descalzo.
Recuerda contemplar el cielo inmenso con sus nubes, las estrellas, la luna...
Recuerda arroparte en el calor de sol.
Recuerda aspirar el aroma de las flores.
Recuerda acariciar, abrazar, mirar a través de los ojos la esencia de la otra persona, y de tus mascotas.
Recuerda dar lo mejor de ti, desde el Amor esencial.
Recuerda ir soltando los apegos, aligerando el equipaje en tu viaje.
Recuerda cambiar la dirección de tu vida, si fuera necesario.
Recuerda que todo pasa, nada permanece.
Recuerda aceptar lo que no es como quieres.
Recuerda mantener una actitud de servicio.
Recuerda que en esencia todos somos uno, todos somos lo mismo a ese nivel, más allá de la personalidad.
Recuerda que en la personalidad se requiere delimitar, poner límites internos y externos sanos.
Recuerda cuidar tu energía vital.
Recuerda que estás aprendiendo a vivir.
Recuerda que no hay nada nuevo, solo hay que Recordar.
Recuerda que la vida es un juego, suelta el sufrimiento.
Recuerda que ya Eres.
Recuerda que has venido a desplegar y desarrollar el potencial que eres.
Recuerda que eres Luz, Conciencia, Paz, Amor.
Recuerda darte cuenta desde donde estas funcionando, desde la personalidad/ego condicionado (reacción/automatismo, patrones aprendidos, muchos en la infancia) o conectado a los valores del Ser esencial (elegir respuesta apropiada a la situación, asertividad…)
Recuerda aprender a dar, como también a recibir.
Recuerda aprender a ceder, como también a sostener.
Recuerda entrenarte en el “camino del medio”, en la justa medida; demasiado calor, quema; demasiado frio, congela: la justa medida.
Recuerda entrenarte en la sabiduría, comprensión de lo que toca por aprendizaje evolutivo.
Recuerda que, a un nivel más profundo, nadie “te hace nada”, cada quien actúa como puede, como sabe en este momento, de acuerdo a sus creencias, de acuerdo a sus programas aprendidos, de acuerdo a sus heridas y condicionamientos, al igual que tú; nada es personal en el juego de la vida; así que, despierta, observa, aprende de las dificultades, integra y suelta. Lección aprendida, ya no se repite, aligera el camino…
Recuerda que es necesario aprender a perdonar y perdonarte hasta que comprendas que no hay nada que perdonar, libérate.
Recuerda compartir con personas que quieran “bonito”, que aporten a tu vida y que tú les aportes a ellas, y de las que “no aporten”, aprende lo que la vida tiene para enseñarte y si es necesario, pon distancia, mas hazlo desde el amor y la comprensión, no desde el rencor y el resentimiento.
Recuerda hacer tu parte, la que te corresponde, sin interferir en la evolución de los demás (sin invadir, sin rescatar, sin agredir, sin imponer, sin prohibir, sin manipular, aunque sea de manera sutil)
Recuerda resignificar tu pasado y soltarlo con las lecciones aprendidas.
Recuerda no aferrarte a expectativas, ni a un futuro imaginario, vive el aquí y ahora con lo que hay y desde el cambio aquí y ahora, es que se gesta tu futuro.
Recuerda agradecer todo lo que está en tu vida en este momento y valorarlo, pues eso te abre a la abundancia.
Recuerda que todo lo que te sucede es absolutamente necesario para tu evolución, aunque a tu mente no le agrade.
Recuerda que no puedes cambiar a nadie, solo puedes hacer en tu interior.
Recuerda que es mediante ensayo y error que aprendemos, así que de los errores saca el aprendizaje.
Recuerda abrazarte en tus momentos de mayor dificultad, amar a tu niño interior cuando más lo necesite.
Recuerda desidentificarte de los contenidos de tu mente, pues eres Conciencia que todo lo abarca.
Solo Recuerda y todo lo demás, se acomodará naturalmente en este curso de la escuela que es la Vida.


Juana María Martínez Camacho
www.centroelim.org

miércoles, 22 de enero de 2025

Vivir entre la incertidumbre y la impermanencia

 

La experiencia de estar vivos no puede ser confundida con lo que nos pasa. Estar vivos implica magia, misterio, milagro, es la suma de las potencialidades no desarrolladas, todo lo que aún queda por vivir.

