SENDERO TRANSPERSONAL

INTEGRANDO PSICOLOGIAS DE ORIENTE Y OCCIDENTE

Bienvenidos al blog!

La Psicología Transpersonal o Integral, es un enfoque terapéutico que apunta a que el ser humano alcance niveles óptimos de salud psicológica, dándole importancia a la expansión de la conciencia.

Se trata de un acompañamiento terapéutico para que la persona aprenda a observar sus patrones mentales, sus creencias, que son la causa del malestar, que aprenda a desidentificarse de sus contenidos mentales, a trabajar con sus emociones saludablemente, que aprenda a hacerse responsable de sí misma, de sus relaciones, de sus experiencias, sin culpabilizar al entorno, a la vida por lo que le sucede, comprendiendo que la adversidad, es una oportunidad de cambio y desarrollo personal.

Capacita al paciente para que aprenda a satisfacer de una manera saludable sus necesidades a todos los niveles: físico, emocional, mental, espiritual, aprendiendo a conectar con la dimensión trascendental; todo ello conlleva a una integración de su personalidad y a alcanzar niveles superiores de salud psicológica, para luego poder trascenderla y conectar con la esencia.

Se toman en cuenta los problemas, dolencias particulares que empujan a la persona a una consulta y se las trabaja e integra, pero el enfoque principal de la Terapia Transpersonal, que la hace diferente y más abarcativa que otras terapias psicológicas (integra psicologías de oriente y occidente) es el de capacitar a la persona para que aprenda a conectar con sus propios recursos internos y permita desplegarse sin temores al proceso de crecimiento natural.

La terapia utiliza diferentes técnicas que se adaptan a las necesidades del paciente y a su estado de consciencia, integrando los niveles físico, mental y emocional (ego) y luego trascendiéndolo hacia los valores superiores, como la compasión, el amor a los demás seres vivos, el sentido de la propia vida, el desarrollo de la creatividad, etc., favoreciendo cambios en su nivel evolutivo.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Lecciones de vida

                     
 “La vida nos va poniendo a cada uno las lecciones adecuadas para Comprender, para salir del engaño, de la ilusión”

  La tierra es como una gran escuela, donde venimos a aprender. A veces, a lo largo de la vida, mientras estamos dormidos, nos preguntamos el porqué nos pasan ciertas cosas, porque tropezamos con determinadas personas, porqué tenemos que atravesar ciertas situaciones…. Luego, cuando el dolor ha llamado a la puerta varias veces, llega un día en que dejamos de preguntarnos el porqué y comenzamos a preguntarnos el para qué me pasa esto, qué mensaje me trae tal o cual síntoma, enfermedad, para qué me sucede esta situación …, etc., quizá tenga algo que hacer con lo que me ocurre…quizá hay algo que deba cambiar….es cuando entonces podemos entrar en crisis donde nos replanteamos el sentido de la vida, nos replanteamos patrones de pensamientos y de conductas y comenzamos a comprender que somos más responsables de lo que pensábamos en cuanto a lo que estamos viviendo, comenzamos a observarnos a nosotros mismos y buscamos o aparecen maestros, que pueden ser libros, cursos, personas….que nos ayudan a comprender el misterio de la vida, el sentido del dolor….
  y así comenzamos el "sendero espiritual consciente", comenzamos a darnos cuenta que cualquier cambio para que sea efectivo y duradero, sólo podemos hacerlo en nuestro interior,  que pretender cambiar el afuera puede resultar agotador y a veces, hasta inútil, y nos comenzamos a responsabilizar por lo que nos sucede, a autoconocernos, auto-observarnos, a perdonarnos y amarnos, a ver en los demás nuestro propio reflejo, aprendiendo a reconocer nuestras virtudes e integrar nuestras sombras , despertando de la ilusión, del engaño de creernos que los demás están en nuestra contra, que nos quieren hacer daño, cuando en realidad, el otro y yo somos lo mismo, todo lo que me moleste mucho en el otro, al igual que todo lo que vea en el como virtud y admire, son aspectos míos, que debo integrar en mi personalidad. Entonces, nos damos cuenta que la vida nos coloca delante justo lo que necesitamos para aprender a ser más íntegros, más completos en la personalidad.

