SENDERO TRANSPERSONAL

INTEGRANDO PSICOLOGIAS DE ORIENTE Y OCCIDENTE

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La Psicología Transpersonal o Integral, es un enfoque terapéutico que apunta a que el ser humano alcance niveles óptimos de salud psicológica, dándole importancia a la expansión de la conciencia.

Se trata de un acompañamiento terapéutico para que la persona aprenda a observar sus patrones mentales, sus creencias, que son la causa del malestar, que aprenda a desidentificarse de sus contenidos mentales, a trabajar con sus emociones saludablemente, que aprenda a hacerse responsable de sí misma, de sus relaciones, de sus experiencias, sin culpabilizar al entorno, a la vida por lo que le sucede, comprendiendo que la adversidad, es una oportunidad de cambio y desarrollo personal.

Capacita al paciente para que aprenda a satisfacer de una manera saludable sus necesidades a todos los niveles: físico, emocional, mental, espiritual, aprendiendo a conectar con la dimensión trascendental; todo ello conlleva a una integración de su personalidad y a alcanzar niveles superiores de salud psicológica, para luego poder trascenderla y conectar con la esencia.

Se toman en cuenta los problemas, dolencias particulares que empujan a la persona a una consulta y se las trabaja e integra, pero el enfoque principal de la Terapia Transpersonal, que la hace diferente y más abarcativa que otras terapias psicológicas (integra psicologías de oriente y occidente) es el de capacitar a la persona para que aprenda a conectar con sus propios recursos internos y permita desplegarse sin temores al proceso de crecimiento natural.

La terapia utiliza diferentes técnicas que se adaptan a las necesidades del paciente y a su estado de consciencia, integrando los niveles físico, mental y emocional (ego) y luego trascendiéndolo hacia los valores superiores, como la compasión, el amor a los demás seres vivos, el sentido de la propia vida, el desarrollo de la creatividad, etc., favoreciendo cambios en su nivel evolutivo.

lunes, 14 de noviembre de 2011

CRISIS: Peligro y Oportunidad


           


  En chino, la palabra CRISIS consta de dos ideogramas. Una significa PELIGRO, y la otra OPORTUNIDAD.

  En general, se nos educa para ver a las crisis como algo negativo, como un problema que tenemos que resolver, y  cuanto antes mejor. Y esto se debe a la manera de funcionar de nuestra mente programada, que quiere tenerlo todo bajo control, que pretende una seguridad que no existe, ya que todo cambia, nada permanece….
  En épocas de crisis, hay movimiento, son épocas de cambios,  y a la mente le atemorizan los cambios, la mente busca constantemente la felicidad, huyendo del dolor…es su manera mecánica de funcionar, es por ello que cuando se entra en crisis, se siente miedo, inseguridad, incertidumbre, frustración, depresión, a veces hasta se manifiesta agresividad, se está a la defensiva….. El pensar que podemos tenerlo todo controlado, seguro, es una ilusión, un imposible.

  Pero podemos convertir a la crisis (sea emocional, material, existencial, etc.) en una gran oportunidad de autoconocimiento, una oportunidad para superar los temores, para comenzar a cuestionarnos qué necesitamos realmente; una oportunidad para investigar dónde nos encontramos, el para qué actuamos de esta manera, el para qué hacemos lo que hacemos  y vivimos de la manera en que vivimos. Podemos investigar qué sentido tiene todo esto que nos está sucediendo.
  Una oportunidad para revisar nuestras creencias más arraigadas, más profundas, nuestros patrones de pensamiento, nuestra manera de ver la vida, en qué paradigma vivimos, y una oportunidad para cambiar ese paradigma, para replantearnos la vida, adoptando nuevas ideas, nuevas creencias que nos apoyarán a crear una vida más saludable y más acorde a nuestras potencialidades.

  Lo único seguro en esta vida es el cambio, conviene entonces que nos movamos con él, que fluyamos con él, soltando las resistencias internas que lo único que hacen es aumentar el sufrimiento. Recordemos que el sufrimiento es un estado psicológico según lo que nos decimos acerca de lo que pasa, sumado a una resistencia interna, el no aceptar, no querer lo que está pasando….sin embargo, el dolor forma parte de la vida, de nuestras experiencias y es conveniente sentirlo, no negarlo, pero sin añadirle interpretaciones erróneas que nos hacen instalarnos en el sufrimiento. Es como decir un “si” a lo que está ocurriendo, aunque no me guste, si ya está ocurriendo conviene que parta de la aceptación…luego veré que puedo hacer con ello.
  Enfocarme en la oportunidad que se esconde tras la crisis en vez de hacerlo en las dificultades, es todo un acto de sabiduría que me llevará a salir de ella crecido,  fortalecido.

   Los acontecimientos, los hechos, son en sí mismos neutros, ni negativos ni positivos, es la mente la que los interpreta, la que procesa lo ocurrido; la mente le da un significado al suceso apoyándose en antiguos aprendizajes del pasado, desencadenando de esta manera los estados emocionales.

  Por ejemplo, para algunas personas, una enfermedad, puede ser algo muy desafortunado, mientras que para otras, es una oportunidad de reflexión, autoconocimiento, descanso, cambio de hábitos, atender necesidades postergadas, etc.; hay personas que ante una pérdida material importante entran en un estado de depresión, un  sin sentido, incluso se quitan la vida, y sin embargo, otras personas, se replantean una nueva vida,  volver a comenzar…., salen fortalecidas de la experiencia. Todo depende de la actitud interna, de la visión interna…..que hará que den con los recursos necesarios, que atraerá a las personas y  situaciones necesarias. Las situaciones pueden ser similares, pero la interpretación que le da una y otra persona, pueden ser bien diferentes…

  Al ser conscientes de que los hechos son relativos, nos podemos centrar en la interpretación que la mente le da a los acontecimientos.  
  Podemos elegir entre una actitud  negativa, con todas sus consecuencias, o podemos ver el problema como una oportunidad de cambiar  y mejorar nuestra vida,  apostando al crecimiento personal.

  Como dice el dicho: "Las cosas no son verdad ni mentira, son del color del cristal con que se miran", “Cambia el color de tus gafas, y verás otra realidad” .

  La interpretación que hacemos de los hechos, viene de programas mentales que fuimos aprendiendo en la niñez, y que se fueron reforzando con las distintas experiencias que hemos vivido.
  Si queremos tener una vida armoniosa, plena, con sentido…, conviene que aprendamos a buscar la  mejor interpretación de lo que nos sucede.

  La casualidad, el azar, no existe. Los acontecimientos son causales, obedecen a causas no siempre a la vista, y, aunque a veces no estemos conscientes de lo que traen de "positivo" a nuestra vida, sí estemos seguros que, detrás de la adversidad, se esconden grandes oportunidades de crecimiento, de evolución. Podemos observar situaciones críticas pasadas  y ver cómo hemos crecido de aquello que parecía tan doloroso y tan adverso...
Como dijo    Einstein: "Dios escribe recto con líneas torcidas"
                                                                               
                                                                                                                          
               



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