La educación, la sociedad, intenta conducirnos lejos del misterio para entrar en el dominio de poder y que, mediante ese poder, ganamos seguridad y certezas, por lo que, si perdemos el control, nos sentimos impotentes y todo cuanto nos rodea se convierte en amenaza.

Precisamente, es en las crisis o en la adversidad cuando experimentamos la sensación de que por más empeño que pongamos, el control se nos escapa como el agua entre las manos.

Conviene aprender a vivir en la incertidumbre. Cuántas veces, en la locura de obtener certidumbres futuras, nos perdemos de percibir lo único seguro que tenemos: la vida en este instante.

Cuando nuestra mayor inversión de energía y atención están en el presente, no necesitamos contar con ningún hecho futuro para ratificar, justificar o dignificar nuestra existencia.

Cada vez que nos preocupamos por el futuro, cada vez que lamentamos o añoramos el pasado, es una defensa para no evolucionar, para no cambiar ahora lo que sabemos que debemos cambiar.

La vida nos muestra, a veces de manera drástica, que no podemos tener control sobre todos los hechos, sin duda, podemos influir con nuestra voluntad y nuestras acciones sobre ciertas situaciones, pero hay otras, en las que la entrega es más apropiada que la lucha por el control.

Basta observar la naturaleza, o nuestro cuerpo en sus procesos de desarrollo y envejecimiento, nuestra mente en un fluir constante de pensamientos, emociones y sensaciones, para darnos cuenta que todo cambia, nada permanece inmóvil.

Lo sabemos, pero no queremos verlo, actuamos como niños que se tapan los ojos jugando al escondite y creen que nadie puede verlos. Así nos tapamos los ojos para no ver que todo pasa, en el afán por ignorar que todo lo que ha nacido, morirá, que lo que se ha recogido, será esparcido, que lo que se ha acumulado se agotará y lo que está arriba, descenderá.

De manera infantil construimos nuestra identidad sobre ilusiones: nuestro nombre, nuestra biografía, nuestras parejas y familiares, el hogar, los amigos, las tarjetas de crédito.


¿Cuántas veces se vive como si no se fuera a morir y se muere como si no se hubiera vivido?


Generalmente el ser humano vive fuera de sí mismo y se dispersa, se está en “todas partes” excepto en sí mismo, constantemente es atraído, distraído, disperso por incontables sensaciones, impresiones, preocupaciones, recuerdos perturbadores, miedo por el futuro. Está fuera de la conciencia, del centro, de lo que es en realidad.

Asume una identidad en un neurótico mundo de cuentos de hadas, creyéndose coloso, olvidando que sus pies son de barro.

Pero, todos tenemos un generador de equilibrio, de seguridad y de poder.


Al identificarnos con la enfermedad, con los problemas y las circunstancias, nos descentramos. Creemos que somos el problema, somos la enfermedad, en vez de verlo como algo que está ocurriendo en este momento y como todo en la vida, también pasará.

Es importante aprender a desidentificarse del cuerpo, de los pensamientos, de los sentimientos, de los deseos y de las ilusiones.


Yo tengo un cuerpo, pero no soy mi cuerpo.

Mi cuerpo puede encontrarse en diferentes condiciones de salud o enfermedad, puede estar reposado o fatigado, sano o enfermo, pero eso nada tiene que ver conmigo, con mi “yo real”. Mi cuerpo es un precioso instrumento de experiencia y de acción en el mundo exterior, pero es apenas un instrumento.


Yo tengo emociones, pero no soy mis emociones.

Ellas son incontables, contradictorias, mutables. Si puedo darme cuenta de que en un momento estoy triste, en otro contento y puedo observar esos cambios, yo, observador, no soy lo observado, mis emociones.


Yo tengo deseos, pero no soy mis deseos. 

Estos son activados por impulsos físicos y emocionales o por influencias externas y, por lo tanto, son cambiantes y a veces contradictorios, con alteraciones de atracción y rechazo. Si puedo observarlos, yo no soy mis deseos.


Yo tengo una mente, pero no soy esa mente.