  Esa pérdida que tanto me dolió, es justo lo que me hacía falta para aprender el desapego. Esa persona en la que deposité todo mi amor y que luego me “abandonó” emocionalmente, es una lección que la vida me ofrece para ver si realmente se amar o estoy dependiendo del otro, para ver si realmente me amo a mi misma como para no colgar mi vida de “otro”, y en definitiva aprender que en esencia soy amor y lo que me hace sentir plena es el dar, el amar incondicionalmente, permitiendo que la otra persona sea libre. Y así, en cada situación, por dura que parezca, podemos ver la lección que esconde y crecer como personas, integrarnos y en definitiva despertar del sueño, y simplemente Ser.

“Las lágrimas que derramé ayer…regaron el jardín que florece hoy…” 

                                                                                                                                Namasté

sábado, 26 de noviembre de 2011

Fluir con la vida

                     

"No es necesario empujar la vida. Sólo fluir con ella y entregarse completamente a las tareas del momento presente." 
                                                                        Nisargadatta


  La vida es simple, la mente con sus condicionamientos y “modelos” la complica, de ahí la importancia de aprender a observar, aprender a entrenar la atención plena momento a momento para darnos cuenta de los mecanismos del ego, y poder funcionar desde más allá de él, desde el centro, desde donde todo está surgiendo, fluyendo con lo que es.

  Una de las lecciones más importantes de la vida es la Aceptación de “lo que es”, el resistirnos a una situación que nos parece dolorosa, que no es como nosotros esperamos, que rompe con nuestras expectativas de lo que pensamos que debería ser, nos genera un sufrimiento añadido, que es psicológico, que tiene que ver con la interpretación que le damos a lo que está aconteciendo, y que está teñido por la carga del pasado, por ello, el saber que se trata de mecanismos egoicos, mentales, y aceptar que todo está perfectamente diseñado a otro nivel que la mente concreta, muchas veces no puede entender, el saber que todo está bien como está, porque es justo lo que necesitamos para evolucionar, nos instala en esa paz profunda y nos permite fluir con la vida momento a momento, comprendiendo, sin juzgar; como en la meditación formal, podemos llevar este estado a cada actividad, a cada momento, es una actitud de vida.

  Hay la expresión china wu-wei , que es el corazón del Taoismo y un concepto utilizado por varias Tradiciones de Sabiduría, que se traduce como “hacer sin hacer”: la acción correcta sigue el curso de la totalidad ordenada, el Tao, y por ello encaja sin forcejear con la realidad; esta actitud no tiene que ver con la dejadez, por el contrario, requiere estar muy alerta para darse cuenta cuando estamos peleando para torcer la naturaleza de las cosas.

  Es ser flexible como el junco: adaptarse a los cambios y fluir con las situaciones. O como el agua, que se amolda a la superficie por la que la va circulando, contorneando piedras, sorteando obstáculos, amoldándose al terreno y sin ofrecer resistencia.

  Si vamos contra la corriente, si nos resistimos, si no aceptamos las cosas como son, generamos mas dolor y gastamos mucha energía. Todo esto implica soltar el control que la mente busca tener sobre todo, permitiendo que la vida haga a su ritmo, con sus propios tiempos de maduración.
                                                          Namaste 




viernes, 25 de noviembre de 2011

Donde quiera que vayas, ahí estás


Cuento  "El Búho y la lechuza"


  Un día de primavera, sobre las ramas de los árboles del bosque, una lechuza se encontró con un búho que era muy famoso por su sabiduría.

- ¿Adónde vas?, le preguntó el búho.

- Me estoy mudando al Este – respondió la lechuza

- ¿Por qué? – preguntó el búho.

- A lo que la lechuza contentó: “a la gente de aquí, no le gusta mi graznido, y por ello, sólo tengo problemas con los demás, por eso quiero irme a otro lugar”.

- El búho sabio contestó: “si quieres cambiar tu voz, estará muy bien. Pero aunque vayas al Este, dará lo mismo, porque a la gente de allí, tampoco le gustará. Acuérdate querida que, por más que cambies y sustituyas en el exterior, tu graznido te perseguirá, ya que:
 


“LAS VERDADERAS CLAVES DEL CAMBIO ESTÁN EN TU INTERIOR.” 


“Donde quiera que vayas, ahí estás”.

  No podemos escapar de nada. Las cosas, las situaciones, a las que no queremos enfrentarnos, o que pretendemos huir de ellas, o disimular, o hacer como que no existen, nos persiguen, especialmente si tienen relación con antiguos patrones y temores.

