SENDERO TRANSPERSONAL

INTEGRANDO PSICOLOGIAS DE ORIENTE Y OCCIDENTE

Bienvenidos al blog!

La Psicología Transpersonal o Integral, es un enfoque terapéutico que apunta a que el ser humano alcance niveles óptimos de salud psicológica, dándole importancia a la expansión de la conciencia.

Se trata de un acompañamiento terapéutico para que la persona aprenda a observar sus patrones mentales, sus creencias, que son la causa del malestar, que aprenda a desidentificarse de sus contenidos mentales, a trabajar con sus emociones saludablemente, que aprenda a hacerse responsable de sí misma, de sus relaciones, de sus experiencias, sin culpabilizar al entorno, a la vida por lo que le sucede, comprendiendo que la adversidad, es una oportunidad de cambio y desarrollo personal.

Capacita al paciente para que aprenda a satisfacer de una manera saludable sus necesidades a todos los niveles: físico, emocional, mental, espiritual, aprendiendo a conectar con la dimensión trascendental; todo ello conlleva a una integración de su personalidad y a alcanzar niveles superiores de salud psicológica, para luego poder trascenderla y conectar con la esencia.

Se toman en cuenta los problemas, dolencias particulares que empujan a la persona a una consulta y se las trabaja e integra, pero el enfoque principal de la Terapia Transpersonal, que la hace diferente y más abarcativa que otras terapias psicológicas (integra psicologías de oriente y occidente) es el de capacitar a la persona para que aprenda a conectar con sus propios recursos internos y permita desplegarse sin temores al proceso de crecimiento natural.

La terapia utiliza diferentes técnicas que se adaptan a las necesidades del paciente y a su estado de consciencia, integrando los niveles físico, mental y emocional (ego) y luego trascendiéndolo hacia los valores superiores, como la compasión, el amor a los demás seres vivos, el sentido de la propia vida, el desarrollo de la creatividad, etc., favoreciendo cambios en su nivel evolutivo.

jueves, 21 de enero de 2016

Mas alla de la dualidad


"La unidad se percibe en un estado de observación de la dualidad. El observador interior está mas allá del pensamiento dual"

Cuando tu meditas, cuando "observas" sin juicio los movimientos de la mente, los pensamientos, cuando observas las sensaciones corporales, cuando observas la naturaleza, etc, cuando esa observación es sin análisis, sin juicio, sin interpretación, sin aferrarte, solo observas, estas en una dimensión distinta de tu ser, que cuando estas analizando enredada en tus pensamientos, problemas, etc., esa parte tuya que observa sin juicios, le podemos llamar "el observador", o "el testigo interno", esa parte es una dimensión mas profunda, que escapa a la dualidad : lindo/feo, agradable/desagradable, bueno/malo, justo/injusto, etc. que no son mas que interpretaciones de nuestra mente dual.


Esta reflexión te invita a darte cuenta quien esta detrás de esa dualidad? quien es el que observa? acaso no es una parte tuya donde hay unidad en la observación, ya que no juzga, esa parte no se inclina por "esta bien/está mal", "me gusta/no me gusta", etc., esa parte de ti solo atestigua, observa...allí reside la unidad.... solo observa y conecta con esa parte profunda, porque ahi no hay división, ahi no hay ni placer ni dolor...al principio, llegamos a percibir esa unidad en la meditación, luego puedes llevar esa observación a tu vida diaria, y veras como todo cambia, ya no reaccionas de manera mecánica y condicionada a los acontecimientos, sino que desde esa observación, puedes elegir la manera mas adecuada de responder a la situación. 
                                                            Juani
                                                       

sábado, 16 de enero de 2016

Despertar el Observador


¿Te sientes con ansiedad, preocupación, tristeza, etc.?

Cuando te asalta un estado de ánimo que viene por pensamientos influidos por esquemas, patrones mentales, tiendes a buscar alternativas para salir rápidamente del estado. Quieres solucionarlo por medio del pensamiento, pero al ser el pensamiento mismo el que crea el estado, no puedes solucionarlo mientras estés atrapado en la mente.