Un día pienso una cosa, otro día sobre lo mismo, me encuentro pensando lo opuesto... y si intento controlarlo, no puedo. Pero si puedo modificar la mente, generando nuevas imágenes, nuevas ideas, si puedo darme cuenta de esto, yo no soy mi mente.


El mejor tratamiento, el que obtiene los mejores resultados es aquel que nos ayuda a trascender la vieja identidad para reencontrarnos con quienes somos realmente.


“La escultura vive en la piedra, la labor del escultor es quitar lo que sobre”. 
Miguel Ángel.


La impermanencia y la incertidumbre rigen para todos y en todo momento.

Frente a la angustia que nos genera esta realidad, solemos aferrarnos a la esperanza. La esperanza es el deseo y la ilusión de que algo ocurra, mientras que la fe es entregarse al misterio de la vida, sin esperar nada en concreto, pero sabiendo que lo que ocurra será para bien. Es una llama que nos permite superar todas las limitaciones, nos acerca a los niveles más profundos de nuestro ser y nos permite superar todo tipo de adversidades.

Para renunciar a las ilusiones que aprisionan el alma en cualquier nivel de la conciencia, es necesaria la fe, pero no la fe en una forma concreta de divinidad, sino en la naturaleza de la realidad.

S. M. Marusso


domingo, 19 de enero de 2025

El Juego psicológico del triángulo (A. de Mello)


Hay un juego psicológico, el del triángulo, que se suele llamar el juego del "Sí, pero..." 
Es como una transac­ción entre dos o más personas. 
Tú, en ese juego, irremediablemente haces uno de esos tres papeles del triángulo:
 rescatador, perseguidor o víctima.

- El rescatador actúa bajo el influjo de la culpabilidad.
- El perseguidor actúa bajo el influjo de la agresividad.
- La víctima actúa bajo el influjo del resentimiento.

Si tú entras en el triángulo, irreme­diablemente cargarás con las conse­cuencias: te quemarás.
Supongamos que estoy cansado y necesito tiempo para mí. Y tú vie­nes a mí con cara de víctima recla­mando mi atención. Yo, que soy in­capaz de decir que no a nadie, te doy una cita para después de cenar.

Inmediatamente me voy sintiendo cada vez más resentido por tu in­tromisión, me pongo furioso por haberte dicho que sí.
Entonces vie­nes, y me contengo y te recibo bas­tante bien, pero cuando veo que no son más que banalidades lo que me dices, empiezo a impacientarme y el enojo se me sale por los poros. 
Así es que, te interrumpo para decir: "Pero ¡para esta tontería me vienes a molestar a estas ho­ras!" Y estalla el conflicto.

Con de­cirte que no podía atenderte a esa hora se hubiese evitado todo esto; pero al no saber decir que no, hice:
- de rescatador cuando dije que sí,
- de víctima cuando me dolí por dar un tiempo que no quería dar,
- de perseguidor porque te di un palo.

¿Qué hay de bueno en esto?

Pero aún no se termina allí, pues por la no­che me siento culpable y arrepentido; con lo que, por la mañana voy con mucha amabilidad a preguntarte qué tal estás. Y tú aprovechas mi buena dispo­sición para pedirme otra entrevista.

¿Ves el juego?

He querido hacer de res­catador y no sólo me he dejado utilizar, sino que, a consecuencia de ello, he pasado a ser víctima y perseguidor y,"además, tú sigues con la misma actitud, no aprendiste nada.
La responsabilidad es mía, por meterme en el juego y dejarme enre­dar en él, en vez de ser sincero y decir que no puedo.

Es como aquel prover­bio:

"Si dejas la puerta abierta, los que se meten son los fuertes y quedan fue­ra los débiles."

Dejar la puerta abierta para todos, sin discernimiento, es peligroso.
Alardeas de servicial y de bueno y no caes en la cuenta de que no saber decir que no, es una actitud de cobardía, del ego, y no es sincera, porque dices si cuando quieres decir no, pues te gusta parecer bue­no cuando por dentro estás enojado o en desacuerdo.

Todos, alguna vez, dijimos sí cuando deseábamos decir no, y lo ha­cemos por el sentido de culpabilidad metido en nuestra mente y por las bue­nas apariencias, por lo que puedan pensar de nosotros.