  Vivimos en la ilusión que si las cosas no funcionan bien, es suficiente con cambiar el rumbo, la dirección, y entonces, todo cambiará.
  Por ejemplo, si no nos satisface el trabajo, pensamos que solo cambiando de empleo se solucionará la insatisfacción, si tenemos conflictos con nuestra pareja, creemos que cambiando de pareja, ya está resuelto el problema; si lo que no nos gusta es a ciudad, pensamos que cambiando de sitio ya está solucionado el inconveniente, y así con todas las cosas, buscamos las soluciones cambiando el afuera, porque creemos que el problema está fuera de nosotros, culpamos al lugar, a las personas, al trabajo, a la pareja, a las circunstancias, y creemos que cambiándolas podemos volver a empezar y tener éxito.

  Es cierto que a veces conviene cambiar un trabajo, un lugar, que a veces las relaciones terminan, etc. , pero el inconveniente reside en que no se tiene en cuenta que nos llevamos con nosotros nuestra mente y nuestro corazón, además de lo que algunos denominan nuestro “karma”. Por mucho que lo intentemos, que huyamos, que lo neguemos, no podemos escapar de nosotros mismos. Y al realizar cualquier cambio “afuera” tarde o temprano, emergerán los mismos problemas, porque tienen que ver con patrones aprendidos y grabados muchos de ellos en la niñez, tiene que ver con nuestros condicionamientos, nuestra manera de ver, de pensar, de interactuar con el mundo.

  Muchas veces, nuestra vida “no funciona” porque no nos hacemos responsables ante el hecho que las cosas son como son y a partir de esa aceptación, trabajar con las dificultades; por muy problemática que sea la situación, no entendemos que es posible poder ver con claridad, comprender y llegar a transformar lo que hay en el aquí y ahora. Pero generalmente resulta más fácil y menos amenazador para nuestro ego proyectar nuestra responsabilidad ante los problemas en las otras personas y en el entorno, porque generalmente, resulta más fácil ver los “defectos” en los demás, culpabilizar al otro y creer que la solución es que se produzca un cambio en el exterior, huyendo de las fuerzas que nos retienen y que impiden que crezcamos y encontremos la felicidad.

  A veces, no culpamos al otro, sino que nos culpamos a nosotros mismos, y es otra manera de huir de nuestra responsabilidad, escapar pensando que el problema que hemos creado o el daño que hemos hecho no tiene solución, no se puede reparar.

  Pero tanto si culpamos al otro, como si nos culpamos a nosotros mismos, creemos que somos incapaces de cambiar de verdad, de crecer, y que debemos quitarnos de en medio para que los demás no sufran.

  Esta manera victimista de ver la vida, la podemos observar por todas partes, sólo basta con ver las relaciones rotas, gente que va de un trabajo al otro, de una relación a otra buscando la esperanza de una persona “adecuada”, un trabajo “ideal”, un lugar “adecuado”, el libro o el curso que solucionará el problema, o bien personas que se encierran en sí mismas, sintiéndose indignas de ser amadas, sintiéndose desesperadas e incluso dejando de buscar la paz interior.

  La verdadera solución está en observar el funcionamiento de la mente, darse cuenta de la manera de funcionar mecánica y condicionada de la mente y aprender a tomar distancia, a desindentificarse de patrones mentales que ya no son útiles, todo un trabajo interno de autoconocimiento, la herramienta que nos puede ayudar es la atención plena (la meditación), que nos permite tomar esa distancia interna y observar aceptando “lo que hay” y a partir de ahí utilizar el problema como una oportunidad de crecimiento, de ser más íntegros, teniendo en cuenta la transitoriedad de todo en esta vida, que “todo pasa”; que en la vida hay opuestos, que el dolor forma parte de la vida tanto como el placer, y no conviene huir de uno y perseguir el otro….
  Se trata de trabajar donde quiera que estemos, con lo que tengamos en el aquí y ahora, esto es lo que hay….este lugar, esta situación, este conflicto, este trabajo, hacer todo lo que esté a nuestro alcance por transformarnos a nosotros mismos antes de decidir cortar por lo sano y pasar a otra cosa.

  Tengamos en cuenta que siempre habrá algo que puede no gustarnos, entonces podríamos plantearnos ¿porqué no soltar y aceptar que también que podríamos estar cómodos dondequiera que estemos? En ese momento entramos en contacto con la esencia de nuestro ser e invitamos a la atención plena a entrar y a “curarnos”.

                                                                           Inspirado en John Kabat Zinn

martes, 22 de noviembre de 2011

Meditación


  Meditación es estar atentos y plenamente conscientes, segundo a segundo, de nuestros pensamientos, de nuestros  sentimientos, sensaciones de nuestro cuerpo y movimientos, de todo nuestro entorno.  

