SENDERO TRANSPERSONAL

INTEGRANDO PSICOLOGIAS DE ORIENTE Y OCCIDENTE

Bienvenidos al blog!

La Psicología Transpersonal o Integral, es un enfoque terapéutico que apunta a que el ser humano alcance niveles óptimos de salud psicológica, dándole importancia a la expansión de la conciencia.

Se trata de un acompañamiento terapéutico para que la persona aprenda a observar sus patrones mentales, sus creencias, que son la causa del malestar, que aprenda a desidentificarse de sus contenidos mentales, a trabajar con sus emociones saludablemente, que aprenda a hacerse responsable de sí misma, de sus relaciones, de sus experiencias, sin culpabilizar al entorno, a la vida por lo que le sucede, comprendiendo que la adversidad, es una oportunidad de cambio y desarrollo personal.

Capacita al paciente para que aprenda a satisfacer de una manera saludable sus necesidades a todos los niveles: físico, emocional, mental, espiritual, aprendiendo a conectar con la dimensión trascendental; todo ello conlleva a una integración de su personalidad y a alcanzar niveles superiores de salud psicológica, para luego poder trascenderla y conectar con la esencia.

Se toman en cuenta los problemas, dolencias particulares que empujan a la persona a una consulta y se las trabaja e integra, pero el enfoque principal de la Terapia Transpersonal, que la hace diferente y más abarcativa que otras terapias psicológicas (integra psicologías de oriente y occidente) es el de capacitar a la persona para que aprenda a conectar con sus propios recursos internos y permita desplegarse sin temores al proceso de crecimiento natural.

La terapia utiliza diferentes técnicas que se adaptan a las necesidades del paciente y a su estado de consciencia, integrando los niveles físico, mental y emocional (ego) y luego trascendiéndolo hacia los valores superiores, como la compasión, el amor a los demás seres vivos, el sentido de la propia vida, el desarrollo de la creatividad, etc., favoreciendo cambios en su nivel evolutivo.

jueves, 18 de febrero de 2021

Ejercicio de discernimiento ante la emoción


Cuando surge una emoción, podemos utilizar la herramienta del discernimiento, de esta manera: procura mantenerte alerta para diferenciar la emoción en sí misma, (con su sensación-sentida inervándose en el cuerpo), y los argumentos mentales que la acompañan.

Si puedes discernir estos dos factores internos, observarás distintas variables:

-  Muchas veces la emoción no es muy intensa, pero cuando la mente comienza a dar sus razones, la emoción comienza a magnificarse, como si le echáramos combustible al fuego. Cada persona, tiene sus argumentos neuróticos típicos, según su historia y su estructura de base. Y desde esos argumentos, se dice cosas internamente que exacerban la emoción inicial.

La mayoría de las veces estos argumentos tienen que ver con generalizaciones: "A mí nunca...", o "Yo siempre...", o bien "Todo el mundo...".

Si puedes observar este mecanismo, le devolverás a la emoción su dimensión real, objetiva, sin generar una "realidad paralela" en base a los propios "rollos" personales. Pero no es tan fácil darse cuenta mientras se está identificado con la emoción.

-  Otro mecanismo es el inverso: la emoción que se siente es intensa, pero la mente argumenta distintos artilugios para que creamos que "no es para tanto", los minimiza.

-  Una cosa es la emoción y otra los argumentos que te da la mente: justificaciones, racionalizaciones, deformaciones de lo que realmente sientes. 
 Ej. sientes envidia ante alguien querido que está en una situación que desearías para ti, pero internamente al no poder aceptar sentir eso hacia alguien que amas, lo disfrazas ante tí mismo, diciéndote algo como: "No es que tenga envidia: tengo miedo de que fracase y que se haga mal"... etc.

Se trata de mirar lo que es: no eres peor persona por sentir lo que sientes, la medida de nuestra ética está dada por lo que hacemos con lo que sentimos. Lo que sentimos no podemos evitarlo, si podemos hacer algo con lo que sentimos.

Lo esencial, entonces, es discernir la emoción como energía vital, respecto de los pensamientos que se construyen en torno a ella. Y como esos argumentos, están insuflados de esa emoción no resuelta, sería conveniente no creer en ellos, simplemente observarlos.

Cuando estemos sin la química de las emociones, podremos evaluar si esos pensamientos tienen fundamento sustentable o no.