Sólo el día que no nos importe lo que piensen de nosotros las personas, comenzaremos a saber amar­las como son y darles la respuesta adecuada. Lo cierto es que nuestro ego es el que propicia esa necesidad de que nos necesiten para sentirnos importantes.

Vamos a poner unos ejemplos, que muestran cuatro casos de "rescatador":

1) Cuando me lanzo a darte ayuda, pero, en realidad, no lo veo claro o no veo la necesidad de que tenga que ha­cerlo yo y no otro; o cuando sin pedír­melo tú, yo me ofrezco.

2) Cuando me presto a ayudarte por­que me lo pides, pero yo no quiero ayu­darte.

3) Cuando intento ayudarte yo, sin antes insistir para que seas tú quien te ayudes.

4) Cuando tú necesitas algo de mí, pero no lo dices explícitamente, es­perando que yo lo adivine.

Sólo el día que no nos importe lo que piensen de nosotros las personas, comenzaremos a saber amarlas como son y darles la respuesta adecuada.




sábado, 18 de enero de 2025

Transformación consciente


"El gusano de seda se pasa la vida comiendo y engordando y no sabe para qué. Un día siente la necesidad de encerrarse en sí mismo y construye una celda con el producto de su esfuerzo, se aísla y no sabe para qué. Un día siente la necesidad de salir de su encierro y, al salir, cree que el mundo ha cambiado y no sabe por qué. Sin embargo, si tuviera un espejo delante sabría en ese momento todos los porqués."

Este cuento es una alegoría perfecta que refleja que la vida es un proceso de transformación en el que todos los acontecimientos fluyen de forma permanente y cómo cada cosa que nos sucede tiene un significado, un porqué, aunque no logremos en ese instante vislumbrarlo.

Algo que corrobora fehacientemente nuestro propio cuerpo en el que cada cierto tiempo se regeneran sus células hasta el punto de que cada siete años todo el organismo es prácticamente nuevo. Ni una sola célula sobrevive a ese plazo salvo las neuronas...; o, al menos, así se creía hasta ahora, porque también ese convencimiento, empieza a ponerse en entredicho. Como cambian con los años nuestro carácter, nuestras formas de pensar o nuestras actitudes.

Ahora bien, hay un aspecto que nos cuesta mucho más modificar: las creencias. Algo por lo general tan profundamente arraigado en nosotros que se produce casi siempre una fuerte resistencia cuando alguien o algo, las pone en cuestión. Resistencia que supone, precisamente, una de las mayores dificultades del ser humano para crecer interiormente.

Y es que no somos conscientes de la tremenda programación a la que hemos sido sometidos desde que nacimos, primero por nuestros padres y luego por los maestros en la escuela, el ambiente y la sociedad en la que hemos vivido. Al punto de que las respuestas que damos ahora, como seres adultos, están completamente condicionadas por todo ese bagaje de creencias impuestas.

Creencias tan arraigadas que condicionan por completo nuestra visión de las cosas, nuestros gustos, nuestras percepciones emocionales y psicológicas, y, en suma, nuestra personalidad. Sin embargo, es sólo confrontando nuestras creencias con otras, replanteándonos lo que siempre hemos creído, como podemos avanzar, como podemos percibir otras realidades, como podemos evolucionar y crecer como personas. Única forma de poder realizar una transformación consciente. 
Transformación que sólo requiere una herramienta, el libre albedrío, imprescindible en el camino evolutivo y que nos faculta para elegir -en todos los ámbitos-, al margen de condicionamientos o creencias.

Y ahí radica la mayor dificultad. Porque "creer" es asumir como ciertas las informaciones recibidas por distintas vías sobre un tema para, inmediatamente, convertirse en verdades.

Es decir, las creencias, en general, están exentas de lógica y suelen asentarse en el inconsciente colectivo hasta que son sustituidas por otras con mayor carga racional. En ese sentido, vienen a conformar una especie de plantillas o esquemas mentales a través de las cuales discurren nuestros pensamientos y vemos la realidad.
Por eso cuando cambiamos el esquema mental, es decir, cuando modificamos la "plantilla", cambia inmediatamente la realidad de la persona.