  Hemos sido condicionados para pensar, y hemos aprendido que para mejorar nuestra vida debemos esforzarnos, y cuanto más mejor ...

  La meditación es un no hacer y se efectúa casi sin esfuerzo. Se trata de relajarnos y permitir "que suceda". Este renunciar al impulso compulsivo de hacer, nos lleva al nivel más profundo de relajación psicológica posible en estado de vigilia. De la misma manera,  podemos obtener todos los beneficios, si meditamos en movimiento, estando plenamente conscientes de lo que hacemos.

  Mediante la  práctica regular, disfrutamos del placer de la experiencia del estado alfa ( baja frecuencia cerebral), con una gran cantidad de beneficios, como son el alivio de las presiones de la mente, claridad y tranquilidad emocional, la  recarga y equilibrio  nuestras energías, resultando curativa a un nivel muy profundo.

  Hay gran cantidad de técnicas meditativas, pero la esencia de cualquier forma de meditación es prestar atención pasiva, relajada, sin juicios. Observar sin razonar, ni analizar, sin juzgar lo que veo, sin pretender o preferir que no estén estos pensamientos que aparecen, sólo observar,  dejar pasar, como si fueran nubes en el cielo...
  Es un estado abierto de conciencia, una “expansión para incluir” y un “permanecer en contacto” con todo lo que se está presenciando, y al mismo tiempo también, somos conscientes de nosotros mismos como un testigo imparcial,  ecuánime, que sólo observa....

  El meditador, sentado o en movimiento presencia su propio proceso de pensamiento sin implicarse, al principio llegarán preocupaciones, recuerdos (pensamientos del pasado), anticipaciones (pensamientos de futuro), emociones, sensaciones, que intentarán arrastrarnos, entretenernos, perdiendo ese espacio de testigo y teniendo que regresar a presenciar una y otra vez, sin culparnos, incluso,  observando  esa parte de nosotros que se impacienta o enoja con estas distracciones de la mente.   Con la práctica, cada vez será más fácil y poco a poco romperemos el hábito de dejarnos arrastrar por nuestros pensamientos y sentimientos.

  El objetivo de la meditación es centrarse en el aquí y ahora, en el presente. Nosotros estamos donde está nuestra atención. El estar en el presente, es salir de los automatismos, contemplar lo que sucede con ojos puros y responder a las situaciones de una manera espontánea y apropiada, no mecánica y reactiva.

  Practicar la meditación es recordarnos lo que realmente somos; no somos los pensamientos, ni el cuerpo, ni nuestros sentimientos, ni emociones, ya que podemos observarlos y nos damos cuenta que estamos separados de ellos.

 En nuestro nivel profundo, no somos nuestros nombres, ni las etiquetas sociales  hombre o mujer, ni la clase social, ni títulos académicos, ni oficios (son actividades que realizamos, no son lo que somos, no nos definen). 

 Al final, cuando hemos abandonado nuestras falsas identificaciones, sólo queda la esencia, el ser.

Recuerda lo que dice Nisargadatta:

 "No eres la charla que oyes en tu cabeza; eres el testigo que oye esa charla”.

      
 ALGUNOS DE LOS MUCHOS BENEFICIOS: 

* Mayor actividad de las ondas cerebrales theta (cerca del sueño).

* Disminución en los niveles del colesterol.

* Disminución del cortisol y adrenalina (hormonas que predominan en el estrés),
  disminuyendo la tensión y las dolencias psicosomáticas.

* Disminución en la necesidad de consumir drogas, ansiolíticos, relajantes, etc.

* Disminución del dolor que cursa con algunas enfermedades.

* Fortalece el sistema inmune (encargado de las defensas del organismo).

* Regula la presión sanguínea.

* Favorece el funcionamiento cerebral.

* Favorece el flujo de energías creativas, el autoconocimiento, el desarrollo personal.

* Eleva la autoestima, favorece la concentración, aporta claridad mental.

* Facilita manejar situaciones difíciles.

* Aporta fortaleza interior, confianza en sí mismo, tolerancia, sensibilidad, autenticidad.

* Favorece el autoconocimiento.

* Nos conduce al ser, a lo que somos en esencia.


ONDAS DE ACTIVIDAD CEREBRAL

TIPO DE ONDAFRECUENCIASITUACIÓN MENTAL
BETA13 a 28 HzEstado de alerta máxima. Vigilante, miedo, estado de vigilia (conducción, trabajo, ansiedad,...)
ALFA7,5 a 13 HzRelajación, tranquilidad, meditación. Momento previo al sueño.
THETA3,5 a 7,5 HzInicio del sueño o meditación profunda.
Fantasía, imaginación, inspiración creativa.
DELTA0,2 a 3,5 HzSueño profundo, trance hipnótico. Fase REM del sueño.