Como dice Albert Einstein: “Ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel de consciencia en que se creó”. Si el problema surge de la mente, del pensar, debo “salirme” del pensamiento y despertar al observador, debo tomar consciencia, prestar atención.

El darse cuenta, la consciencia, tiene un gran poder curativo. El observar los mecanismos que hacen que adoptemos determinadas maneras de ser que no nos benefician, que nos invitan a estados emocionales insalubres; el darnos cuenta de los pensamientos, ideas, creencias, que dan origen al dolor y a tensiones, por viejas heridas irresueltas y que buscan salir a la superficie para ser “liquidadas”, ese darse cuenta, de por sí, es sanador, e invita a una profunda calma interior.

En Oriente, suelen afirmar que “un conflicto observado, es un conflicto resuelto”, este concepto se aplica también en psicología y, la física cuántica dice que el observador, modifica lo observado, si observamos una partícula subatómica, ésta se verá afectada en su carga y en su órbita, sólo por observarla.

La consciencia es el gran sanador.

El darse cuenta no tiene que ver con el pensar, es ir más allá del pensamiento, es observar el movimiento de la mente, es ser testigo de lo que está sucediendo en un plano superficial y pasajero.

El sólo hecho de darse cuenta de los programas mentales, nos lleva a la raíz de lo que ahora nos duele, nos preocupa, y nos permite hacer algo con ello, dejar de actuar mecánicamente, poder elegir pensamientos y acciones más saludables, saliendo del automatismo.

Se trata de despertar al testigo, a nuestra identidad Real, donde la dualidad no existe, desde donde surge el potencial que somos.

En la mente pensante, el ego, hay dualidad: bien/mal, placer/dolor, alegría/tristeza, etc., son como dos caras de una misma moneda, no podemos quedarnos con una sola cara y descartar la otra, es imposible; al igual, la mente dual, intenta aferrarse al placer, al bien, a la alegría, pretendiendo descartar el “mal, el dolor, la tristeza”, y no se da cuenta, que en ese plano no puede tener lo uno sin lo otro, que si tiene alegrías, tarde o temprano tendrá tristeza, que los estados son impermanentes, que hay que ir más allá de la mente, si uno busca trascender la dualidad, salir de la ilusión, debemos Aceptar la mente, las luces y las sombras de la personalidad e ir más allá, si queremos la plenitud, la comprensión, lo real.

Entonces: ¿te sientes ansioso, triste, desanimado.....?

CÉNTRATE, presta atención.

Hay una vieja anécdota sobre Bokuju, un maestro Zen:

Bokuju, vivía solo en una cueva. Durante el día, y a veces por la noche, decía en voz alta su propio nombre “Bokuju”, y luego se contestaba: “sí señor, aquí estoy” y no había nadie más.

Sus discípulos, que estaban muy intrigados, le preguntaban: ¿porqué te llamas a ti mismo “Bokuju”, tu propio nombre, y luego te contestas: “si señor, aquí estoy”.

A lo que el maestro Zen respondió: Cada vez que empiezo a pensar, tengo que recordar que debo estar alerta, entonces, pronuncio mi propio nombre “Bokuju” y me respondo “si señor, aquí estoy”, y el pensar con su carga de ansiedad, desaparece…

Al final de sus días, durante los últimos tres años, los discípulos advirtieron que el maestro dejó de pronunciar su nombre “Bokuju” y de responderse “si señor, aquí estoy”.

Un día, los discípulos le preguntaron:¿ maestro, porque no has vuelto a hacerlo?

Y el maestro respondió: es que ahora Bokuju siempre está ahí.

Esta historia, está tomada de The Book of Secrets, de Osho.


