Entrevista al Dr. Mario Alonso
Puig - Cirujano
- Tengo 48 años. Nací y vivo en Madrid. Estoy casado y tengo tres
niños. Soy cirujano general y del aparato digestivo en el Hospital de
Madrid. Hay que ejercitar y desarrollar la flexibilidad y la
tolerancia. Se puede ser muy firme con las conductas y amable con las
personas. Soy católico. Acabo de publicar Madera líder (Empresa
Activa).
- Hasta ahora lo decían los
iluminados, los meditadores y los sabios; ahora también lo dice la ciencia: Son
nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean continuamente
nuestro mundo.
- Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión
tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado,
donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias
para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida
por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón
quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando. Hay que entrenar esa
mente.
-Más de 25 años ejerciendo de cirujano.
¿Conclusión?
-Puedo
atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que confía en sí misma
puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su trayectoria.
- ¿Psiconeuroinmunobiología?
-Sí, es la ciencia que estudia la
conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la
fisiología del ser humano. Una conexión que desafía el paradigma tradicional.
El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la
capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el
organismo y producir cambios físicos muy profundos.
-¿De qué se trata?
-Se
ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo en un
pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada
durante seis horas. El distrés,
esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy sorprendentes en el
funcionamiento del cerebro y en la constelación hormonal.
-¿Qué
tipo de cambios?
-Tiene
la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje localizadas
en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad intelectual porque deja sin riego
sanguíneo aquellas zonas del cerebro más necesarias para tomar decisiones
adecuadas.
-¿Tenemos
recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de sabios?
-Un
valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la respiración
abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el
cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de
ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.
-¿Cambiar
la mente a través del cuerpo?
-Sí.
Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos que nos están alterando,
provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen que nuestras decisiones
partan desde un punto de vista inadecuado. Es más inteligente -no más razonable-
llevar el foco de atención a la respiración, que tiene la capacidad de serenar
nuestro estado mental.
-¿Dice que no hay que ser razonable?
-Siempre
encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza, y
esa es una línea determinada de pensamiento. Pero cuando nos basamos en cómo
queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece otra línea. Son más
importantes el qué y el por qué que el cómo. Lo que el corazón quiere sentir,
la mente se lo acaba mostrando.
-Exagera.
-Cuando
nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos como la absoluta
realidad, sin ser conscientes de que sólo es una interpretación de la realidad.
-Más recursos...
-La
palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar con tomografía
de emisión de positrones cómo las personas que decidieron hablarse a sí mismas
de una manera más positiva, específicamente personas con trastornos
psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral,
precisamente los circuitos que les generaban estas enfermedades.
-¿Podemos cambiar nuestro cerebro con
buenas palabras?
-Santiago
Ramón y Cajal,
premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase
tremendamente potente que en su momento pensamos que era metafórica. Ahora
sabemos que es literal: "Todo ser humano, si se lo propone, puede ser
escultor de su propio cerebro".
-¿Seguro que no exagera?
-No.
Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, que
cambian nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros)
altera el proceso observado. No vemos el mundo que es, vemos el mundo que
somos.
-¿Hablamos
de filosofía o de ciencia?
-Las
palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden activar, por
ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos
mentales. Científicos de Harward han demostrado que cuando la persona
consigue reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las migrañas y
el dolor coronario pueden reducirse un 80%.
-¿Cuál es el efecto de las palabras no
dichas?
-Solemos
confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y eso se transmite: La
percepción va más allá de la razón. Según estudios de Albert Merhabian,
de la Universidad de California (UCLA), el 93% del impacto de una comunicación
va por debajo de la conciencia.
-¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?
-El
miedo nos impide salir de la zona de confort; tendemos a la seguridad de lo
conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para crecer hay que salir de
esa zona.
-La mayor parte de los actos de nuestra
vida se rigen por el inconsciente.
-Reaccionamos
según unos automatismos que hemos ido incorporando. Pensamos que la
espontaneidad es un valor; pero para que haya espontaneidad primero ha de haber
preparación, si no sólo hay automatismos. Cada vez estoy más convencido del
poder que tiene el entrenamiento de la
mente.
-Déme alguna pista.
-Cambie
hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su propia palabra.
Cuando decimos "voy a hacer esto" y no lo hacemos alteramos
físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la conciencia.
-Ver
lo que hay y aceptarlo.
-Si
nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar. Lo que
se resiste, persiste. La aceptación es el núcleo de la transformación.
"SEAMOS EL CAMBIO QUE QUEREMOS VER EN EL MUNDO
“
No hay comentarios:
Publicar un comentario