  Cuando meditamos, nos liberamos de la respuesta de "luchar o huir" (que tiene que ver con la ira o ansiedad), y nos instalamos en una respuesta de relajación, donde disminuye el ritmo cardíaco, la respiración y la tensión sanguínea, se relajan profundamente los músculos, y las ondas cerebrales pasan de la frecuencia beta (estado de vigilia), a la frecuencia alfa y theta (relajación meditación). 







                                                                                                                           

jueves, 17 de noviembre de 2011

El dolor



                               
  El dolor forma parte de la vida, mediante él podemos tornarnos más alertas, más conscientes. 
  En las épocas en que la vida transcurre fácil, confortable, cómoda, o en las que las circunstancias parecen responder a nuestros anhelos, entonces, no somos tan conscientes de la dicha que estamos viviendo, pero, cuando se muere un ser querido, cuando enfrentamos el abandono, cuando atravesamos momentos en que las circunstancias, las personas, no “responden” a nuestras expectativas, a lo que creemos que son nuestras necesidades, etc., y nos sentimos solitarios, y el dolor cala hondo, allí, podemos aprovechar a hacernos más conscientes.

  Curiosamente, cuando vivimos a fondo cualquier situación de vida, en este caso el dolor, cuando vamos a las raíces de este dolor, aceptándolo, porque es “lo que hay”, experimentándolo desde la aceptación y sabiendo que es algo transitorio, el dolor desaparece y queda la enseñanza….. uno despierta un poco más y se da cuenta de la transitoriedad de todos los estados, que todo es cambiante: épocas de pena, dolor, se alteran con épocas de alegría, tan solo estados, que cambian, que no permanecen en la dualidad.

 Podemos utilizar esas épocas de dolor para transformarnos, para aprender, para ver los programas erróneos con los que estamos funcionando, para crecer, tratando de ver qué aprendizaje hay detrás del dolor. Transformarnos, como la oruga, que durante un tiempo permanece dentro de su crisálida, en la “incertidumbre”, “sin saber” que pasará….pero llegado el momento justo y oportuno, se enfrenta a un proceso doloroso donde debe esforzarse por romper el capullo, abandonar lo seguro, y avanzar en la “confianza” de transformarse en una hermosa mariposa, desplegando sus alas para volar libre….

  Detrás del dolor que experimentamos, se esconde una nueva lección que, una vez asimilada, ampliará nuestra visión, nos liberará de apegos, de identificaciones, tornándonos mas pacientes y compasivos, mas despiertos, mas lúcidos.

  Mientras todo esto sucede en la “superficie”(en el nivel del ego); en el plano más profundo, central, el observador, el testigo, puede ser consciente de toda la ilusión, de lo pasajero….
                                                                                                                    Namasté


lunes, 14 de noviembre de 2011

CRISIS: Peligro y Oportunidad


           


  En chino, la palabra CRISIS consta de dos ideogramas. Una significa PELIGRO, y la otra OPORTUNIDAD.

  En general, se nos educa para ver a las crisis como algo negativo, como un problema que tenemos que resolver, y  cuanto antes mejor. Y esto se debe a la manera de funcionar de nuestra mente programada, que quiere tenerlo todo bajo control, que pretende una seguridad que no existe, ya que todo cambia, nada permanece….
  En épocas de crisis, hay movimiento, son épocas de cambios,  y a la mente le atemorizan los cambios, la mente busca constantemente la felicidad, huyendo del dolor…es su manera mecánica de funcionar, es por ello que cuando se entra en crisis, se siente miedo, inseguridad, incertidumbre, frustración, depresión, a veces hasta se manifiesta agresividad, se está a la defensiva….. El pensar que podemos tenerlo todo controlado, seguro, es una ilusión, un imposible.

  Pero podemos convertir a la crisis (sea emocional, material, existencial, etc.) en una gran oportunidad de autoconocimiento, una oportunidad para superar los temores, para comenzar a cuestionarnos qué necesitamos realmente; una oportunidad para investigar dónde nos encontramos, el para qué actuamos de esta manera, el para qué hacemos lo que hacemos  y vivimos de la manera en que vivimos. Podemos investigar qué sentido tiene todo esto que nos está sucediendo.
  Una oportunidad para revisar nuestras creencias más arraigadas, más profundas, nuestros patrones de pensamiento, nuestra manera de ver la vida, en qué paradigma vivimos, y una oportunidad para cambiar ese paradigma, para replantearnos la vida, adoptando nuevas ideas, nuevas creencias que nos apoyarán a crear una vida más saludable y más acorde a nuestras potencialidades.