Cuando te sientas en un estado de ansiedad o cualquier estado “negativo”, puedes llamarte por tu nombre y responderte, verás una diferencia, ayuda a centrarte, la ansiedad desaparecerá, porque experimentarás que, más allá del estado, en un nivel más profundo y real, la ansiedad y cualquier otro estado, no existen, al ir al Ser, al centrarte, puedes observar el mecanismo y darte cuenta que eres muchísimo más que el estado de ansiedad, y que éste, como todo estado de la mente, es pasajero y efímero. Mientras estás en la mente, el querer salirte del estado, el resistirte a lo que te está pasando en el ahora, la falta de aceptación y querer solucionarlo rápidamente, no te da salida, te genera sufrimiento, porque estas todo tú en el estado, te conviertes en el estado, debes tomar distancia y observarlo, y para ello debes cambiar el nivel de consciencia, ir al observador, “salirte de la mente”, trascenderla; luego, podrás tomar las mejores decisiones y trabajar para “desinstalar” los patrones que ya no te sirven para una vida plena y en paz.

                                                                     Namasté 
                                                                         Juani

lunes, 11 de enero de 2016

El eterno Momento


Todo lo que es, fue y será, siempre es Aquí y Ahora. Es el eterno momento, sin tiempo; lo abarca todo, fuera de él no hay nada, es la vida. Este momento presente, sea cual sea su contenido, es lo único que es real.
El eterno presente es la conciencia de la unidad de todas las cosas, procesos y seres vivos.
Por lo general imaginamos y experimentamos la vida como una cadena de interminables momentos, donde un momento da paso al siguiente. Vivimos creyendo que viajamos del pasado hacia el futuro y que el momento presente es solo el nexo de unión, el punto de encuentro.
Esto es una equivocación fundamental, porque tanto el futuro como el pasado, sencillamente no existen, son solo proyecciones mentales. El tiempo es solo una idea, un pensamiento abstracto, un medio que utilizamos para fines prácticos, (para organizar y entender intelectualmente la vida), lo importante es no confundir el medio con la realidad.

La experiencia solo existe en este único momento en que es sentida, es decir en el momento presente, el aquí y ahora. Aunque esto pueda parecer muy obvio, es una realidad que no admitimos, puesto que normalmente estamos tan ocupados con el pasado y el futuro que ignoramos lo único que realmente importa y existe, el momento presente. Estamos tan ocupados intentando mejorar nuestra vida, que nos olvidamos de vivirla y de este modo vivimos como si nunca fuésemos a morir y morimos como si nunca hubiésemos vivido.

El maestro Eckhart lo describe magistralmente en el siguiente texto: “El tiempo es lo que impide que la luz penetre en nosotros. No hay mayor obstáculo a Dios (conciencia despierta) que el tiempo.”

Vivimos en esta equivocación, que nos conduce directamente a la autofrustración y sufrimiento. Sufrimos añorando o lamentándonos del pasado o vivimos en una proyección de un futuro mejor, e incluso podemos tener miedo de lo que nos pueda pasar en ese supuesto futuro. Vivimos sin vivir, en un  mundo inventado, y así nos escapa la plenitud de la vida.
Sin tiempo no hay sufrimiento. Nos hemos perdido en el laberinto de los pensamientos y vivimos recluidos en una cárcel mental.

  “Las rosas que están bajo mis ventanas no señalan a las rosas anteriores o a rosas mejores; son las que son y existen hoy en Dios (en el Ser). No conocen ningún tiempo.
  Las rosas simplemente están ahí, y son en cada instante de su existencia absolutamente perfectas.  Pero el ser humano se recuerda y aplaza, no vive en la presencia, mira atrás quejándose sobre el pasado o imaginando (ignorando la abundancia del presente) un futuro mejor. No puede vivir feliz y fuerte, hasta que no aprende a vivir con la naturaleza en la presencia - mas allá del tiempo.”

Con este texto, Ralph Waldo Emerson describe perfectamente como nos hemos alejado de lo único que es real.

Cuando comprendemos que solo existe el eterno momento, sin tiempo, donde todo es sanado, el Conocimiento de Uno Mismo brota de forma natural desde nuestro interior hacia el mundo, las limitaciones se disuelven y nos damos cuenta que no hay nada detrás o adelante de nosotros, solo el infinito y vasto espacio del momento presente.
                                              Somos el momento presente.
                                                                            Karsten Ramser.