  Lo único seguro en esta vida es el cambio, conviene entonces que nos movamos con él, que fluyamos con él, soltando las resistencias internas que lo único que hacen es aumentar el sufrimiento. Recordemos que el sufrimiento es un estado psicológico según lo que nos decimos acerca de lo que pasa, sumado a una resistencia interna, el no aceptar, no querer lo que está pasando….sin embargo, el dolor forma parte de la vida, de nuestras experiencias y es conveniente sentirlo, no negarlo, pero sin añadirle interpretaciones erróneas que nos hacen instalarnos en el sufrimiento. Es como decir un “si” a lo que está ocurriendo, aunque no me guste, si ya está ocurriendo conviene que parta de la aceptación…luego veré que puedo hacer con ello.
  Enfocarme en la oportunidad que se esconde tras la crisis en vez de hacerlo en las dificultades, es todo un acto de sabiduría que me llevará a salir de ella crecido,  fortalecido.

   Los acontecimientos, los hechos, son en sí mismos neutros, ni negativos ni positivos, es la mente la que los interpreta, la que procesa lo ocurrido; la mente le da un significado al suceso apoyándose en antiguos aprendizajes del pasado, desencadenando de esta manera los estados emocionales.

  Por ejemplo, para algunas personas, una enfermedad, puede ser algo muy desafortunado, mientras que para otras, es una oportunidad de reflexión, autoconocimiento, descanso, cambio de hábitos, atender necesidades postergadas, etc.; hay personas que ante una pérdida material importante entran en un estado de depresión, un  sin sentido, incluso se quitan la vida, y sin embargo, otras personas, se replantean una nueva vida,  volver a comenzar…., salen fortalecidas de la experiencia. Todo depende de la actitud interna, de la visión interna…..que hará que den con los recursos necesarios, que atraerá a las personas y  situaciones necesarias. Las situaciones pueden ser similares, pero la interpretación que le da una y otra persona, pueden ser bien diferentes…

  Al ser conscientes de que los hechos son relativos, nos podemos centrar en la interpretación que la mente le da a los acontecimientos.  
  Podemos elegir entre una actitud  negativa, con todas sus consecuencias, o podemos ver el problema como una oportunidad de cambiar  y mejorar nuestra vida,  apostando al crecimiento personal.

  Como dice el dicho: "Las cosas no son verdad ni mentira, son del color del cristal con que se miran", “Cambia el color de tus gafas, y verás otra realidad” .

  La interpretación que hacemos de los hechos, viene de programas mentales que fuimos aprendiendo en la niñez, y que se fueron reforzando con las distintas experiencias que hemos vivido.
  Si queremos tener una vida armoniosa, plena, con sentido…, conviene que aprendamos a buscar la  mejor interpretación de lo que nos sucede.

  La casualidad, el azar, no existe. Los acontecimientos son causales, obedecen a causas no siempre a la vista, y, aunque a veces no estemos conscientes de lo que traen de "positivo" a nuestra vida, sí estemos seguros que, detrás de la adversidad, se esconden grandes oportunidades de crecimiento, de evolución. Podemos observar situaciones críticas pasadas  y ver cómo hemos crecido de aquello que parecía tan doloroso y tan adverso...
Como dijo    Einstein: "Dios escribe recto con líneas torcidas"
                                                                               
                                                                                                                          
               



miércoles, 9 de noviembre de 2011

El "efecto espejo" en las relaciones


  Muchas veces  escuchamos que las personas son espejos nuestros, o que todos somos espejos de los demás, que debemos aprender a vernos en el reflejo de las otras personas, o que todo lo que veo a mi alrededor es una expresión de mí mismo...

  Las relaciones que tenemos con las demás personas, son una valiosa herramienta de evolución espiritual, cuya finalidad última es la unidad en la Consciencia. Como dicen los Maestros: Todos somos parte de la misma Consciencia Universal, y esto tiene repercusión en nuestra vida diaria, cotidiana.

  Nuestra vida es de relación, a diario estamos relacionándonos con otras personas, hijos, padres, parejas, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, etc.

  Tanto las personas que amamos, que nos caen bien, como las personas a quienes rechazamos, o que no nos caen tan bien, son espejos nuestros.
  Nos atraen quienes tienen cualidades similares a las nuestras, y al estar en su compañía, sentimos que podemos actualizar, expresar esas cualidades. Más difícil es aceptar, que cuando algo nos molesta mucho en otra persona, se trata de partes nuestras que están en "la sombra", partes inconscientes que rechazamos, que negamos de nosotros mismos, porque no se ajustan al modelo social, a lo que creemos ser, o al ideal que tenemos; si no tuviéramos problema en aceptar esas características, no nos molestarían.

  Observa las personas que te atraen, con quienes te sientes cómodo, ¿qué te gusta de ellas?, es su inteligencia, su generosidad, su paciencia, su belleza, su gracia, su poder, su sabiduría, etc., y toma consciencia que esa cualidad, en un grado u otro, también está en ti, más, o menos desarrollada, o a desarrollar, pero está en ti, de lo contrario, no podrías verla, reconocerla en la otra persona.

 Ahora, observa a las personas a quienes rechazas, ¿qué es lo que más te molesta?, es su agresividad, su impaciencia, su egoísmo, su cobardía, etc., mira en tu interior esas partes negadas, mira sinceramente, en alguna medida están en ti, y es porque todo en el universo es la coexistencia de valores opuestos (en el mundo fenoménico, del ego).

  Para mostrarte valiente, tienes que haber reprimido a tu parte cobarde, para ser generoso, habrás reprimido al mezquino, si eres muy virtuoso, también tienes la capacidad para actuar con maldad, etc., esto no quiere decir que lo hagas, lo que digo es que si esta manera de ser del otro te molesta mucho, es porque tienes un problema interno con ese aspecto, quizá no llegarás a expresar agresión, o lo que sea, porque lo reprimes, pero no quiere decir que no esté en tu interior en un grado u otro, el tema es que cuando uno reconoce sus partes luminosas y sus zonas más sombrías, ya no le afecta que la otra persona sea de tal o cual manera; el problema surge cuando nos molesta la actitud del otro, y ahí es donde tenemos que mirar en nuestro interior, que está pasando con esa actitud. No significa que tengamos que soportar actitudes agresivas o desagradables de la otra persona....

  Llevamos al mundo en nuestro interior, y vernos en las relaciones como en un espejo, pueden ser una gran herramienta de crecimiento personal, de autodescubrimiento e integración de la personalidad, cuanto más integrada la personalidad, menos nos afectan las actitudes de los demás... Esto no significa que no veamos la crueldad en alguien, la mala voluntad, la agresión, y otros aspectos "negativos", pero cuanto más integrados estemos, menos nos afectarán, podremos aceptarlos como son, aunque no aprobemos su conducta, entenderemos que son aspectos menos desarrollados, que todo es un camino evolutivo hacia la integración de los opuestos.

  Nos pasamos gran parte de nuestra vida perdiendo grandes cantidades de energía, negando ese lado oscuro nuestro, reprimiéndolo para que no salga, y luego terminamos proyectando esas características en nuestro exterior, en quienes nos rodean, claro todo esto de manera inconsciente, porque funcionamos condicionados con un modelo, una manera de ser.....

  Cuando te encuentres con una persona que no te agrada, cuando veas aspectos en tu pareja, en tus hijos, en tus jefes, padres, hermanos, etc., que te irritan, que te molestan mucho, tómalo como una oportunidad de aceptar los opuestos en ti, una oportunidad de descubrir un nuevo aspecto en ti. Sólo puedes trabajar en tu interior, no puedes cambiar al otro, cuando cambies tu interior, la interpretación que le das a lo que sucede, el otro cambia, o la situación cambia.

  Cuanto más aceptes tanto la luz como la oscuridad en ti, más claro estarás, más sanas y más equilibradas serán tus relaciones, porque podrás aceptar el lado oscuro en los demás.
Vernos en el espejo del otro, es ver nuestro ser completo, pero para ello, necesitamos aceptar todos los aspectos en nosotros, necesitamos reconocer que, el tener aspectos negativos no significa que seamos imperfectos. Nadie tiene solo aspectos positivos, hablando en el nivel del ego; luego en Esencia, en nuestro nivel profundo, en el Centro, somos un potencial de energía, inteligencia y amor, cualidades todas positivas, allí no hay dualidad, sino unidad.

                                                                                                               Namasté 

viernes, 4 de noviembre de 2011

Aceptación



  Habitualmente, reaccionamos de una manera mecánica, automática ante las situaciones de nuestra vida diaria.
  Queremos que las cosas sucedan como  y cuando deseamos, pero la vida es imprevisible, y las cosas son como son, no como queremos que sean.
  A veces, no podemos cambiar las situaciones; pero si podemos cambiar nuestra interpretación de lo que nos sucede. 
  Ante lo que nos ocurre, tenemos dos opciones; podemos elegir entre una actitud de apertura o aceptación, y otra de no aceptación o negación, de resistencia. 
  Resistirse, significa que la mente dice "no" a lo que pasa, por no coincidir la situación con las expectativas que teníamos en mente.
  La falta de aceptación, nos conduce al dolor, al resistirnos inconscientemente a lo que es, dejando que la mente dirija nuestras vidas. 
 Cuando mayor es el grado de resistencia  a lo que nos sucede en el presente, mayor es la intensidad del dolor que padecemos; y el grado de resistencia, dependerá de qué fuerte sea la identificación con la mente.
  Sucede que, cuando atravesamos una situación que nos resulta desagradable, la mente se resiste al ahora, al presente porque la experimenta como una amenaza, ya que la mente necesita tenerlo todo controlado.
  Hay que tener en cuenta que la mente es un instrumento muy útil para funcionar en el mundo de las formas; pero cuando ésta nos domina, genera dolor y sufrimiento.

  Como dice Chuang-Tsé:  "El que quiere vivir el placer sin dolor, y el orden sin desorden, no entiende las leyes del cielo y la tierra." 

  Es necesario aceptar lo que es, liberándonos de la identificación mental.
  Aceptar no quiere decir que debemos resignarnos, no quiere decir que no emprendamos la acción oportuna para cambiar la situación, si se puede, porque si sólo nos resignamos, generamos frustración y amargura en nuestro interior.

  El no aceptar una situación de vida insatisfactoria, hace que nos tornemos negativos, que percibamos al mundo como amenazante, que nos surja una necesidad automática y compulsiva de enjuiciar, criticar a los demás, de competir, de dominar al otro; al no aceptar lo que nos ocurre, nuestra interpretación de los hechos se carga de miedo e inseguridad, nos ponemos tensos y rígidos mentalmente y esto indudablemente afecta también a nuestro cuerpo.

    "Dios,  concédeme   la serenidad de aceptar las cosas que no puedo cambiar,  
  el valor para cambiar las que sí puedo,
   y la sabiduría para discernir la diferencia"
                                                                               San Agustín.

 Se trata de observar los "juegos" de tu mente, el devenir de los pensamientos, sin juzgarlos, sin intentar detenerlos, sin razonarlos, sin pretender que no estén, sin identificarte....sólo observando, como quien observa las ondas en la superficie de un lago, o como quien observa el desplazamiento de las nubes en el cielo...simplemente.
  Observar como estos pensamientos se suceden unos tras otros, intentan traerte recuerdos del ayer, acontecimientos pasados, que se proyectan en preocupaciones por un futuro incierto; todo un "juego" de la mente, quizá entretenido, quizá angustiante....los pensamientos, tratarán  de atraer tu atención hacia ellos y meterte en el juego (al igual que un niño que busca continuamente llamarte la atención).

  El aprender a distanciarte de la mente, de los contenidos de la mente, es una gran bendición. De esto trata la meditación, de observar "la película" que está rodando tu mente, sin quedar atrapado, enganchado, en el drama.

 Todo el tiempo, durante tu vida, estás persiguiendo deseos, sueños, y cuando consigues uno, vas tras otro, esto no se termina...te asalta la insatisfacción y muchas veces la desilusión y la frustración, al darte cuenta que el depender de la consecución de estos deseos, no te llevan a ninguna parte, quizá a vivir más estresado.

  Las metas son necesarias como mapa de vida, el tener proyectos, deseos en sí, no tienen nada de "malo", el problema está en vivir pendientes de conseguir estos deseos, sosteniendo un estado de crispación, de tensión, sin vivir el ahora, el presente, cada momento.

  Te invito a tomarte un respiro, un descanso.....


  Sólo observa tus pensamientos, tus emociones, tus sensaciones corporales....,
no las critiques, no las juzgues, céntrate en tu respiración....., 
sigue con atención el trayecto del aire cuando inhalas y al exhalar, dejando pasar tus pensamientos, como esas nubes en el cielo...tomando distancia....
siente como poco a poco te vas relajando, y cómo tu mente se aquieta y se torna cada vez más clara y serena...
Estás conectando con tu Ser....observando....en presente, en el aquí y ahora......